| | | |

163 20 5
                                    

Louis

Estábamos saliendo de la casa de Greg, cuando me llamó para que entre otra vez.

-¿Si?.- Dije confundido.

- Louis, discúlpame, no quise hacer sentir incomodo a tu omega. Solo estaba revisándolo, no quise sobrepasarme. Quería asegurarme antes de decirte; lo mas probable es que Harry jamás pueda amamantar, tiene sus pezones demasiados lastimados.- Greg lo dijo con un tono de tristeza en su voz.

- No es mi omega. Disculpa por como me comporté, gracias por revisarlo. La semana que viene vendremos de nuevo, Greg.- Dije mientras abría de nuevo la puerta y salía.

Harry estaba esperándome justo en el sitio donde lo vi por última vez, miraba hacia abajo mientras jugaba con sus manos. Odiaba verlo tan sumiso y triste. Ya sabia algunas de todas las barbaridades que le hacia ese alfa, pero no tardará mucho en pagarlas.

- ¿Harry?, vamos a mi casa, allí te calentaras, sígueme.- Quizás hablé un poco autoritario y Harry se asustó. Mi alfa me pegó por dentro, el omega ya estaba lo suficientemente asustado de mi como para que yo le hable fuerte.

Harry pegó un pequeño saltito y me siguió rápido. Mi alfa necesitaba marcarlo con feromonas y hacer que se calmara. 

Llegamos a mi casa, estaba poco alejada del pueblo, pero no era mucho que caminar. Hacía mucho frío y podía sentir a éste calando los huesos de Harry. Él no estaba acostumbrado a temperaturas tan bajas y siendo un omega puro con bajo peso, me imaginaba el frio que sentía.

Llegué a la entrada primero y abrí rápido la puerta, indicándole con mi mano al omega que pasara, había dejado la chimenea encendida así que el ambiente estaba cálido, Harry suspiró de alivio. Lo veía temblar y le indique que se sentara frente al fuego si quería, el asintió y yo corrí a buscarle una mata caliente.

- Harry, toma.- Le dije mientras ponía la manta sobre sus hombros. Me miró con un mirada de agradecimiento y pude notar sus carnosos labios morados. Pensé que se le pasaría con el pasar de los minutos, pero no sucedió.

- Traeré una taza de leche caliente, ¿Te gusta?.- Dije en un intento de calentar su cuerpo, no sabía que hacer, temía que fuera hipotermia.

- Si, por favor.- Dijo el omega un poco emocionando, parece que le gusta la leche caliente. Fui a prepararla y en menos de 5 minutos ya estaba de nuevo frente a Harry, estaba sentado en el piso, envuelto como un burrito en la gruesa manta. Sentí un poco de ternura.

Le entregué la taza y el me agradeció mientras me miraba, sentí su mano muy fría y volví a ver sus labios, aun estaban morados, incluso mas que antes. Ya habían pasado 20 minutos y él todavía no lograba calentarse. Estaba desesperado, ya no tenia color en su piel. Me alarmé.

- Harry, ¿Sientes mucho frio aun?.- Me respondió asentando con la cabeza y un sonrojo muy clarito para ser el, apareció.

- Llamaré al doctor de nuevo, omega. - Harry me miró con miedo.

- ¿Me-e revisa-ará de nuevo?.- Preguntó con miedo y le negué con la cabeza. Me quedó mirando unos segundos con aquellos ojos grandes color esmeralda, no pude resistir mas y aparté la mirada. Busqué mi celular y llame a Greg rápidamente.

- Greg, hola. Necesito que vengas a mi casa, Harry tiene hipotermia. - Dije un poco desesperado y me respondió que ya estaba en camino. Pasaron 5 minutos y el doctor tocó mi puerta, le indique que pasase y revise a Harry.

- Hola Harry, ¿Puedes levantarte?.- Con solo ver el estado de Harry, me miró preocupado.

- Ho-ola.- Dijo Harry mientras intentaba levantarse, no pudo y Greg le indicó que se quedara donde estaba. Inspeccionó su cara y manos.

¿Are you lost, Omega?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora