—Minho detente— Jisung espetó con la voz ahogada a medida que su respiración se aceleraba cada vez más. Jodida mierda, se estaba pasando del límite y su autocontrol estaba en duda. No era de piedra y lo que estaba haciendo Minho, a cualquiera calentaría. No era nada bueno —Detente, Minho para.Pero Minho no escuchó, estaba tan absorto en lo que hacía que si hubiera un terremoto, saldría corriendo igual ¿Quien no se asusta por un terremoto? Pero si hubiera un temblor no lo hubiese sentido.
La situación siguió de tal forma hasta que Minho salió del trance, alejando su boca del dedo de Jisung, su mejor amigo. Intentando tirar nuevamente del anillo, ya que según él se estaba soltando, cosa que en realidad no era cierta.
—Deja de hacerlo— Rogó al notar como su dedo estaba siendo saboreado y mojado por la lengua de su mejor amigo, nuevamente. Hasta que Jisung retiró su mano, atrayendo su dedo ya bastante maltratado hacia a su pecho como una manera de protegerlo. Pero Minho lo atrajo de nuevo, retándolo con la mirada, como si Jisung le hubiera quitado algo de suma importancia.
Llevándolo a su boca, ensalivando su dedo de una forma nada decente a su parecer, siendo incapaz para Jisung, detener la erección que estaba creciendo de apoco en sus pantalones cada vez mas ajustados. Solo quedaba esperar y relajarse, pero lo único que hacia era temblar y apretar el puño de la otra mano para no saltarle encima y besarlo, para no dañar lo que para él es tan preciado. Mordió su labio con fuerza.
El ambiente era una combinación entre confusión y tensión, tanto que parecía palpable. Sonó el teléfono y Minho pegó un salto, cayendo de trasero. Parpadeando unas cuantas veces sin atinar a nada.
Estaba en las nubes y le costó concentrarse, hasta que miró a Jisung, dándose cuenta de lo sonrojado y perplejo que se encontraba mientras observaba lo que tanto llamaba la atención. Su dedo con el anillo.
Minho lo observó y ambos quedaron perplejos cuando sus miradas se volvieron horrorizadas, como si hubieran cometido el peor crimen de la historia.
El teléfono aun seguía sonando y Minho se dignó a contestar al fin cuando se giró. Saliendo de su letargo.
—Si ¿Quien?—¿Quien mas podría ser?— Era una mujer, su prometida.
—Sulli ¿Por qué me llamas?— Respondió nervioso, acordándose de lo que recién había pasado con su mejor amigo. De quien ahora siente el peso de la mirada en su nuca, rascó su cabello y mordió su lengua cuando notó la sensación de hormigueo que persistía.
—¿Por qué no podría llamar a mi futuro marido?— Le preguntó riendo.
—Que tonto soy— Bastante, Minho se sentía como el peor idiota del universo, la galaxia. Se giró a la pared para quitarse los nervios que la constante mirada de Jisung estaba provocando en él. Estaba incómodo.
—¿Como van los preparativos amor?— Su prometida parecía no sospechar nada. Aunque después de todo ¿Que escondía? Nada que lo hiciera correr riesgo real. Solo al anillo que no queria salir de un dedo que él chupó con desesperación sin darse cuenta.
—Bien.
—¿Solo bien?
—¿Muy bien?— Sus nervios le impedían concentrarse totalmente en la conversación que estaban teniendo.
—¿Los anillos ya los tienes?
Minho se giró de nuevo y miró a Jisung, bajando la vista a su dedo —El anillo, pues, esta bien. Creo...—¿Como bien? Amor, creo que estas estresado— Sulli rió —Me gustaría estar contigo para ayudar a sacar todo el estrés que debe estar consumiendo tu cuerpo. Te extraño mucho bebé— Le dijo en tono meloso.
—Yo igual amor.
Sulli alejó el teléfono de su mano y frunció el ceño, su novio no le estaba contestando como siempre —¿Tan solo eso me dirás? Cariño te pasa algo, te conozco demasiado.
—Sulli tengo que cortar, estoy conduciendo.
—Pero Minho este es tu teléfono de casa, no puedes...
—¿Dije conduciendo? Lo siento, me confundí. Era comiendo.
—Okey— Espetó no estando muy convencida —Entonces disfruta de tu deliciosa comida y come por mi. Yo volveré dentro de dos semanas, hasta entonces dile a Jisung que te cuide.
—Adiós— Minho cortó rápidamente y observó a Jisung que estaba intentando quitar el anillo suavemente, sin prestarle atención. Suspiró.
—Sulli volverá dentro de dos semanas.
Jisung sonrió, intentando ocultar su decepción —Minho ¿Y si no quiere salir nunca?—No digas eso, saldrá. Pensemos de forma positiva.
—Deberíamos ir a preguntar a la tienda, quizás el anillo tiene un dispositivo especial que se ajusta al dedo de las personas o algo.
—¿Siquiera eso existe?
—No sé, pero no perdemos nada con intentar, ademas yo creo que la señora que te atendió debe estar de vuelta— Respondió Jisung, quien tenía una mezcla de sentimientos y pensamientos en su cabeza. Pero teniendo algo claro, que la incomodidad debía irse. Estaba con su amigo de hace años, eso solo había sido un juego extraño, un intento desesperado por encontrar una solución.
—Tienes razón— Minho fue por su chaqueta para salir de nuevo.
—¿Y la tienda? ¡No está! Desapareció— Gritó Minho.
—Era al frente.
Miró confundido —Lo siento— Se disculpó avergonzado.
Entraron nuevamente a la tienda y observaron como una persona yacía agachada, ordenando unas cajas —Disculpe señorita, soy Lee Minho y hace rato vine en busca de unos anillos. Me atendió otra persona...— Pensó y sonrió —Pero da lo mismo.
—Si ¿Y?
—Bueno lo que pasa es que le pedí a mi amigo aquí presente que se lo probara y ahora no lo podemos sacar. Queríamos saber como podríamos, ya sabe— Hizo algunos gestos extraño con sus manos que al parecer dieron resultados.
—Muéstrame tu mano— Le dijo la señorita.
Jisung miró a Minho, quien asintió estando de acuerdo. Por lo que acercó su mano a la vendedora —Ah, con que esto fue lo pasó.—Si, no sale.
—El problema está en que este anillo es especial.
—¿Como especial?— Jisung preguntó.
—¿Cómo explicarlo sin que suene loco? Este anillo puede ver a través de uno.
Conoce tus verdaderos sentimientos, los que esconde el corazón en la parte más profunda y que a veces ni tu mismo conoces. Lo sé, es poético— La mujer sonrió —O por lo menos, eso es lo que dice la leyenda.
—¿Y eso que tiene que ver con nosotros?
—Pruébate el otro anillo. La pareja de este, colócalo en tu dedo anular.Minho así lo hizo pero le ocurrió lo mismo, su ceño se frunció automáticamente —¿Pero que ha hecho? No me lo puedo sacar— Tiró del anillo —Yo no quería esto.
Pero la señora no se inmutó —Como lo sospeché— Ella llevó su mano al mentón mientras los observaba, murmurando algunas cosas que seguramente eran para si misma. Tomando su tiempo, tiempo que ninguno de los dos poseía.
—¿Que cosa? Déjese de rodeos— Minho gruñó sin importarle que la mujer fuera mayor que él.
—Ustedes son el uno para el otro. El anillo lo dice, ambos no se lo pueden sacar y no hay errores porque no hay anillos iguales, no hay confusiones. Todos los anillos de este tipo son diferentes para cada una de las parejas, y además tiene seguridad frente a posibles robos.
—Esto es ridículo ¿Usted me está mintiendo verdad? No existen tales cosas, no estamos en un cuento de fantasías— Regañó Minho mientras se movía de un lado a otro, intentando comprender la información que les fue suministrada.
—¿El uno para el otro?— Susurró Jisung mirándose la mano, pero al ver la desesperación de su amigo decidió preguntar —¿Hay alguna forma de deshacernos de esto?
—Si— La señorita le sonrió —Sólo una.
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Tu anillo no sale de mi dedo ||Minsung||
Random1.-Minho le dice a Jisung que le pidió matrimonio a su novia. 2.-Jisung sufre sin embargo no dice nada por amor a su amistad. 3.-Deben ir en busca del anillo. 4.-Jisung se lo prueba. 5.-El anillo no sale. ¿Que hará Minho a menos de un mes de su...