Prologo

1.5K 161 22
                                    

Desde que tengo memoria he sido victima de unas cuantas burlas, después de todo no soy totalmente loba, ni soy totalmente bruja, por ello ninguno de los dos grupos me acepta, menos cuando mis poderes no se daban notar, no había ningún indicio de que hubiese heredado el gen de mi madre, uno que con normalidad se manifiesta a partir de los 10 años.

Tener el apoyo de Lia siempre ha sido muy gratificante, pero no siempre podía estar a su lado, no siempre estaba ella para darle cara a quien se quisiera burlar de mi falta de habilidades. En esos momentos era cuando mas aparecía él, no se si por ser mejor amiga de su hermana, tal ves por lastima, o porque verdaderamente me tenia cariño,  solo se que estaba.

Sabiendo esto debo decir que todo cambio aquel día, presentí que algo cambio, que él lo hizo. Con la transformación de los gemelos, pronto uno fue conocido como el carismático, conquistador y hablador, mientras que el otro fue recordado como el temperamental, problemático y fuera de control.

Conocer a tu lobo puede cambiarte, mucho mas si decides dejarte dominar por los instintos, o controlarlos, tal ves el gen de Alpha contribuyo con ello, pero a fin de cuantas, ante la manada, Dorian fue visto como una persona nueva, mientras que para mi seguía siendo un chico tierno, uno que me hacia reír, uno con el que podía contar, uno con el que me sentía segura.

Aunque hay algo que se debe saber, hasta mis 15 años vi a Dorian como un muy buen amigo, pero esa visión cambio un día después de cumplir esos años, cuando el gemelo de ojos color miel decidió darme una sorpresa por mi cumpleaños.

- Dorian me voy a caer - suelto sintiendo algo de al dar cada uno de los pasos mientras mis ojos se encuentran tapados por la tela que este hombre decidió poner para evitar que espiara.

- tranquila, vas tomando mi mano, yo te guio, además que me estoy asegurando que no pises nada que te haga caer.

Por el tono de voz que utiliza, puedo casi que decir que esta muy feliz, al parecer esta sorpresa le emociona mucho mas que a mi.

A medida que doy cada paso, puedo notar como a mi alrededor todo el ambiente comienza a cambiar, ya no escucho demasiados sonidos, tan solo el de algunos pajaritos se hace notar, mientras en mi piel se empiezan a sentir los rayos del sol en su máximo esplendor.

Nos estamos adentrando demasiado al bosque.

- ¿ya casi llegamos? - cuestiono sintiéndome mas que nerviosa.

- si que eres impaciente Holly, solo tienes que dar unos dos pasos mas hacia delante y podre decir que hemos llegado... pero aun no te puedes quitar la venda, eso me lo tienes que dejar a mi.

La intriga me domina bastante el cuerpo, llevo esperando que me muestre su sorpresa desde que la anuncio ayer en mi cumpleaños.

- muy bien Holly, ahora quédate quieta - con los ojos aun vendados, pero ahora sin moverme tomo varias respiraciones mientras siento con los dedos de Dorian pasan lentamente por mis brazos, dejando un camino hasta llegar a mi pelo.

Cuento cada uno de los segundos que le toma desamarrar el nudo que el mismo hizo, consiguiendo que sienta que el tiempo pasa demasiado lento.

Por la diosa, estoy muy nerviosa.

- de acuerdo, dejare caer la venda y podrás abrir los ojos a la cuenta de 1...2...3...

Voy abriendo mis ojos de a poco, ya que debido a que estuvieron vendados por un tiempo, la luz consigue incomodarme algo.

No es hasta un tiempo después que comienzo a admirar todo el paisaje a mi alrededor, uno que me deja completamente asombrada.

- se que te fascinan mucho las flores, las hierbas y todo esa gran variedad, pero también no habias podido encontrar un sitio que tuviera las suficientes plantas para lo que quieras hacer, por ello estuve buscando sin parar, hasta encontré este sitio, y se perfectamente como llegar y salir, te enseñaría para que no te pierdas, o incluso te acompañaría.

A mi alrededor hay demasiados tipos de plantas, por varios sectores, existen demasiadas, a comparación de lo que veo siempre al inicio del bosque, esto es mas que gratificante.

Se supone que soy bruja, o bueno, mitad bruja, se supone que debo saber curar, como mínimo, eso es algo que se aprende a hacer a temprana edad, pero debido a mi falta de magia, no he podido siquiera practicar alguna cosa.

No saber hacer ni un hechizo es mas que frustrante, por ello me interese mucho por la herbolaria, hacer remedios y así ayudar un poco, aprender en otro ámbito para no estar tan atrasada con quienes estudio, pero no tuve mucho alcance a las diferentes plantas ya que me daba miedo adentrarme al bosque, mas cuando ahí se esconden muchas veces aquellos que se burlan por mi condición.

- Dorian...

- también he estado saliendo y viniendo para asegurarme que no tengas peligro, y te aseguro que la forma de llegar esta tan escondida que ninguno de esos debiluchos se atreverá a molestarte.

Pronto, tan pronto como escucho sus palabras no evito estar llena de emoción, disponiéndome a llegar a sus brazos de un salto, para rodear su cuerpo con el mío.

- gracias, gracias, gracias... - canto una y otra ves mientras él ríe - no se como agradecerte por toda tu ayuda.

- lo haría una y mil veces, no sabes lo que seria capaz de hacer con tal de hacerte feliz, mas cuando mi recompensa es tenerte así, entre mis brazos.

Con toda la emoción que puedo tener habitando mi cuerpo decido separar un poco mi rostro del suyo, admirando como sus ojos se encuentran algo oscurecidos.

Después de su transformación, curiosamente eso le sucede muy seguido, mas cuando lo abrazo, y aunque a muchos les asusta en la manada, a mi por el contrario no me trae algún mal sentimiento.

- te quiero, te quiero, te quiero mucho - expreso dándole varios picos en su mejilla, unos que en cuanto separo nuevamente mi rostro, me permiten admirar como su rostro, la expresión en este, ha cambiado también.

- yo también te quiero angelito.

- ¿angelito?

- si, eres un angelito, uno que llena de luz mis días, uno que esta lleno de inocencia, uno que quiero proteger y llenar de felicidad para que con su brillo me saque de la oscuridad en la que lleva seguir mis instintos - suelta mientras sus dedos llegan a mi mejilla, causando que con ese toque un sentimiento extraño habite en mi, uno que repentinamente hace que me piquen las manos al querer tocar cualquier parte de él.

- eres muy tierno, aun no comprendo porque dicen todas esas cosas tuyas, son muy abusivos contigo, no deberían hablar tanto - expreso al recordar como la atmosfera en ciertos sitios cambia cuando solo esta Dorian sin su familia a su lado.

- no me importa, no cuando pueda tenerte, saber que estarás siempre conmigo, que serás mía, que serás mi angelito.

- eso suena como lo que los mates tienen, pero yo no se cual será el mío - tras soltar esas palabras logro escuchar un gruñido de su parte.

- seré yo, eso te lo puedo asegurar Holly.

La convicción que muestra al decir cada una de esas palabras hace que le crea, quiero creerle, ya que se que no puedo tener mejor mate que Dorian, uno que siempre ha estado conmigo, uno que quiero que este conmigo.

- ¿serás mi angelito?

Su mano va acomodando los cabellos que tengo sueltos en mi rostro, causando que un raro estremecimiento transcurra por mi cuerpo, uno que es mas que motivante para darle una respuesta.

- si - expreso en ese momento sin conocer el verdadero trasfondo de esa pregunta.

Dorian se ubica detrás mío, rodeando mis hombros con sus brazos, sintiendo plenamente el calor que desprende, uno que me llena de su tranquilidad.

No es hasta unos segundos después que casi que en un murmullo alcanzo a escuchar - ya no puedes arrepentirte angelito.

Mi AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora