Frutos Rojos - Sunflower - OMORI

14

Tal vez el humano había pasado solo medio día en ese castillo, pero ya se había ganado el cariño y confianza de TODAS las criaturas en ese lugar

¿Como?

Pues...

_uy Kel... tenías razón, el humano si que es bueno en esto...._ dijo la chica reptil sintiendo las caricias del humano en su cuello

_te lo dije..._ dijo el moreno siendo acariciado con la otra mano

_... chicos... ya me duelen los brazos... ¿podemos parar por un par de minutos...?_ dijo el pelinegro ya un poco agotado

_awww...._ dijeron todos lo que esperaban por su turno

_bueno bueno, un descanso de diez minutos no haría daño al humano, ¡todos dispersense!_ exclamó el moreno, para que todos empezaran a alejarse, pero manteniéndose cerca de la vista del humano

_... gracias..._ dijo el pelinegro, sacudiendo sus manos para  relajarlas

_no hay de que amo Su- es decir, Sunny Suzuki_ dijo corrigiéndose el moreno, se había encariñado demasiado con el humano

_¿como ibas a decir?_ dijo asombrado el pelinegro

_oh, no es nada, es solo que eres muy amable Sunny Suzuki, me recuerdas a los amos.... sobre todo al amo Basil..._ dijo  arrecostandose de la mesa en la que esperaban a los mayores

_... ¿como es ese tal amo Basil..?_ preguntó el pelinegro poniéndose en posición de descanso sobre la mesa, observando al moreno menor

_ya lo conoces... es ese joven vampiro que te salvó la vida..._ el pelinegro no pudo evitar sonrojarse ante el leve recuerdo del vampiro que definía "perfección" para el _el amo Basil nos trajo a todos aquí..._

_¿como es eso..?_ preguntó el pelinegro

_¿quieres que te cuente? es una larga historia..._ advirtió el moreno

_creo que aun tengo tiempo de sobra para escucharla, así que, adelante_ dijo el pelinegro

_pues... no es muy complicado de entender a simple vista, todo comenzó hace un tiempo, los Amos Fey, construyeron este castillo a la orilla del río  de oro, con bastos campos para lo que fuera, todo con tal de refugiarse y a sus descendientes... con el tiempo, los Amos Fey fueron cazados o se desvanecían a la luz del día, haciendo que poco a poco este enorme castillo quedara vacío y hueco... entonces llegaron a la vida los Amos Basil y Rowan Fey, sus padres se fueron a otro lugar a tratar de  rescatar a otros de su misma familia, dejando a los Amos al cuidado de su abuela... pero su abuela cumplió su tiempo necesario, y ya no está entre nosotros... por lo que solo quedaban en este enorme castillo vacío el Amo Basil y el Amo Rowan... ... El amo Rowan era todo una bestia, cazaba lo que pasara por enfrente y era todo un sed de sangre.... al contrario que el amo Basil, un amante de las plantas al igual que su abuela, tomaba fotos a las plantas y tejía, un joven calmado y que perdonaba a sus presas... con el tiempo, el amo Rowan salía mucho y el amo Basil se quedaba totalmente solo en este castillo, y fue ahí cuando se le ocurrió tratar de traer devuelta la vida en este castillo... empezó a rescatar criaturas en contra de voluntad de el amo Rowan.... al principio el amo Rowan quería despedazarnos y comernos, pero con el tiempo se encariñó con nosotros, pero aun así, quien se haría cargo de cada criatura en este castillo, debía ser el amo Basil, y nosotros no debíamos interrumpir en ningún momento al amo Rowan, y así fue como durante estos años, cuando nuestra especie era lastimada de alguna manera, ahí estaba el amo Basil como un ángel de la guarda, nos cuidaba y nos traía carne de comer, en los enormes campos nos dijo que sembráramos flores y cultivos, hacíamos pan para todos... la única condición era siempre obedecer a las ordenes de los amos... y pues, tampoco es que ellos sean personas muy mandonas, pero si dejan claro que hay que respetarlos, así que siempre estamos a sus servicios, el hecho de que nos dejaran vivir y darnos un techo en el cual estar es mas que suficiente para nosotros... estamos agradecidos con eso... y la verdad es que a veces el mismo amo Basil viene a jugar con nosotros... es lindo cuando podemos pasar tiempo con él..._ 

_... ya veo..._ dijo el pelinegro, sorprendido con esa parte de la historia del rubio que tanto le encantaba