Abrí los ojos y todo estaba oscuro. No tenía idea de donde me encontraba.
Tenia demasiado sueño que volví a cerrar mis ojos. Me sentía tan cansada.
Pero una gran preocupación me invadió por completo.
-Esta no es mi habitación- dije en un susurro que sonó muy seco gracias a mi garganta la cual parecía un desierto.
Me sentí atemorizada, no sabia donde estaba. Pero no podía moverte, mi cuerpo no respondía;dolía tanto. Cada parte de el.
Tenia ganas de llorar,me sentía tan impotente.
Me di por vencida y trate de tranquilizarme. Lo que resultó en vano.
De repente se escucharon murmullos y pasos que se acercaban a donde sea que me encuentre.
La puerta se abrió y de está entró una mujer con vestimenta de enfermera.
-¿Donde me encuentro?- fue lo único que pude decir.
-Tranquila. Estas débil y tienes que descansar. Sólo vine a ver como seguias -dijo la desconocida tomando mí mano.
Nunca había sentido una mano tan cálida como esa. Inclusive me sentí más relajada y con menos dolor corporal.
Yo sólo asenti.
-Bien, te dejare descansar y vendre lo más rápido que pueda. Mientras tanto querida trata de descansar para reponer fuerzas- lo dijo con una sonrisa sin hipocresía.
Acto seguido ella salió de la habitación. La cual era bastante linda.
Me quedé admirando cada detalle de está.
Hasta que sentí mis parpados pesados y me quedé pérdida en un profundo sueño.
No estoy segura del tiempo que me quedé dormida. Pero tengo la certeza que fue el suficiente para que mí cuerpo ya no doliera.
Me senté en la cama apoyando mis manos. Ya que sentía unas tremendas ganar de ir al sanitario.
La puerta se abrió sin previo aviso.
-Hola Sofia, me da gusto que hallas despertado.-
- ummm ¿Hola?- respondi preguntando ya que no lo conocía.
Se acomodó a mí lado.
-¿Lista para regresar a casa?-.
Puedo apostar lo que fuese al saber que mi cara en este momento podría ser todo un poema.
-Disculpa que suene algo grosero. Pero la verdad es que no me acuerdo de ti. Lo lamento-.
Dije algo confundida al tener que pedir disculpas sin que halla realizado alguna mala acción.
-Ou... Lo siento. Mi nombre es Sebastian- dijo extendiendo su mano para que pudiese estrecharla y eso hice.
-Oye disculpa que suene grosera pero necesito la disposición de un sanitario de inmediato-.dije moviendome de un lado a otro.
-Sí claro. Acompañame.- dijo tomando mi mano para salir de la habitación.
Estábamos por un pasillo.
Iba contando las puertas blancas desde que salimos de la habitación.
1...2...3...4...5...
Enserio que el baño está algo lejos.
Cuando llegamos sin dudarlo y sin dirigirle la mirada; cerré la puerta en su cara e hice mis necesidades.
Lave mis manos y salí de ahí.
El estaba esperando pacientemente. Me vio y sonrio.
-Bien. Alguna pregunta,aclaración, oh algo.- dijo ahora serio.
-Bueno. Primero que nada. -¿Donde rayos me encuentro?.-
Creo que esa pregunta lo saco de sus orbitas ya que no me contesto. Sí no que tomo mi mano nuevamente y me guió a una habitación.
Pero no recuerdo haber dicho algo para incomodarlo. Ya que se veía bastante tenso.
-Está bien te diré...
PRIMER CAPITULO.
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