Renacimiento del Ser Celestial Supremo [III]

Capítulo 571: Banquete en lo Alto de la Torre

"Por supuesto, no sé cuánta gente en las Nueve Tierras predica esto."

Lin Zhan mostró involuntariamente el anhelo de su corazón, diciendo: "Primero, compitieron con espadas. La Montaña Kun se hizo añicos y las estrellas cayeron. Después, compitieron con música. Un millón de pájaros se volvieron sombríos para uno, y un millón de fantasmas lloraron y aullaron para el otro. Luego hubo una partida de ajedrez. Salió el sol y cayó la luna, pero la victoria fue difícil de distinguir. Por último, discutieron sobre el Dao. Por cada día que hablaban, bebían una jarra de Vino de los Mil Años. Subieron hasta el piso noventa y nueve de la pagoda de la Montaña Kun, con una persona tocando la flauta y la otra bailando con la espada. El sol, la luna, las montañas y los ríos eran tenues en comparación. Finalmente, los dos atrajeron al Monarca del Fénix Occidental para que bailara con ustedes."

Este tipo de imagen era tan brillante como el sol y la luna. Era como mirar a las montañas, pero incapaz de igualarlas.

De repente, Xuan Wushe levantó los labios y sonrió. Esta sonrisa era como la rotura de un jarrón de plata o la desintegración de la escarcha, trayendo consigo una brisa primaveral y el rejuvenecimiento de diez mil árboles. "Sólo sabes que Feng Jingyu fue atraído aquí por nosotros, pero no sabes la primera frase que dijo cuando vino."

Lin Zhan preguntó con curiosidad: "¿Cuál es?"

Xuan Wushe dijo: "El corazón de Feng Jingyu estaba sumido en un dolor extremo. Viendo la Pagoda de la Montaña Kun que fue destruida por nosotros y estaba a punto de derrumbarse, no pudo esperar a vomitarnos fuego y quemarnos hasta hacernos cenizas. Él dijo, ¿Qué mal creó la Montaña Kun de Laozi que realmente atrajo a dos pequeños bastardos descuidados que no se preocupan por nada? Si no arreglan este lugar y lo devuelven intacto, ¡ni uno solo de ustedes saldrá vivo de mi Tierra del Oeste!"

Yan Tianhen, ... ¡Jajajajaja! ¡Maomao es poderoso y dominante!

Lin Zhan se quedó atónito al principio, luego se alegró y no pudo evitar reír. "¿Así que el Soberano Xuan y el Rey Ye se quedaron para reparar?"

Xuan Wushe resopló suavemente. "Este Soberano no es alguien que se atreva a hacer cosas pero no se atreve a asumir responsabilidades. Naturalmente, tenía que repararlos antes de marcharse. No era más que una estúpida pagoda; ¿de verdad tenía que preocuparse tanto?"

Yan Tianhen sacudió la cabeza. "Debe ser porque ustedes dos no pudieron vencer a Maomao en ese momento que sucumbieron a su intimidación, de lo contrario habrían huido definitivamente."

Aunque la boca lo dijera, eran los adolescentes los que querían ser románticos, lo que hacía que la gente lo anhelara.

Lin Zhan estaba obviamente obsesionado con Xuan Wushe. Dijo con una sonrisa: "El Soberano es naturalmente correcto en todo lo que hace, y la relación entre el Soberano y el Rey Ye realmente hace que la gente lo desee. Si pudiera conseguir un confidente en vida, podría morir sin remordimientos."

Los ojos de Xuan Wushe se fijaron en Lin Zhan. "¿Si un día, entre este Soberano y él, sólo uno pudiera sobrevivir?"

Lin Zhan se quedó atónito. "Entonces el Soberano debe ser el que sobreviva."

Xuan Wushe sonrió suavemente y cogió a Lin Zhan en sus brazos. "La familia profeta, que generalmente adivina los secretos del Cielo, dijo que dentro de cien años, la familia Xuan y la familia Yan tendrán una batalla a vida o muerte. El ganador se convertirá en el gobernante, y el perdedor se convertirá en nada. Yan Zhonghua y yo estamos destinados a ser enemigos y no amigos desde el nacimiento."

Lin Zhan se movió, mirándole con ojos ardientes. "Los profetas no nombraron a Su Majestad y al Rey Ye, así que ¿quizás será otro?"

"¿Quién más podría ser sino el sucesor directo? El heredero de primer rango, excepto Yan Zhonghua, no hay nadie más."