Capitulo 1

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La vida esta llena de momentos, muchos que apreciamos y queremos volver a tenerlos, otros que solo preferimos que desaparezcan de nuestra memoria.

Este es uno de los que mas me gusta.

Escuchar el sonido de los pájaros, sentir la hierba fresca debajo de mi cuerpo, oler algunas fragancias que desprenden las flores,  sentir una suave brisa erizando mi piel, es bastante relajante.

Sentir que al menos por un segundo es posible cerrar los ojos y dejar atrás el mundo real.

Respiro con tranquilidad mientras las malas miradas recibidas se van perdiendo en el pasado, pensando tan solo en el presente, ya que prefiero no atormentarme por el futuro.

Todo se siente tan bien, en calma, en sintonía, como si los problemas se fueran a un lado, como si este refugio fuera especialmente acomodado para cumplir con aquellas funciones.

La tranquilidad esta mas que presente al aire libre, los pensamientos se alejan cada vez, al menos eso pasa hasta que mi cuerpo, al estar recostado en el suelo, comienza a sentir como la tierra empieza a temblar de tal forma que es necesario que de un movimiento levante mi espalda al abrir mis ojos, intentando mirar a mi alrededor.

No observo nada, tan solo los arboles existiendo como barrera.

El temblor pasa, y casi que podría decir que no es nada, pero ahora un fuerte rugido se escucha tan fuerte que los pájaros que cantaban a mi alrededor, salen volando en señal de huida.

Las alertas comienzan a encenderse en mi mente, unas que me piden que imite a esos pájaros y salga corriendo, pero un interesante cosquilleo en mi nuca me disuade de aquellos planes.

Mirando enfrente mío puedo decir que no existe algún movimiento extraño.

Escuchando como algunas hierbas se mueven, se que a mi espalda se encuentra el causante de todo, uno que en cuanto escucho como alguien aspira el aroma en se encuentra desprendiendo en el aire, consigue que mis manos aprieten el dobladillo del vestido que traigo puesto.

La expectativa se vuelve asombrante al sentir como repentinamente una ráfaga de calor a cambiado el ambiente, pero no tan inesperado como lo que sucede después.

Toda la piel de mi nuca se despierta en cuanto el calor de una respiración fuerte se hace presente, una que me hace pasar saliva en mi puesto, una que realiza un trayecto desde mi hombro derecho hasta el izquierdo.

Intento guardar la calma de los latidos de mi corazón, aquellos que podrían delatarme, después de todo él puede escucharlos perfectamente.

Todas mis intenciones por guardar la serenidad se vienen abajo en cuanto unas grandes manos pasan al lado de mi cintura hasta unirse en mi vientre, permitiendo que de un movimiento pueda jalar mi cuerpo hasta tener su pecho contra mi espalda, mientras me encuentro sentada sobre sus piernas, por no decir mas.

En cuanto sus labios se posan en un punto entre mi hombro y cuello, uno que últimamente a estado mostrando su extrema atención, uno en el cual al sentir un pedacito de su lengua, me resulta casi que imposible controlar el pequeño hipo que sale de mi boca.

Estoy hundida.

Una risa ronca se hace escuchar, una que me hace tener valentía para girar mi rostro en busca de quien la ha soltado.

Unos ojos color miel son lo primero que observo, unos que brillan desde mi posición, unos que realizan un contraste perfecto con sus largas pestañas.

Las facciones de su rostro, duras, tan masculinas, tan detalladas que es casi imposible no fijarte en todo lo que puede esconder tras sus rasgos, unos que a pesar de tener parecidos enormes con su hermano, me ha resultado posible el distinguir uno de otro, mas cuando este gemelo tiene solo un hoyuelo marcado, uno que al observar la sonrisa que me muestra, provoca un nuevo y hipo en mi cuerpo.

Mi AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora