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Los días habían pasado y una noche Jisung estaba guardando todas sus cosas en una maleta.

– ¡No te irás de aquí!

El señor Han grito y Jisung solo lo miro con odio.

– ¡Te odio a ti y a Eunji! ¡Siempre estas de su lado y nunca estas del mío, nunca me has intentado entender! ¡Ella solo te quiere por tu mugroso dinero!

– ¡Deja de hablar así de ella!

– ¡¿Ves como si te preocupas más por ella?! ¡Ella me hizo mucho daño papá! ¡A parte, ya no soy un niño como para que me sigas diciendo que hacer!

Jisung hablo cerrando su maleta. Se colocó la mochila y bajo la maleta para después irse de la habitación e ir bajando las escaleras, su padre ya no estaba detrás de él.

Jisung salió de la casa bastante enojado y este camino y camino hasta que se detuvo y empezó a llorar mucho.

Jisung saco su celular y decidió llamarle a Minho, quién respondió de inmediato.

– ¿Sunggie? ¿Pasa algo?

Minho preguntó al otro lado de la línea muy preocupado al escuchar los sollozos de Jisung en el teléfono.

– Puedo... No... Te necesito, mucho... ¿Puedo ir a verte? Me fui de casa y... No tengo donde ir, no sé con quién ir y solo pienso en ti, por favor... Ayudame Minho.

– Ay mi Sunggie, claro que puedes venir, ¿Quieres que vaya por ti?

– No, yo iré, no tardaré en llegar, lo prometo.

Jisung hablo y solo colgó la llamada para así tomar sus cosas e irse al departamento donde vivía Mínho.

(...)

Al llegar, este toco la puerta y fue abierta segundos después.

Minho observo a Jisung y sintió su corazoncito doler de tan solo verlo con sus ojitos rojos y llorosos, mientras realizaba un puchero, conteniendo el llanto.

– Sunggie...

Llamó y Jisung rompió el llanto en cuánto Minho llamo su nombre con una voz cálida y el Pelinegro se acercó a él para abrazarlo cálidamente; siendo correspondido de inmediato.

– La odio, ella es una hipócrita. Mi papá estuvo de su lado y después de que le contara todo no quiso creerme.

– Ay sunggie...

– ¿Puedo quedarme contigo? No, no sé, es que realmente no sé en donde quedarme, me fui y no quiero causar molestias pero...

– No eres ninguna molestía, sunggie, ven, pasa.

Minho respondió y en eso ambos entraron junto a las maletas.

– ¿Te interrumpí en algo?

Jisung pregunto mirando todo el trabajo de Minho en el comedor.

– No, para nada, solo hacia mi maqueta, tranquilo.

– Ay no, no quiero molestarte.

– Para nada, ven, justamente tengo un cuarto disponible para ti, puedes quedarte el tiempo que sea necesario o si quieres vivir conmigo adelante.

Minho respondió y ambos se sonrieron un poco.

– Ven...

Minho hablo y en eso ambos fueron directamente a la habitación para que al llegar Jisung dejara a un lado sus cosas y tomara asiento en un orilla de la cama.

– Todo lo mío es tuyo sunggie, así que no te preocupes de nada ¿Si? Cualquier cosa que necesites me avisas.

– Claro... Gracias...

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