Ya casi era de noche, tomaron el metro y se dirigieron a la casa de Jisung para descansar y poder dormir bien, sin los malditos ruidos de los gatos callejeros que estaban gritando en celo por la casa del mayor. Minho se había quedado a dormir hace un par de días, y quedaban algunas ropas que podría usar. Así que apenas llegaron, se durmieron inmediatamente sin decir siquiera buenas noches. Solo se dedicaron a soñar cosas que ninguno recordaría, porque solo eran sueños, deseos que no podrían tener por mas que quisieran.Fue como si solo hubieran pestañeado cuando la alarma comenzó a sonar de forma reiterada. Despertando con mucha hambre, tanto que incluso podrían ser capaces de comerse hasta una ballena.
—Yo no quiero cocinar, no tengo ánimos— Dijo Minho mientras se movía en la cama, no queriendo levantarse. —¿Por qué pones alarma cuando no tenemos nada que hacer?
—No me gusta saltarme la principal comida del día, el almuerzo.
Minho bufó —Entonces tu cocinas.
Jisung se removió exhausto —No quiero, el anillo aquí no me deja hacer nada.
Debían bromear, era el único medio que tenían para no reventar sus propios cerebros buscando la solución, ordenando ideas, eliminando la confusión.
—Con anillo o sin anillo se me quema el arroz. No, quise decir, hasta el agua.
—Si, somos iguales en ese sentido— Ambos comenzaron a reír a pesar de la circunstancia en que se encontraban.
—Pidamos comida chilena, dicen que es buena.
Minho estuvo de acuerdo y llamaron.
Apenas llegó la comida ambos lo disfrutaron y se sentaron felices en el sillón. Les había ganado la flojera y optaron por ver una película de amor que les habían recomendado sus amigos hace tiempo.Por culpa del silencio, entraron en un estado de incomodidad mientras veían la película. Se miraban constantemente en las partes románticas ya que pensaban en lo que había sucedido con la mujer, con todo eso del amor y que hay que decirlo en voz alta y blah blah...
Jisung miró de reojo a Minho cuando en la película, el hombre besaba la mano de su amada. Pero Minho solo yacía comiendo alegremente unas palomitas que acababa de preparar. Su corazón latiendo con fuerza era lo único que logró escuchar por unos minutos, resonando, teniendo miedo de que su amigo pudiera comprender lo que le pasaba. Volvió su mirada a la película y solo pudo imaginar que él podría hacer muchas de esas cosas como; una cita en el parque, caminar en la arena a orillas del mar, en fin, muchas escenas románticas y cursis. Pero necesitaba recordar constantemente que su mejor amigo ignoraba totalmente sus sentimientos y que para su mala suerte también está apunto de casarse, por lo que aguantar el dolor de su pecho era lo mas conveniente.
Decidió ignorar ese malestar que lo comenzaba a atosigar y optó por concentrarse en pasar tiempo con su mejor amigo, porque eso era lo que más le gustaba, lo que aun podía disfrutar.
—Minho, no sabes comer, tienes palomita en el pelo— Se acercó a quitarla pero no llegó a tocarlo, ya que un grito enorme escapó de su garganta.
—¿Que te pasó?— Preguntó Minho completamente asustado, dando un rebote en el asiento.
—Una araña allí en el piso, ¡Mátala, mátala! Por amor de dios, que me quiere comer. Mírala, mátala.
Y Jisung se abalanzó contra Minho, quien botó las palomitas al piso con jarrón y todo. A Jisung no le importó y se quedó en sus rodillas mientras lo abrazaba del cuello. La posición era sugerente pero ninguno de los dos se dio cuenta. Minho resopló, no hallaba la forma de hacer callar a su amigo, y al intentar levantarse, Jisung tampoco lo quería soltar.
—Jisung bájate de mis piernas que no me puedo parar.
—No Minho, si bajo me comerá. Mírala, me ve con odio. Se que me picara y moriré, quedará en tu conciencia.
Minho suspiró cansado, posicionó más sus rodillas, acomodó a Jisung en sus brazos y se levantó, cargándolo como un pequeño koala. Jisung se aferró con sus piernas fuertemente entorno al cuerpo de su amigo, mientras hacia soporte con las manos en su cuello. Era un cobarde, demandenlo.
—Está corriendo, allá va, aplástala, mutilala.
—Jisung no seas cruel ¿Donde está el niño inocente que llora hasta cuando matan una mosca?
—Lo siento pero realmente sacan lo peor de mi.
—Listo.
Jisung vio como la araña yacía muerta en el piso, estaba reventada. Ahora dudaba si era mejor verla en ese estado o solo verla caminando buscando a una presa. Minho observó un momento y luego fue a buscar una pala con una escoba para sacar el cadáver, con Jisung aun sujetándose en él.
No se había dado cuenta que el plato de palomitas que hace poco estaba comiendo se encontraba en el suelo, por lo que sucedió lo inevitable.
Todo ocurrió en cámara lenta, Jisung gritando —¡Cuidado!— Mientras Minho buscaba algo de que afirmarse con la cara asustada de muerte, logrando alcanzar una lámpara que había en la pared, arrancándola de cuajo de una manera irreal. Volviendo a perder el equilibrio cayendo ambos al sillón, en la parte donde se apoyan los brazos, dejando a Jisung acostado de espalda con las patas arriba.
Mientras que Minho caía encima de él con los pies levemente levantados del piso.
El que estaba más enterrado en el sillón era Jisung que había quedado con su cara directamente pegada al cuello de su amigo. Podía sentir su olor, ese perfume que él mismo acompañó a comprar. No sabe en que momento se dispuso a abrazarlo del cuello pero era una bonita sensación, sonriendo cuando notó que Minho tampoco intentaba alejarse.Pero nada podía ser tan perfecto, Jisung resopló y comenzó a empujarlo en el momento que supo que sus pulmones estaban corriendo peligro de ser perforados. Minho pesaba y se estaba cansando cuando miró al techo, dándose cuenta que había otra araña. Un escalofrió recorrió su espalda —Minho, las arañas se unieron y me quieren comer todito— Gritó, atrayéndolo aún más a su cuerpo de manera brusca, lo que produjo que ambos rodaran al piso, quedando nuevamente Minho arriba de Jisung quien no lo soltaba por nada del mundo.
—Tranquilízate ¿Si? te ves mas lindo con el rostro sonriente— Gruñó cuando una corriente eléctrica paso por su rodilla, al golpearse la rotula.
—¿Lindo?— Jisung se sonrojó de sobremanera.
Minho le tomó el rostro diciéndole que la araña ya había muerto y que la otra estaba en el techo, que no lo iba a picar, que no le iba a pasar nada —Se fue ya no está.
—No Minho, allí está ¿La ves en el techo? Mírala pero mírala, nos observa, no te soltaré hasta que la mates. Minho ayúdame, eres mi mejor amigo— Jisung siguió hablando y Minho no encontraba la manera de hacerlo callar hasta que se le ocurrió algo, pero no sabia si seria buena idea, de todas formas todo era por volver a la paz y tranquilidad en la que antes estaban envueltos.
Le agarró la cara de improvisto, sujetándolo fuertemente pero sin hacerle daño. Lo pensó unos momentos mientras lo miraba a los ojos, recorrió con su mirada su nariz, su labio y su barbilla para luego volver su mirada a los ojos asustados que lo observaban con incredulidad. Su respiración se hizo mas fuerte, estaba pensando. Se acercó a su cuello, el olor, el olor a Jisung. Su pecho dio un respingo. Se acerco a sus labios cuando sus brazos cedieron a su peso. Y lo besó, tan solo un roce pero beso al fin.
Jisung cerró los ojos y cuando los abrió fue incapaz de decir algo al ver a su amigo igual de impresionado. Minho miró hacia otra parte y se levantó rápidamente, corriendo y encerrándose en el baño.
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Tu anillo no sale de mi dedo ||Minsung||
Random1.-Minho le dice a Jisung que le pidió matrimonio a su novia. 2.-Jisung sufre sin embargo no dice nada por amor a su amistad. 3.-Deben ir en busca del anillo. 4.-Jisung se lo prueba. 5.-El anillo no sale. ¿Que hará Minho a menos de un mes de su...