Capítulo 16

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Después de ver como el pobre dedo de cada uno estaba siendo abarcado por el anillo, se preocuparon.

—¿Minho que haremos? Apenas podemos ocultarlo de Sulli con su porte normal. Si se enterara, no quiero ni saber lo que podría pasar— Jisung escondió sus sentimientos de manera tan profunda que ahora solo podía expresar la preocupación. El único que tenia que sufrir era él, nadie mas.

—Tranquilo Jisung. Aun quedan dos semana para la boda y por Sulli no te preocupes. Ademas nosotros somos amigos, Jisung siempre lo seremos ¿Lo sabes ?— Minho lo miró atento, esa pregunta tenia mas relevancia de lo que Jisung pensaba. En realidad significaba que si a pesar de todo Jisung estaría junto a él, que nunca se iría de su lado, que siempre estaría como su mejor amigo a pesar de los problemas.

—Claro ¿Pero por qué me dices eso?— Preguntó mientras miraba los botones del ascensor que se encendían de uno en uno de manera extraña.

—Es que no quiero que nuestra amistad cambie por lo que ha pasado entre nosotros— Se sinceró —Quiero ser tu amigo por siempre, estar a tu lado.

—Minho yo lo se...— Suspiró con remordimiento —Pienso igual que tú— Dijo tragándose cada bocado de sentimiento que quería salir. Normal, todo tenia que volver a ser normal.

Ya había pasado mas de media hora y ambos seguían atrapados en el ascensor —¡Minho me estoy desesperando!—Decía Jisung echándose aire con su mano
—Tranquilo, yo estoy contigo— Le dio fuerzas aunque internamente ya sentía que le faltaba el aire también, pero no tanto como en el caso de Jisung.

—Si lo sé, pero tu no puedes generar aire para mi.

—Si puedo— Dijo con aires de superioridad, inflando su pecho. Haciendo reír a Jisung por primera vez desde que Sulli había vuelto.

—No eres un árbol Minho ¿Lo sabes, no? Loco— se volvió a reír, hace tiempo que no tenía conversaciones absurdas con su amigo.

—Te puedo dar respiración...— Minho lo dijo de forma casual. Jisung lo miró a los ojos y le golpeó el pecho. Le molestaba que lo provocara.

—No juegues, tenemos que pedir ayuda— Se sentó con las piernas en forma de mariposa.

—No estoy jugando. Pero quiero be...— No pudo terminar lo que estaba diciendo.
—¿Be?— Pregunto Jisung manteniendo la boca abierta.

—Beber un jugo. Tengo sed. Ya deberían abrir esta maldita cosa— Golpeó la puerta con ímpetu. Si querían que se murieran en ese lugar estaban haciendo un buen trabajo.

—Ni siquiera hay señal— Dijo Jisung —Moriremos aquí, nadie nos encontrará jamás y nos comerán esas asquerosas arañas— De solo imaginárselo se estremecía.

—Tan exagerado— Le decía mientras lo molestaba golpeándolo en el brazo, sentándose junto a él.

El ascensor comenzó a moverse de pronto, con un fuerte remezón que provocó que Minho cayera encima de Jisung —Quítate, que pesas— Pataleaba con todas sus fuerzas, se sentía aplastado por un enorme camión.

Justo en ese momento se abrieron las puerta, al mismo tiempo que Minho y Jisung voltearon a ver de quien era la sombra que se asomaba a verlos.
—¿Sulli?— Minho la miró, sin reconocerla totalmente.

—No estábamos haciendo nada— Exclamaron ambos, pero ella no le había tomado mucha importancia a lo que veía.

—Párense mejor, iremos a comer en un restaurante rico, se que solo estaban jugando, esta bien. Así son los amigos. Lo bueno es que no les dio claustrofobia por estar encerrados mas de una hora en esto— Decía mientras les sonreía, sin ningún rastro de enojo en su rostro.

Los tres se dirigieron al auto de Sulli que estaba estacionado en el subterráneo del edificio. Subieron, no dándose cuenta que en diez minutos ya habían llegado a su destino.

—Les gustara la comida que sirven acá, dicen que es muy famosa, que tiene una especie de condimento secreto— Les dijo, pidiendo el menú.

Jisung entró y lo primero que vio fue al mismo camarero que los había entendido ese día. Se sonrojó mucho al recordar y cuando el mismo hombre fue a preguntarles qué es lo que se servirían, no pudo ni siquiera levantar el rostro para ordenar. Minho comprendió y pidió por él.
—Se nota que se quieren mucho— Dijo el camarero, Sulli no comprendió bien a que se refería, pero Minho y Jisung si lo hicieron.

—Por supuesto, yo con ella me casaré— Minho respondió veloz para que no dijera nada mas. Al escuchar eso el camarero comprendió todo. Entendió lo que pasaba con esas tres personas.

—Que buena persona es el camarero. Muy simpático ¿Antes habían venido aquí?— Preguntó Sulli por mera curiosidad.

—No, jamás— Respondieron los dos con voz enérgica.

Sentían risas detrás de ellos.Todos los camareros los miraban extraños. Unos levantaban una ceja cosa que a Jisung avergonzaba y a Minho molestaba.

—¿Que paso amor? ¿Por qué nos miran así?— Pregunto Sulli extrañada por el comportamiento de los camareros, mientras revisaba si estaba bien vestida o si tenía alguna mancha en la cara.

—No sé, pero lo mejor es que salgamos de aquí. No me gusta este ambiente.
—Eres un exigente, pero vamonos si quieres— Se tomaron de las manos, a la misma vez que Jisung intentó no llorar.

Jisung los siguió, pero por lo menos se sentía mas cómodo al salir de ese lugar.

Se dirigieron a otro restaurante que quedaba un poco más lejos pero en donde la comida era mucho mejor, según decía Minho.

Jisung no puso mucha atención en la conversación que se estaba teniendo. Su preocupación iba en función de que su manga tapara al anillo. Por un momento vio de reojo como Minho intentaba lo mismo. En resumen la más emocionada era Sulli. Cuando terminaron de comer, se fueron a casa nuevamente, tenían que conversar alguna cosas del matrimonio.

Cosa que para Jisung era una completa tortura, en donde no ayudaba estar parado al frente de ellos, viendo como Sulli le hablaba a Minho totalmente emocionada mientras éste asentía. Su amigo se dio cuenta y lo miro de reojo, provocando que Jisung apartara su mirada, dirigiéndola a los papeles que contenían bosquejos de los votos de matrimonio.

De repente, sin previo aviso.

Se comenzó a mover la casa de Minho. Un temblor que comenzó leve pero que con los segundos se hizo mas fuerte, hasta poder catalogarlo como un sismo de gran intensidad, de siete grados. Todas las cosas se caían, las copas se estrellaban una por una mientras que los muebles se movían de un lado hacia otro como si tuvieran pies, los televisores ya estaban en el piso en mil pedazos. La única seguridad que tenían era que el lugar era anti-sísmico por lo que no se caería el edificio. Pero de igual forma el miedo no se podía evitar.

Sulli estaba totalmente preocupada de buscar sus cosas para salir corriendo.
Mientras que lo único que a Minho le importó fue ir junto a Jisung para abrazarlo, se notaba en su cara que no sabia que hacer, para calmarlo lo abrazó y le dio un beso en la mejilla —Minho, no hagas eso...

—Pero ahora estas mejor, así que no importa— Le sonrió y tan solo como un idiota, Jisung se dejó reconfortar, a pesar de los sentimientos unilaterales contra los que estaba luchando tan fuerte. Solo terminaba confundido.

Ambos se habían olvidado de Sulli quien ya había salido afuera hace muchos minutos, pero hicieron lo mismo al percatarse, juntándose con los otros vecinos que estaban paranoicos, mientras algunos lloraban y otros solo tiritaban.

Minho no soltó en ningún momento a Jisung incluso en frente de Sulli, a la cual no le pareció nada extraño ya que eran amigos muy cercanos y de seguro que se protegían, pero no podía sentir un poco de molestia al protegerlo a él sobre ella, aun así no quería reclamar nada, nunca había sido una persona celosa y ahora no iba a comenzar a serlo.

Tu anillo no sale de mi dedo ||Minsung||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora