Creo que jamás había llegado tan temprano al instituto como hoy. Estoy realmente ansiosa, deseo recuperar mi luna lo más rápido que pueda. Siento como si me faltara algo, y tengo esa sensación desde antes de salir de casa, y se perfectamente que lo causa. Es realmente impresionante el como nos apegamos a algo que se vuelve tan cotidiano, que el no tenerlo resulta ser un poco extraño. Muevo de forma recurrente mi pierna, viendo de un lado a otro para ver por donde llegará el pelinegro. Como se le ocurra no venir hoy, no sé que haré.
— Buenos días, señorita Coli — me saludo el profesor Mendoza —. Parece que llego mucho más temprano que todos aquí, de hecho yo llegue temprano porque tengo que organizar unas cosas. ¿Desea acompañarme? Aún falta un poco para que empiecen las clases — me ofreció su mano y yo la tome poniéndome en pie.
Entramos al salón de clases y deje la mochila en mi asiento, el profesor hizo lo mismo con sus cosas, pero colocándolas en el escritorio.
— ¿Le gustaría tomar un poco de café? — me ofreció.
— Yo amo el café — comente acercándome.
— Ya somos dos — sonrió y me tendió el vaso. — ¿Qué te trae tan temprano por aquí? — pero si será curioso.
— Estoy ansiosa por recuperar algo — me lleve la mano al cuello inconscientemente, y cuando me di cuenta de ella la baje de golpe.
— Supongo que se de que se trata — tomo un sorbo de su café —. Espero que tú y Asher me entreguen un buen trabajo, tengo muchas expectativas puestas en ustedes dos. Y no es nada en especial por si es lo que piensas — este profesor me parece sumamente curioso e intrigante.
— Digamos que ya empezamos hacerlo — confesé.
— Eso es fascinante. Aprender del otro es lo mejor que podemos tener en la vida — y coincidí con él, tenía razón.
No intercambiamos más palabras, él se concentró en arreglar su clase y yo mientras tanto, aproveche el tiempo en escaparme de este mundo. Leer es de las mejores cosas de la vida, es impresionante el como se puede contar un historia solo con tinta, papel y alguien con mucha imaginación detrás. Regularmente escribo algunas cosas, es bastante liberador. Tus emociones cobran sentido cuando lo plasmas en papel, y tienes la oportunidad de recordarte tiempo después lo que sentiste en ese instante. En ocasiones tendemos a olvidar lo felices que fuimos en ciertos momentos, y solo recordamos lo malo, pero si fuéramos capaces de escribir todo aquello que nos hace sentir vivos, las tristezas se irían mucho más rápido.
La campaña de entrada sonó a todo lo que daba, haciéndome pegar un brinco en mi asiento. Los alumnos iban entrando uno tras otro sin mucha prisa, algunos saludaban al profesor y otros seguían de largo. Cada uno con un animo diferente. Y entonces apareció él, con una sonrisa en sus labios y con lo que más estaba anhelando ver, mi luna. Saludo al profesor con bastante ánimo y camino lentamente hasta nuestro asiento.
— Buenos días, Capital — saludo sonriente.
— ¿Puedes quitarte mi luna y entregármela? — dije molesta.
— ¿Ni siquiera un por favor? — terminó de acomodar sus cosas y se recostó del espaldar de la silla, pasando su brazo por detrás de esta. Vi de reojo sus mano cerca de mi hombro, y sus dedos jugando sobre la silla.
— Por favor — solté viéndolo a la cara y estirando mi mano para que me la entregara.
— Me parece maravilloso que conozcas la palabra mágica, pero no te la regresaré aún. De hecho, me luce mucho mejor a mí — y mientras dijo todo eso no coloco su mirada sobre mí. Tan engreído.
— Eres un engreído, ¿Lo sabes? — fingiré no estar enfadada, no arruinará mi día.
— Tal vez — y eso fue todo lo que dijo.
Apreté mis labios con fuerza y también arrugue la tela de mi ropa con mis manos. Pasa de parecerme lindo y un poco tierno, para luego ser un completo tonto. Ahora mismo necesito un frasco con paciencia, porque la mía se me está agotando y si seguimos así el trabajo final no llegará a ninguna parte. Por amor a la luna que alguien me ayude o terminare estampándole un texto de física contra la cabeza y así aprovecho en sacar la rabia que tengo acumulada en contra de los dos.
Hola de nuevo, mi querido lector. Hasta yo sentí que me tarde mucho tiempo, pero tengo una buena razón para justificar mi falta.
Este fin de semana fue el estreno de la obra de teatro en la estuvimos trabajando mis compañeros y yo por meses. En conclusión estos últimos dos meses fueron de locura. Y bueno, el ingreso para las universidades me está volviendo un poco loca.Hace muy pocos días fue 04 y 06 días importantes para este par, y por está ocasión no tengo mucho que decir, solo...¡Feliz 04! Y ¡Feliz cumpleaños, Asher!
Nos vemos en el siguiente capítulo.
Está escritora novata se despide.
Les dejo besitos tronados en sus mejillas.¡Bye!
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Una luna para París
Teen Fiction¿Quién besa a una persona con cinco minutos de conocerle? Pues parece que París Coli, lo haría. Una chica directa y con unas cuantas cosas por descubrir. Y tal parece que Asher es el más interesado por descifrar que pasa por la mente de esta chica...