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𝗧𝗲𝗿𝗰𝗲𝗿𝗮 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮.

Realmente no tuvo tiempo de fijarse el pronóstico de hoy antes de salir de la torre, así que no se enteró de que una lluvia potencial azotaría la ciudad una vez caída la noche. Las nubes ya cubrían la mayor parte del firmamento, tapando las pocas estrellas que lo adornaban. La brisa fresca despeinaba sus cabellos castaños, desde la cornisa del rascacielos mas alto de la zona podía vislumbrar la ciudad en su totalidad, con su contaminación lumínica que solo la hacía ver más cálida de lo que ya era.

Movía sus pies en sincronía con la melodía que se escuchaba a lo lejos, una conocida canción que le acordaba mucho a su ciudad. Muchas veces extrañaba su hogar pero no cambiaría lo que era ni lo que tenía acá ni aunque le pagaran en dolares, su vida solo había mejorado -a pesar de todos los altibajos a lo largo de su estadía- Desde que había pisado el gran Buenos Aires.
Tal vez visitaría el lugar pronto pero por ahora estaba bien justo donde residía.

───¿Tanto va a tardar? Ya me terminé el jugo ───resopló molesto, masticando el sorbete para descargar frustraciones.

Había estado esperando a Ivan hace casi una hora, la ultima vez que se vieron -el día anterior, para aclarar- arreglaron el mismo lugar y horario que solían frecuentar para encontrarse en sus típicas redadas nocturnas. El pelinegro no aparecía y Rodrigo ya estaba empezando a impacientarse, y por otro lado, a asustarse. ¿Y si le había pasado algo en el camino? ¿Y si se topó con un problema y ahora estaba atrapado en una situación difícil? ¿Y si lo habían secuestrado para experimentar con él y vender su sangre por la deepweb o le hubieran lavado el cerebro y ahora Deadpool sería una entidad malvada que recibía comandos en ruso y mataba a todo aquel que se le impusiera en una misión de apoderarse del mundo con una junta criminal a su mando?

Dió pequeños golpecitos en su cabeza y suspiró concentrándose en la maravillosa vista de la Ciudad.

───Dios, estoy sobrepensando de nuevo...

───Espero que en mi o me voy a poner muy triste, arañita ───y como si sus pensamientos dramáticos hubieran invocado al mayor, este apareció a sus espaldas con el traje cubierto de sangre y sosteniéndose un brazo cerca del torso, como si estuviera protegiéndolo del exterior───Buenas noches, lindura.

───Uy, Pool, te ves fatal. Con toda la intención de ofender.

El más alto soltó una carcajada humorística y luego se quejó por el movimiento en su extremidad dañada, siseando con dolor. El bajito ya se había incorporado de su lugar y ahora estaba frente al alfa, sosteniéndole la mirada con interrogación facial para hacerle saber que tenía curiosidad por lo que lo aquejaba.

───Ya sé, tuve un percance de camino hacia acá y... te juro que lo tenía todo controlado hasta que un pelotudo salió de la nada y se abalanzó sobre mi. Acá está la consecuencia de querer hacerle una llave a una bola de fraile escurridiza.

Soltó el agarre sobre su antebrazo y dejó en exposición la clara ruptura de hueso en su muñeca, la cual estaba doblada de una manera que se veía bastante dolorosa. Rodrigo respiró profundo, intentando no hacer una mueca de desagrado ante la inflexibilidad con la que el mayor volvió a poner el hueso en su lugar, internamente se preguntó porqué mierda no lo había hecho antes de que él lo viera. No le reprochó, ya no importaba.

───Ugh, que bueno que tenés esa cosa de regeneración inmediata.

───A veces me pongo a pensar que si me cortan la pija ¿Existe la posibilidad de que se regenere aumentando su tamaño o volverá a crecer los humildes tres centímetros de siempre?

𝗦𝗣𝗜𝗗𝗘𝗥𝗕𝗢𝗬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora