1.1

475 39 3
                                    


-No tienes idea cuanto tiempo había pasado desde que caíste inconsciente, solo sabías que no habías querido despertar desde que lo hiciste, al menos no hasta ahora. Antes de abrir los ojos querías saber en qué situación te encontrabas, dejaste que tus otros 4 sentidos te lo dijeran; escuchabas un ruido de fondo muy lejano, bloqueado por lo que podría ser una pared o alguna superficie delgada, tu cuerpo se encontraba perfectamente bien y no le faltaba nada al parecer, incluso te encontrabas calientita envuelta en lo que imaginabas era una manta, recostada sobre algo suave mientras abrazabas algo bastante grande, a demás de oler algo que parecía ser loción masculina. Finalmente tomaste el valor para ir abriendo los ojos de a poco, no te esperabas la escena que viste.-

-El lugar era exactamente el mismo donde habías estado viviendo por días desde que llegaste, en la parte trasera del escenario, donde tanto el chico soleado y el chico lunar descansaban; ese aroma claro que lo reconocías también, aquel fresco e hipnotizador aroma que se había adherido a tu ropa por dormir en la misma cama que el chico lunar. Lo que no te esperabas es estar completamente aferrada al chico lunar, reposabas tu cabeza en su hombro, mientras él te abrazaba y acariciaba tu espalda, claro que no era muy discreto al momento de mirarte con atención, podías deducir que ya llevaba un rato mirándote fijamente mientras descansabas.-

Buenos días, bella durmiente — dijo con su tono coqueto y juguetón que siempre usaba, aunque aún sonreía de manera antinatural, no sabes por qué esperabas que hubiera cambiado ya, te decepcionó un poco.

— Buenos días... — respondiste mientras intentabas sentarte en tu lugar separándote de él para evitar ponerte roja de los nervios por tenerlo cerca, pero su agarre se hace más fuerte y te aprieta contra él, haciéndote sonrojar mientras subes la mirada para verlo.

— No te alejarás de mi a partir de ahora, así podremos jugar siempre — su sonrisa se ampliaba, aunque ahora parecía la de un niño pequeño tras haber recibido el juguete que quería para navidad. Te ruborizaste aún más pero no objetaste, era mejor que estar muerta, simplemente asentiste y te acurrucaste en tu lugar, apretando un poco el abrazo, aunque no era tu Moondrop, extrañabas el contacto físico con él, demasiado para tu gusto.

-Su sonrisa solo pudo ampliarse cuando correspondiste a su abrazo, creía que ya habías aceptado que estarías con él hasta el día de tu muerte, o como quería pensar... Para siempre.

— ¡Ahora eres mía! — te apretó y escondió su rostro en tu hombro, te estremeciste y tensaste al principio pero al final cediste, tus manos subieron de manera suave hasta su nuca y la parte trasera de su cuello, acariciaste como si fuera una muestra de afecto aunque en realidad buscabas el lugar donde podías abrirlo, donde su sistema central se encontraba.

-No se opuso a la "muestra de afecto", por lo que no tardaste en encontrar aquella entrada, cuando topaste con la manera de retirar la tapa se estremeció y se separó un poco, aún sonriente, habías estudiado los planos de aquella creación cuando no tenías nada que hacer en las habitaciones o camerinos de los demás animatronicos, los planos los sacaste de la habitación de Roxanne pues ella guardaba toda la información posible de la construcción de todos y cada uno de sus amigos.-

——————Flashback——————

¿La manera en la que están construidos? — preguntaste algo confusa mientras te sentabas en el suelo al lado de Roxanne, observando unas hojas que tenía dispersas en el suelo, planos de cada uno de los animatronicos funcionales en el lugar — ¿de dónde los sacaste en primer lugar? — pasaste la mano por los planos y tu mirada los recorría sin tomarles mucha importancia, al menos hasta llegar a los planos de Moondrop y Sundrop, los tomaste y comenzaste a analizarlos con atención.

— Bueno, los fui robando conforme me llevaban a reparaciones — mencionaba la loba orgullosa mientras observaba atentamente como analizabas aquellos planos en especifico, le causó una suave sonrisa mientras posaba una mano en tu espalda y acariciaba con suavidad buscando reconfortarte un poco, no quería que te siguieras sintiendo mal por no haber encontrado todavía a los niñeros del lugar. Te estremeciste y tu mirada volvió a la chica a tu lado, le ofreciste una cálida y suave sonrisa.

— ¿Crees que... podría tener este por un tiempo?, solo hasta que termine de aprenderlo o tal vez lo... — desviabas la mirada algo apenada mientras hablabas, no buscabas ser una molestia y mucho menos quitarle algo valioso para ella, aunque no pudiste terminar de hablar.

— Quédatelo, te será más útil a ti que a mi — te interrumpió mientras reía con suavidad, y subía su mano hasta tu cabeza, haciendo que volvieras a mirarle.

— ¿De verdad? No quisiera... — te callaste cuando hizo una seña con su mano libre, solo sacudió un poco su mano mientras permanecía sonriendo felizmente.

— Lo que sea por una amiga — te revolvió el cabello antes de levantarse y mirar la hora, suspirando con pesadez caminó a la puerta — aunque me encantaría ver como te intentas memorizar eso, hay niños que tengo que perseguir — se detuvo en la puerta para mirarte una última vez, te guiñó un ojo y se despidió con una seña de mano. Dejándote ahí sentada por unos momentos mientras sonreías, tu mirada bajó hacia el papel y lo apretaste contra tu pecho, estabas un paso más cerca de recuperarlo...

—————Fin del Flashback—————

No toques ahí, traviesa, me hace cosquillas — mintió el chico lunar mientras alejaba tus manos de su nuca, bajándolas un poco a sus hombros para que no te separaras, no quería alejarse de ti.

— Bueno... — te "resignaste", aunque también mentiste, ibas a seguir insistiendo con hacerlo; pensaste qué tal vez debías ser más cautelosa con él, pues era mucho más fuerte que tú, y por obvias razones, más alto.

-Para tu buena suerte el chico lunar mantuvo su mantuvo su promesa, los días pasaron y Vanessa... o más bien, Vanny, te dió por muerta; el chico solar salía a trabajar durante él día y te dejaba descansar a solas, un par de veces trataste de hablar con él pero te ignoraba o evadía las preguntas que le hacías, simplemente saludándote y despidiéndose. En cambio, el chico lunar no te permitía dormir en la noche, te sacaba a jugar con él todo tipo de cosas, desde las más simples hasta juegos bastante complejos que te exigían bastante tanto física como mentalmente; después de un par de días de no dormir decidiste tomar siestas a lo largo del día para no tener tanto sueño y cansancio en aquellos juegos que tanto anhelaba probar Moondrop.-

-Una cuestión rondaba por tu cabeza durante los 6 días que pasaron tan lento que te desesperaba cada minuto, nadie sabía que estabas ahí más que lo que sería un loco y alguien que te ignoraba, tus amigos, familia, y los demás animatronicos seguramente ya te daban por muerta... Si Moondrop o Sundrop decidían que era mejor matarte para tener una carga menos de encima... nadie lo sabría.-

Mi lindo niñero, T/N x MoondropDonde viven las historias. Descúbrelo ahora