Era una tarde soleada y el parque se llenaba de risas y alegría mientras Laia se encontraba con su grupo de amigos: Aisha, Laura, Queralt, Irene, Rubén, Iker y Eric. Habían decidido reunirse después de sus respectivas jornadas de estudios y trabajo para disfrutar de un merecido descanso.
Sentados en un círculo sobre la hierba verde, compartían sus experiencias del día mientras el aroma de las flores silvestres impregnaba el ambiente.
Aisha, con su característica sonrisa, comenzó a contar las anécdotas que vivió en la UCI durante su turno.
- Chicos, hoy tuvimos un caso complicado, pero gracias al equipo médico pudimos darle el alta a un pequeño luchador. Ver cómo se recupera y vuelve a sonreír es lo que hace que valga la pena cada día en el trabajo - expresó Aisha con emoción, mirando a Laia, quien asintió con orgullo.
Laura y Queralt, entusiasmadas por su vocación en laboratorio, compartieron emocionadas sobre sus prácticas y proyectos.
Irene, la jinete del grupo, habló sobre su último salto y la conexión especial que sentía con su caballo.
Rubén e Iker, los informáticos, se enfrascaron en una animada conversación sobre nuevos lenguajes de programación y proyectos en los que estaban trabajando.
Eric, el futuro juez, intervenía ocasionalmente para compartir detalles de las leyes que estaba estudiando y cómo aplicarlas en situaciones cotidianas.
- Chicos, mañana, mi familia y yo nos iremos de viaje a Menorca durante 5 días. Nos alojaremos en un hermoso aparta hotel junto a la playa.
Los ojos de sus amigos se iluminaron y comenzaron a expresar su alegría por ella.
- Oh, Laia, te lo mereces completamente - dijo Aisha, entusiasmada. Trabajas tan duro y siempre te preocupas por todos, ¡es genial que puedas tener un descanso!
- ¡Menorca es increíble! Disfrutarás de las playas y paisajes maravillosos - agregó Laura, recordando su propia experiencia en la isla.
Queralt asintió emocionada y dijo:
- Será una oportunidad para desconectar y recargar energías. ¡Disfruta cada momento!
Irene sonrió y bromeó:
- Y si te encuentras con algún caballo en la playa, ¡seguro tráemelo!
Todos rieron y Laia agradeció el apoyo de sus amigos.
- Gracias, chicos. Sí, será un viaje para relajarnos y pasar tiempo en familia. Necesitaba este descanso, y estoy agradecida por tener amigos tan maravillosos que siempre me apoyan.
Rubén e Iker, quienes siempre apoyaban a Laia en sus momentos difíciles, le dieron una palmada en el hombro y dijeron al unísono:
- ¡Disfruta y diviértete al máximo, amiga!
Eric, el futuro juez del grupo, sonrió y añadió:
- Descansa bien y toma el tiempo para disfrutar de cada instante. Te estaremos esperando aquí cuando regreses.
- Gracias a todos, de verdad. Son lo mejor que me ha pasado y siempre estaré agradecida por tenerlos en mi vida - expresó Laia con gratitud en su voz.
Eric, con su lenguaje formal y ojos marrones que reflejaban comprensión, decidió abordar el tema delicado que había estado preocupando a Laia.
- Laia, si no te importa que sea directo, me preocupa que aún no hayas hablado con tus padres sobre la ruptura con tu ex novio - expresó Eric con suavidad.
Laia desvió la mirada hacia el suelo, sintiendo un nudo en la garganta. Hablar de sus emociones con su familia era un tema complicado para ella.
- Sé que ha sido difícil para ti después de esa relación tóxica - continuó Eric, mostrando su apoyo incondicional. Pero creo que compartirlo con tus padres podría ayudarte a sanar y recibir el apoyo que necesitas.
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24 DIAS PARA OLVIDARTE
RomanceEn medio del ajetreo y la responsabilidad que implica trabajar como auxiliar de enfermería en oncología pediátrica, Laia, una valiente chica de 18 años, lucha día a día para ofrecer un rayo de esperanza a los pequeños guerreros que enfrentan batalla...