11 - 1er EXTRA

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Cuatro meses después, ambos chicos decidieron casarse finalmente en primavera.

Realmente no querían esperar años para hacerlo, se sentian muy unidos y el matrimonio no era ningún obstáculo malo para la vida de ambos.

Un sábado por la mañana Jisung despertó y este se fue al baño para lavarse la cara y los dientes para que al final este saliera de su habitación mirando su lindo anillo que el mayor le dio hace unos meses atrás.

Jisung se acercó a la cocina y este vio que Mínho estaba mirando su celular recargado en la barra dando la espalda a la entrada.

Jisung simplemente se acercó y se metió en el hueco que había entre sus brazos para abrazarlo y dejar un beso en su mejilla haciendo sonreír a un Minho serio.

– Ay mi vida linda, ¿Cómo estás hoy?

Minho preguntó mirandolo a los ojos mientras dejaba su celular y le devolvia el abrazo en la cintura.

– Feliz porqué hoy nos casaremos, ¿No es así?

– Mmhm... sí, y pensar que parece que fue ayer que estábamos nadando en una piscina planeando darle una buena broma a Eunji.

Minho hablo y Jisung empezó a reír.

– Y pensar que yo no quería porqué le tenia miedo...

– Cierto...

El Pelinegro respondió y ambos chicos empezaron a reír.

– Oye Honnie, no me has dado mi besito de buenos días.

– ¿Cómo se me va a olvidar darle su besito al hombre más lindo de este mundo?

Minho respondió dándole muchos besitos en la mejilla del menor para después besar sus labios en un corto y casto beso.

Al separarse este bajo un poco sus labios y dejo un suave beso en el cuello del menor para después mirarlo.

Jisung solo sonrió ampliamente y dejo uno último en sus labios, un beso largo que ambos disfrutaron.

Un beso que subió un poco más la intensidad desde que Minho metió sus manos debajo de la holgada camisa del menor que era de Mínho, acariciando su pequeña y fina cintura.

Jisung solo sonrió en medio del beso y se separó después de dejar uno último.

– ¿Estás feliz?

Jisung preguntó y Mínho asintió.

– Mucho... Yo creo que adelantemos la noche de bodas, ¿No?

Minho preguntó y este recibió un golpe en su brazo haciendo reír a este.

– ¿Por qué me pegas?

– Eres un tonto.

Jisung hablo formando un puchero con sus labios y Minho soltó una suave risa.

– Lo siento.

– No te disculpes, tontito.

– ¿Entonces?

– Solo bromeaba.

– Me asustas, no quiero que mi comprometido se enoje conmigo horas antes de nuestra boda.

– ¿Cómo podré enojarme contigo?

Jisung hablo en una risa y dejo un abrazo cálidamente.

– Debo irme con mi mamá a su hotel, me cambiaré y de ahí nos veremos más tarde, ¿Si?

– Claro... Te amo.

Minho hablo y Jisung le dedico una suave sonrisa.

– Y yo a ti.

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