•Bulimia• || Bokuaka

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 3

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•

Un ansioso pelinegro acababa de llegar a su casa, después de su jornada escolar Bokuto le había comprado un helado de vainilla. ¿Y quién era Akaashi para negarse?
El pequeño problema era que al terminar de comerlo Akaashi empezó a sentirse culpable.

-¿Qué pasa Aka-Aka?- Una expresión de confusión se dibujó en la cara del capitán de Fukurodani. Expresión que Akaashi sabía cómo tranquilizar.

-Tranquilo Bokuto-san, solo son...nervios, tengo un exámen pronto y estoy algo nervioso- Akaashi tomó la mano de Koutaro para empezar a caminar en dirección a su casa. Ese día no tenían entrenamiento así que estaban pasando un rato agradable juntos.

El oji-azul abrió la puerta de su casa para ver a su madre quien se estaba yendo a trabajar y volvería en la noche.

-¡Keiji! ¿Cómo te fue hijo? Te dejé algo de comida en el horno, puedes calentarla cuando tengas hambre.- Dijo su madre mientras que buscaba sus llaves en su bolso, su horario de trabajo era algo extenso ese día ya que tenía que cubrir un turno extra.

-Me fue bien mamá, nos vemos más tarde- El pelinegro le dio un abrazo a su madre para despedirse, se sentía desesperado por poder estar solo, si pasaba más tiempo no podría vomitar ese helado. Estaba claro que no iba a calentar la comida de su mamá.

Al entrar en la casa se dirigió al baño, se arrodilló e intentó vomitar...

Y volvió a intentar..

Y volvió a intentar..

Desgraciadamente habían pasado unos 30 minutos desde que comió ese helado y ahora tenía dificultades para vomitarlo. Akaashi empezó a provocarse náuseas para poder vomitar pero solo atinaba a toser y dar arcadas, su vista estaba borrosa por las lágrimas en sus ojos y seguía arrodillado en el suelo del baño.
Su cuarto intento por vomitar salió victorioso, o así lo describiría él, se lavó la boca y tiró de la cadena para seguido de eso verse al espejo y sonreír.

"No luzco tan mal"

Fue el único pensamiento de Akaashi antes de irse del baño, cerrando la puerta detrás de él.

Iba a irse a su habitación hasta que sintió la puerta sonar, al abrir se encontró con una chica de pelo color canela y ojos azul grisáceo que lo miraba de manera preocupada.

-¿Kaori?, ¿Pasa algo?- Akaashi se extrañó al ver a una de las managers del equipo en la puerta de su casa, Kaori traía unos cuadernos en sus manos y se se veía nerviosa.

-¡Akaashi! Perdón por venir a tu casa después de clases pero...tengo que entregar un informe mañana y no sé cómo empezarlo, pensé que como tú ya hiciste ese informe el año pasado podrías ayudarme..-Se miraron por unos segundos, Kaori era su amiga pero Akaashi en ese momento quería estar solo y no sabría si aceptar a ayudarla...

-Te daré 300 yenes si me ayudas.-

-Hecho.-

Akaashi dejó pasar a Kaori y le ofreció algunas galletas que había hecho su madre el día anterior, Kaori aceptó con gusto ya que de las pocas veces que Akaashi invitaba a sus amigos su madre les ofrecía comida.
Mientras que Akaashi le explicaba la estructura del informe junto con la rúbrica indicada Kaori notó una cosa, Akaashi no había comido ni una sola galleta.

-Hey Akaashi, ¿por qué no comes?, ¿No te gustan ese tipo de galletas?- Kaori se extrañó un poco, Akaashi era de esas personas que amaban la comida. Especialmente cuando es comida de su madre.

-No...no tengo hambre, tranquila. Puedes comerte todas las galletas si quieres- Dijo Akaashi con calma, disimulando su nerviosismo.

Kaori no dijo nada más, se limitó a asentir y escuchar la explicación de Akaashi sobre el informe. Había algo que le resultaba extraño y lo averiguaría después de entregar su informe.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•