Serena Newcastle es una joven alemana, ricachona, que acaba de heredar todo un imperio a raíz de la muerte repentina de sus padres. Mientras trataba de arreglar su vida en Munich conoce a un enigmático chico qué le roba el aliento desde el primer m...
Lo único que quería era tomarme el café recién echo que había pedido, lo sujetaba con ambas manos tratando de transmitir el poco calor que ese pequeño café trasmitía y enviarlo a mi muy pequeño, mojado y avergonzado cuerpo. La gente a mi alrededor me veía y murmuraban en secreto, preguntándose que pudo haberme pasado y como no hacerlo mi aspecto era terrible, lo pude ver cuando vi mi reflejo en la ventana, todo el maquillaje corrido, mis ojos hinchados y mis nariz roja.
-Patetica- dije para mis adentros, me recojo mi pelo hacia a tras tratando de arreglarlo un poco pero lo único que conseguí fue enredar mis propios dedos en mi cabello, realmente era un desastre, termine rápido mi café y salí del starbucks, era un día oscuro y lúgubre, la lluvia ya se había detenido pero eso solo lograba que la calles se vieran mas frías y deprimentes. Me pare frente a la avenida sin saber a donde dirigirme, derecha o izquierda, un gran dilema en ese momento. opte por ir hacia la derecha, camine sin rumbo durante un rato hasta que llegue a un parque pequeño pero agradable, que era atravesado por un canal que se conectaba con el rió de la ciudad pero por la lluvia estaba un poco alto el nivel del agua, decidí acercarme a dicho puente y me pare fijamente a mirar el agua que pasaba debajo, corría con gran furia, sin nada que lo detuviera, libre de elegir su curso.
- No tengo nada mas que me ate aquí- apoye mis manos con fuerza y lleve todo el peso de mi cuerpo hacia adelante y me acomode de tal forma que quedara sentada en la baranda, sentí una descarga de adrenalina increíble, por un leve momento sentí una chispa de miedo cruzar por mi cuerpo, lo dude.
-encantadora vista cierto- mi cuerpo dio un respingo y voltee mi rostro empapado en lagrimas, vi a un chico te cabellera negra bien estilizada y ojos tan azules como el océano mismo.
-cautivadora- reí un poco ante lo irónico de la situación, ¿es que acaso esta persona no tenia idea de lo que ella pretendía ?.
-Me encanta conocer a chicas que no saben lo que quieren- dijo mientras se acercaba y apoyaba sus brazos en la baranda- van por ahí torturándose, preguntándose ¿ que podrían hacer para tener una vida mas envidiable? - me miro con un gesto muy gracioso en sus ojos- quizás quieras encontrar ese motivo de existencia conmigo, chateus, es uno de los mejores restaurantes de la ciudad, tiene una vista increíble, ¿ me acompañarías?. Aquel hombre no paraba de verme con esa mirada tan gélida y penetrante.
Quede totalmente en shock, como cambia la vida ¿no?, pero pensé, quizá esto no era lo que el destino tenía para mi, ademas lo de hoy podría esperar, un poco mas de tiempo no me vendría mal. Di un suspiro y me baje de la baranda dispuesta a aceptar la invitación de aquel chico tan arrogante pero con una belleza que hasta el mismo diablo envidiaría.
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- ¿por que no?- dije levantando mis hombros, tratando de parecer lo mas normal posible pero creo que solo logre verme mas ridícula de lo que ya probablemente me veía.
-vale entonces nos vemos allá a las 3- me guiño el ojo y se fue con una sonrisa un tanto macabra en la boca, lo seguí con la mirada hasta que lo perdí entre los edificios; parecía como uno de esos tipos que simplemente tienen todo un pasado detrás de ellos y que tratan de redimirse con la vida.
Me quede para ahí como 20 minutos sin mover un solo musculo, trate de asimilar todo lo que había ocurrido en tan solo unas pocas horas.
