Ink Soul

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Celos, en la sombra del alma, celos acechan,
Dolor profundo, como lluvia que moja.
Inseguridades, como espinas que pinchan,
Corazón herido, alma en deshoja.

Miradas de fuego, desconfianza en el aire, laberinto de pensamientos traicioneros. El amor enredado en red de pesares, caminos inciertos, pasos aguaceros.

Dolor de alma sufrido en silencio y sin que nadie sepa de él, ¿Por qué sentía eso? Sus ojos color miel, oscurecidos por el dolor y enojo, semblante serio lleno de dolor y miedo el cual no lograras notar a menos que el corazón se abra a ser escuchado.

Hwang escondía aquellos celos entre humo blanco y aroma a tabaco, quería decirle y expresarle a Felix cuanto deseaba que él fuera solo para él, pero claramente eran como agua y aceite en esas condiciones.

En la quietud profunda, la soledad se esconde, un eco sin respuesta en la vasta inmensidad. Un amigo silente, que en el alma responde, un sentimiento que abraza con su realidad.

Entre susurros de sombras y suspiros perdidos,
La soledad camina por pasillos del tiempo.
En el corazón humano, deja sus latidos, una melodía triste, un lamento sin aliento.

Un querer y estar con aquel chico proveniente del sol, con esos ojos de lucero, con labios color rojos rosados, con sabor a cereza y suavidad de terciopelo. Vivía en un sueño, del cual cayó de golpe al saber que todo era posiblemente un error, una mala idea.

———

Felix seguía hablando con aquel chico, el cual tenía un cuerpo bastante trabajado, con cabellos color café claro, y sonrisa soñada. Alto y con piel blanca, se veía muy bien, era demasiado gentil y dulce con Lix.

— Bang Chan hyung, creo que debo de ir a mi apartamento, tengo deberes que hacer.

El mayor sonrió y asintió, había logrado su cometido, pasar un rato a solas con Felix, habían estado en aquella cafetería por al menos tres horas, ver la sonrisa de Lix y escuchar su linda voz le era suficiente. 

Lix tomó su maleta y se despidió del mayor, seguido salió del establecimiento. Caminó de regreso al edificio de apartamentos y buscó el de él, al entrar no encontró a su apuesto artista.

Caminó hasta la habitación del mayor y al abrir la puerta lo encontró envuelto entre sus sábanas, estaba durmiendo, así que Lix se acercó al mayor, al ver su rostro este estaba con sus mejillas húmedas y su piel algo rojiza.

Aparentaba haber llorado, ¿Por qué? Uh, bastante simple, al compás del pensar, se teje un laberinto, difícil de desatar. Sobre pensar, cadenas de dudas y pesar, navegando en aguas turbias, sin rumbo encontrar.

Hilos de pensamientos enredados van, tejiendo telarañas de incertidumbre sin cesar. Cuestionamientos constantes, sin tregua ni calma, atrapado en un bucle, la mente se desarma.

Aquel camino obscuro de palabras y pensamientos tejidos por miedos, penas y dolores habían provocado que aquellos luceros de artista quedaran adormecidos por agua tintada de dolor, Lix no sabía el porqué de aquel repentino cambio.

Este se acomodó a la par del mayor, abrazándolo, suspirando al sentir su aroma, aquel espíritu artista, con tan espontáneo ser y divagante entre los hilos de la vida, retratado entre hojas acuarela y colores fríos descansaba entre sus pensamientos destructivos, aquellos que lo inspiraban a dibujar eran los mismos que lo hacían sufrir. En la calma, quizás podamos descubrir, que a veces es mejor simplemente existir.

La tarde de solsticio, con aquellos árboles en tonos anaranjados y ese frío que tanto amaba Felix lo hizo quedarse ahí, abrazando aquel cuerpo marcado por experiencias del pasado, aún desconocía de su amante, pero añoraba conocer cada detalle de él, saber sus pasiones, sus dolores, inspiraciones, y aquella delgada línea la cual lo hacía quedarse aquí.

————

Lix al pasar los minutos quedó dormido, el sol regreso al otro lado del hemisferio, dándole paso a la luna neón de aquella noche, la alcoba fría, aquella cama recubierta por suaves suspiros y sueños, estaban bien así, Hyunjin había calmado sus emociones, se sentía como un completo idiota, era débil. No sabía controlar sus emociones, odiaba ser así.

Al despertar y ver al causante de sus enredados pensamientos se acomodó más cerca de él, olfateando su cuello, el cual era cálido y cómodo, con un aroma suave a vainilla, asentaba tan bien con Lix, amaba tenerlo así de cerca de él. Aquella tenue luz dejaba ver su rostro calmado, ¿Estará soñando algo? Se preguntó Hyunjin. Se veía bastante bien así.

Ver a Felix lo hacía olvidarse de su vida fracasada, la cual ocultaba a toda costa de todos los ojos que lo seguían, ser hijo del hombre más codiciado de toda Corea no significaba que su vida fuera perfecta.

Odiaba a su familia, odiaba cada parte de su vida, recordar que en algún punto deberá regresar a aquella casa y hacerse cargo de una empresa y puesto que no deseaba lo frustraba.

Estar en aquella universidad era su único lugar para escapar de su no deseado futuro, que aparte de eso, su padre lo odiaba por su preferencia de parejas amorosas.

Su padre lo odiaba por seguir dos carreras poco relevantes, por sentir amor hacia su mismo sexo, por su forma de ver el mundo, su poca responsabilidad en cosas familiares y el aplazar su cargo en aquella empresa que le había costado la mitad de su vida llevar a lo que era ahora. Sentía que Hyunjin era un hijo mal agradecido, con poca ética y moral.

Le había mentido, engañado y sobre todo, puesto en riesgo su propia salud aquella noche en la playa, todo por una idiota relación que llevaba ocultando desde años, aún no le perdonaba eso.

Hyunjin aquella noche en que todo se fue en picada por primera vez sintió que era tocar fondo, llegar al punto en que deseaba acortar aquella delgada separación entre la vida y la muerte, pero en vez de acabar con su insignificante existencia se ganó el odio de sus padres.

Por ese mismo motivo nunca más podría volver a ver a la cara a Yang Jeongin, el mismo chico perfecto que le arruinó cada parte de su vida.
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M inspiré ☝🏻🤓

Iiiiii gracias por leer tq a todos! 💗

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