CAPÍTULO 5: LA NOCHE DE ESTRELLAS

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Laia estaba acompañando a su hermano menor, Marco, mientras exploraban las diferentes opciones de comida. Mientras decidían qué platos elegir, Laia notó que Carlos, el chico con el que había planeado encontrarse más tarde, estaba cerca. Decidió acercarse y saludarlo.

- Hola, Carlos - saludó Laia con una sonrisa mientras se acercaba a él.

Carlos levantó la mirada y sonrió.

- Hola, Laia! ¿Cómo estás?

- Estoy emocionada por esta noche - respondió Laia con entusiasmo. Espero que tengamos una buena velada en la playa.

Carlos asintió con una sonrisa.

- Yo también estoy deseando pasar tiempo contigo.

Después de su breve intercambio, Laia regresó a su tarea de ayudar a Marco a elegir su cena. Mientras discutían las opciones, Marco parecía curioso y distraído.

- Oye, Laia - dijo Marco en voz baja, inclinándose hacia ella, ¿es ese el chico que te gusta?

Laia se sorprendió por la pregunta y sintió que sus mejillas se volvían rojas. Miró a Marco con un suspiro, no estaba segura de cómo responder.

Mientras tanto, Carlos había estado escuchando la conversación de manera discreta. Al darse cuenta de que Marco lo había mencionado, rio pero decidió no interrumpir y siguió trabajando en su tarea.

Laia se aclaró la garganta y miró a Marco con una sonrisa nerviosa.

- Marco, no deberías... Quiero decir, no es necesario que...

Carlos decidió intervenir de manera amigable.

- Hola, soy Carlos. ¿Cómo estás?

Marco miró a Carlos, un poco sorprendido por su intervención, pero respondió con entusiasmo.

- Hola! Soy Marco, el hermano de Laia.

Carlos sonrió y estrechó la mano de Marco.

- Marco, espero que disfruten de la cena.

Mientras Carlos volvía a su tarea, Laia suspiró aliviada por cómo Carlos manejó la situación. Decidió que era hora de moverse y cambió de tema.

- Vamos, Marco, elige lo que quieras para cenar.

Laia y Marco continuaron su tarea de seleccionar la cena mientras compartían risas y charlas ligeras. Aunque la situación pudo haber sido un poco embarazosa, Laia estaba agradecida por cómo Carlos había manejado todo. Sabía que esta noche aún les esperaba y estaba emocionada por pasar tiempo con él en la playa.

Después de la cena en familia, Laia se cambió rápidamente en su habitación, poniéndose su bikini azul y un atuendo cómodo para la noche.

Miró su reflejo en el espejo con una sonrisa de anticipación. Se sentía lista para la velada y esperaba que fuera una experiencia memorable.

Antes de salir de su habitación, Laia envió un mensaje rápido a Carlos para informarle que estaba lista y que la esperaba en su coche. Salió de su habitación y se despidió de su familia una vez más, recibiendo palabras de ánimo y sonrisas.

Caminó hacia su coche, sintiendo mariposas en el estómago mientras esperaba a que Carlos saliera del trabajo. Mientras aguardaba, miró hacia el horizonte. Laia se sintió agradecida por este momento y por la oportunidad de compartirlo con alguien tan especial.

Laia vio a Carlos por el retrovisor, lo noto un tanto distinto ya que no llevaba sus características gafas.

Su corazón dio un vuelco de emoción y no pudo evitar sonreír. Salió del coche con entusiasmo y se acercó a él.

24 DIAS PARA OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora