Capítulo 4 - Entre Estrellas y Despedidas

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El viento nocturno susurraba su canción a través de las hojas, mientras León, Clau y Soli se encontraban en un claro rodeado de altos árboles. Las estrellas brillaban en el cielo oscuro, creando un arrullo mágico que parecía envolverlos en su abrazo. El trío estaba sentado en círculo, perdido en la contemplación de la belleza celestial que se extendía sobre ellos.

León suspiró, su mirada perdida en las estrellas. "En el faro de tu amor", murmuró, "en el regazo de tu piel. Es que no hay nadie como tú...". Las palabras flotaban en el aire, cargadas de un anhelo profundo y sincero.

Clau lo observó con una sonrisa triste, notando la nostalgia en sus ojos. Soli, siempre enigmático, parecía captar la tristeza en el aire y asintió con una expresión comprensiva.

"En un arrullo de estrellas", continuó León, su voz suave y cargada de emoción. "Te lo digo desde el alma, y con el corazón abierto..."

El suspiro del viento pareció llevarse un trozo de su alma mientras el recuerdo de un amor perdido se insinuaba en sus palabras. Las palabras de la canción resonaban en su mente como un eco constante, recordándole los momentos compartidos, las promesas y las esperanzas que alguna vez habían sido suyos.

Clau extendió su mano y la posó con ternura sobre la de León, sintiendo su dolor. "A veces, el arrullo de las estrellas nos recuerda lo que alguna vez tuvimos y lo que se desvaneció en la distancia".

León asintió, sus ojos brillando con lágrimas no derramadas. "En un páramo de luz, despojados del dolor... Nos volvemos a encontrar, al final del infinito."

Soli rompió su silencio, su voz tranquila pero llena de sabiduría. "El amor es como un río púrpura que fluye entre dimensiones. A veces, el viaje nos lleva a lugares desconocidos, pero la esencia del amor siempre permanece."

León miró a Soli, buscando respuestas en su mirada enigmática. "Pero, ¿y si el amor se desvanece en la oscuridad? ¿Y si las estrellas que una vez brillaron con tanta intensidad ahora están ocultas?"

Soli sonrió, y en sus ojos había un brillo antiguo y profundo. "Las estrellas nunca desaparecen, solo se ocultan detrás de las nubes temporales. Y cuando llega el momento adecuado, vuelven a iluminar nuestro camino."

Clau apretó la mano de León con suavidad. "El amor puede cambiar de forma, pero su esencia perdura. Está en el arrullo de las estrellas, en la luz que brilla en nuestros corazones."

El capítulo concluyó con la melodía suave de las estrellas, sus destellos llenando el cielo con una promesa de esperanza y renovación. A medida que el trío se levantaba del suelo y se alejaba del claro, León sintió que, incluso en la pérdida, había un amor eterno que nunca se apagaría por completo.

𝓐𝓻𝓻𝓾𝓵𝓵𝓸 𝓭𝓮 𝓔𝓼𝓽𝓻𝓮𝓵𝓵𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora