𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐔𝐍 𝐀𝐁𝐑𝐀𝐙𝐎 ||𝐑𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒||

8-.Cumpleaños

Faltaba solo dos días para el cumpleaños de Sam.

Sabía que era lo que le iba a regalar.

Ayer después de besarme con Sam regrese a mi casa con una felicidad en mi rostro, no podía expresar como me sentía.

Estaba tratando de limpiar mi casa, nunca fui buena en esto pero hacía lo que podía.

Me arregle para ir a la fábrica donde Sam me había mandado, era la sorpresa para sus pollitos de colores.

Cuando llegue y me pidieron mi nombre me pasaron, me enseñaron los tipos de algodón y bordado.

Después de varias muestras para ver cuál era realmente la mejor tela y bordado, los elegí y aprobé para que empezaran con a fabricación de las sudaderas.

Luego de eso fue al centro comercial en busca de un micrófono para sam y un brazo para el micrófono.

Cuando los encontré, pague y volví a mi casa, saqué papel envoltorio que tenía en mi alacena, era de navidad y empecé a envolver sus regalos.

Pedí algo de comer ya que no tenía ganas de preparar algo de comer, mi isla estaba llena de papeles, muestras, mi laptop, la tablet entre otras cosas que ocupaba.

Estaba avanzando a un más en el proyecto, editaba los clips de Sam y su directo.

Sentía como el cansancio se apoderaba de mi.

Me acosté en mi sillón y quede dormida.

Escuchaba como los platos de mi vajilla sonaban haciendo que me despertaran.

Abrí mis ojos y Sam se estaba sirviendo de la comida que había pedido.

—¿Que tu no comes en tu casa?—digo y me dejo caer nuevamente en el sillón.

—Si pero tú tienes comida mucho mas rica en aquí—sonríe deja su plato y viene a darme un abrazo.

Correspondo a aquel abrazo suyo.

Ella vuelve a mi cocina.

—¿Que es todo esto?—señala todo lo que estaba en mi isla.

—El proyecto, las ediciones, sobre las sudaderas, trabajo—sonrió y recojo un poco mi isla.

—Lo siento.

—No esta bien, me gusta, menos esto—señaló al proyecto.

Me hace una cara de sufrimiento con sarcasmo incluido.

—Las sudaderas las aprobé, creo que hice buena elección, espero que les guste.

—Gracias.

Sam seguía comiendo y yo editando.

—Ojalá algún día, algún día noten que me estás explotando laboralmente.

—Tu aceptaste.

—Lo se—le di un beso en la cabeza.

En la tarde lleve a Sam a su casa, la señora Rosario me invitó a cenar pero sin embargo no acepté por qué ya era un poco tarde.