Después de aquel momento tan romántico que ambos tuvieron estuvieron sin hablar un tiempo. Ambos estaban avergonzados de hablar con el otro. Pues cada vez se sentían más cercanos y aquel sentimiento era más grande en ambos.
Todo era distinto desde que se conocieron. Renjiro... Renjiro había cambiado bastante. Ya no era el mismo chico borde de siempre. Ahora estaba todo el día fantaseando en una vida con Genya. Mientras tanto Genya estaba confundido. Pues no sabía si su hermano Sanemi iba a aceptar que él estuviera enamorado de un chico. Pero tampoco quería separarse de Renjiro. Pues sentía como si él fuera el amor de su vida.
Un día mientras ambos caminaban por los pasillos de la finca mariposa se vieron. No querían hacerlo. Pero no pudieron evitar hacer contacto visual por unos segundos. Genya apartó la mirada rápidamente, por lo incómodo que estaba
- Ey, Renjiro. ¿Qué tal? - dijo Genya, con una sonrisa dulce en el rostro -. Me alegro de verte, la verdad.
Genya soltó una risita nerviosa. Solo con pensar en aquel chico ya lo ponía rojo como un tomate. Tampoco esperaba encontrárselo en ese mismo instante.
Renjiro también soltó una risita nerviosa y se comenzó a rascar la nuca. La verdad es que se notaba que Renjiro también estaba muy nervioso. Un pequeño rubor se extendió por las mejillas de ambos mientras evitaban mirarse a los ojos.
- H-hola Genya, la verdad es que yo también me alegro de verte. - Tartamudeó Renjiro en voz baja, pero no tanta para que no se escuchara.
La relación de aquellos dos chicos cada día estaba más llena de nervios por amor. Era muy lindo verlos a ambos tímidos por ver o escuchar el nombre del otro.
Un rato después ellos dos seguían hablando y hablando. Eran perfectos. Uno para el otro. Hablaban de cosas como que que les había pasado esos días que habían estado algo distantes. A ellos no les importó y siguieron caminando. Tanto que hasta se salieron de la finca mariposa.
Cuando se dieron cuenta estaban en un parque por allí cerca. Pero no les importó y siguieron caminando y hablando tranquilamente.
De repente Renjiro se sintió observado por alguien. Eso lo puso bastante incómodo. Pero decidió actuar como si nada para no preocupar a Genya. Él pensaba que no era importante. Y que preocupar a Genya sería una falta de tiempo porque solo era una "tontería".
Renjiro tenía miedo de que le dijeran algo. Pues en su infancia había tenido varias escenas traumáticas que no quería revivir ahora. No quería que nadie se burlara de él. Pero aún así estaba sin máscara. Lo que significaba que la gente podría ver su rostro femenino. Y eso para Renjiro era muy malo.
Renjiro solo tragó saliva y siguió actuando como siempre. Aunque cada vez actuaba más cortante con Genya. Genya lo notó e inmediatamente se preocupó por Renjiro.
- Oye Renjiro, ¿estás bien? Es que... No lo se. Te noto algo raro... - dijo Genya con mucha preocupación en el rostro.
Renjiro decidió contarle la verdad de porque estaba tan inquieto. Decidió contarle su pasado y sus escenarios traumáticos de cuando era pequeño.
- b-bueno... Si te soy sincero... Siento muchas miradas y-y eso no me gusta porque me recuerda a que en mi pasado todo el mundo se burlaba de mi por m-mi rostro y... H-hasta a mi familia le daba vergüenza eso... - Renjiro tenía una voz entrecortada. Pues le costaba muchisimo hablar sobre ese tema sin llorar.
Genya notó el estado de ánimo en el que estaba Renjiro así que quiso hacer todo lo posible para sacar esa hermosa sonrisa que tenía él de su rostro. Genya tomó su mano, decidido.
- Renjiro. Se que eso te habrá dejado muchisimos traumas. Pero recuerda! ¡Eres perfecto como eres! Y yo... - Genya se sonrojó muchisimo -. Yo te amo tal y como eres.
En ese momento ambos miraron a otro lado para evitar el sonrojo que le había creado el otro. Pero ninguno de sus intentos fueron útiles. Y allí estaban. En el parque caminando, rojos como un tomate y tomados de la mano.
Esa situación era bastante incómoda para ambos. Pero la verdad es que ya parecían pareja. Genya se decidió a mirar los ojos azules de Renjiro. Ahora mismo estaban acercándose poco a poco para dar el beso tan esperado por ambos.
Sus caras estaban a pocos centímetros de lejanía. Cada vez Genya se acercaba más a los labios de Renjiro.
Hasta que de repente se escuchó un grito que no era de ninguno de ellos dos. Parecía ser un hombre alto, con pelo blanco y lleno de cicatrices.
- ¡Genya! - gritó el hombre.
Genya miró a la persona que lo estaba llamando y resultó ser su hermano Sanemi. Él se asustó bastante. Así que le soltó la mano a Renjiro y le advirtió que se pusiera detrás de él para que no le hiciera nada.
- Ajá... Así que estás saliendo con el estúpido idiota cara tía. - dijo Sanemi, con una expresión enojada en el rostro.
Genya agarró valor para defender al chico que tanto amaba. Apretó el puño y le gritó. Defendiendo a su amado de las cosas que le decía su hermano. Mientras tanto Renjiro estaba alucinando. Sus ojos brillaron nuevamente. Era tan... Perfecto.
Amaba que Genya le protegiera de esa manera. Se le hacía muy lindo. Pero él también quería ayudar. Así que le acarició la espalda a Genya para que parara de hablar.
- Sanemi-san, se que usted me ha dicho que me aleje de su hermano ¡Pero yo lo amo realmente y no voy a dejar que nada ni nadie nos separe! - gritó Renjiro, intentando ayudar a Genya.
Mientras decía eso sus mejillas se tornaban a un color rojizo intenso. Genya al escuchar que esas palabras salieron de la boca de Renjiro se puso de un color rojo. Estaba más rojo que un tomate. No lo podía evitar. Es que aquel chico tan lindo lo estaba protegiendo y diciéndole a su hermano que lo amaba.
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♡{ Holaa, que tal estáis? Perdon por no actualizar la historia. ¡He Estado muy ocupada y no he podido! Bueno... Después de eso... Espero que os haya gustado! } ♡
