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Luego de casi hora y media conduciendo llegó al aeropuerto de Londres, fue fácil localizar a Louis pues este se encontraba apoyado en la columna que había antes de entrar al aeropuerto con su celular en sus manos.

—¡Lou! —gritó levantando su mano.

El mayor levantó la mirada y tomando su maleta con una sonrisa corrió hacia el de prisa. Harry se sorprendió pero no dudó ni en un instante envolver al más bajo en un cálido abrazo.

—¿Me extrañaste? —susurró.

Louis se separo mordiendo su labio inferior mientras asentía con fuerza.

—Los extrañe a todos, pero sabes que eres mi favorito —se encogió de hombros.

—Zayn se pondrá celoso —soltó riendo mientras tomaba la maleta de Louis y así ambos se dirigían hacia su auto.

—Él es mi mejor amigo —rodó los ojos sonriendo.

—¿Y yo? —pregunto arrepintiéndose al instante, en el fondo no quería saber la respuesta.

—Mmm... —entraron al auto—. Mi amigo y algo más —susurró.

—¿Si? ¿Algo más como? —pregunto de la misma forma.

Louis sonrió y no dudó en acercar sus labios a los del rizado en busca de un beso candente. Ese beso que había ansiado por darle desde que corrió a sus brazos, pero él ya se había avergonzado lo suficiente mientras lo abrazaba.

—Así, no hago esto con nadie más —susurró mirándolo con una sonrisa—. ¿Vamos a tu departamento?

Harry sonrió y asintió arrancando el auto de inmediato.

—¿No estás cansado del viaje?

—No —quería decirle que quería estar con él, pero no se atrevía. No, no le gustaba Harry. El asunto estaba en que quería estar con él, lo había extrañado y lo necesitaba para más que tener sexo, aunque nunca se lo iba a admitir—. Tengo hambre, ordenemos algo cuando lleguemos, ¿si?

Y Harry asintió de inmediato aún con la sonrisa en su rostro. Un rato después llegaron a su departamento y de inmediato ordenaron pizza y helado a domicilio, como últimamente, el día era lluvioso así que decidieron ver una película. Harry abrió sus piernas y Louis se recostó en su pecho mientras criticaban todas las escenas y cómo actuaban los actores, era normal.

Sentían que eran dos amigos haciendo cosas normales.

—¿Quieres ver otra peli?

Honestamente esa ya estaba aburriendo a Harry, Louis giró a mirarlo y su vista se enfocó en sus labios, los cuales brillaban gracias al helado que había estado comiendo, llevó su mano a su mejilla y lo inclinó hasta dejar un casto beso en sus labios.

—¿Me extrañaste?

El menor pestañeó varias veces descolocado pero asintió, porque definitivamente lo había hecho.

—Por supuesto —susurró en voz baja.

Harry sonrió y no hizo falta más, Louis se incorporó girandose hasta tirar a Harry de espaldas en el sofá. Besó sus labios con fuerza, su lengua y la de Harry teniendo una batalla a la vez que dejaban mordiscos en sus labios. Pero era extraño, porque si, era con pasión pero a la vez era lento, cambiaron de posiciones y Harry tocó su abdomen lentamente con tan solo la punta de sus dedos haciendo que se encorvara al soltar un suspiro.

—Es extraño... —empezó Harry al separarse.

Louis rápidamente dejó otro beso en sus labios y sonrió.

—Solo ignóralo.

—¿Si? —pregunto confundido.

—Si. Solo estamos.... confundidos —soltó una risita—. Vamos a disfrutarlo y a no hablar de eso,
¿si?

Harry asintió lentamente y atrajo al mayor para un nuevo beso mientras se incorporaba. Tal vez
Louis tenía razón y debían ignorar esa extraña atmósfera que había en el lugar, el castaño pensó lo mismo y mordió su labio inferior colocándose en su regazo. Quería de alguna forma hacerlo más brusco, porque no le gustaba esa extraña sensación que lo estaba arropando a él, y estaba seguro que también al rizado.

Pero fue difícil. Cuando llegaron a la habitación del rizado este no lo empujó como solía hacerlo sino más bien cayó junto a él, continuaron besándose aún cuando quitaban cada una de sus prendas y por primera vez en sus vidas lo hicieron debajo de las sábanas.

Harry dejó mordiscos por toda su espalda pero ninguno fue con intención de hacerse notar más tarde en su piel, fueron suaves al igual que sus besos y cuando entró en su interior los gemidos de Louis fueron callados entre sus labios con un lento beso. Sus movimientos aunque fuertes eran lentos y Harry tuvo la extraña necesidad de estar más cerca de él.

Louis terminó boca abajo y el rizado volvió a meterse en su interior de una sola estocada, el castaño enredó uno de sus brazos en el cuello de Harry y este se dedicó a besar su pecho lentamente, al igual que sus pezones los cuales mordió y chupó con dedicación.

—Harry...

El rizado miro al castaño aún sin dejar de moverse, Louis lucía tan hermoso, y es que nunca lo había visto de aquella manera. Gemidos y jadeos suaves que solo él podía llegar a escuchar, todo con calma, sin prisa porque debían irse a sus hogares, sin escándalos, solo ellos expresando aquello que no querían admitir.

Harry volvió a girarlo quedando encima de él, las piernas de Louis rodeando su cintura, manteniéndolo cerca de su cuerpo como si nunca quisiera dejarlo ir. Pero él no iba a admitir eso, no iba a admitir que lo quería y lo necesitaba más de lo que se necesitaba a un amigo, eso jamás saldría de sus labios.

Con un último mordisco en su hombro, Louis encorvó tanto su espalda como sus pies y se corrio entre sus estómagos, con un fuerte jadeo, justo en el oído de Harry. Este lo hizo segundos después en su interior, mordisqueando su barbilla con delicadeza, lo habían intentando, quisieron ser bruscos como siempre pero no les salió, simplemente se habían dejado llevar.

Era malditamente extraño.

Ninguno quiso hablar, Harry seguía en su interior mientras ambos respiraban agitados, Louis acarició la espalda del menor lentamente antes de desenredar sus piernas de su cintura, Harry lo miro pero el mayor apartó la mirada de inmediato.

—Creo que...

—Louis.

—Quítate.

Harry pestañeó varias veces mirando al mayor el cual aun no lo miraba. Suspiró y con delicadeza salió de su interior, Louis apretó sus labios para no jadear y rápidamente se puso de pie.

—Lou, no debes irte...

—Estoy cansado por el viaje —dijo con rapidez colocando su ropa.

—Por eso, quédate —se encogió de hombros, de verdad no quería que el mayor se fuera.

—No —giró a mirarlo ya colocando su pantalón—. Digo, necesito estar en mi departamento —soltó una risita—. Lo extraño —mordió su labio inferior.

Harry sabía que iba a ser prácticamente imposible convencerlo y además no queria insistir tanto para no terminar discutiendo con el mayor.

—Bien, déjame llevarte —se sentó al borde de la cama.

—Tomare un taxi, Harry. No te preocupes —lo miro desviando la mirada de inmediato mientras sostenía sus zapatos contra su pecho—. Adiós.

Y la puerta de su habitación fue cerrada con fuerza mientras ambos pensaban en la mierda que habían hecho. Definitivamente rompieron otra regla que nunca pensaron llegar a siquiera hacer, de hecho, solo la habían marcado por simple precaución.

No hacer NUNCA el amor.

friends and a little bit more | ˡᵃʳʳʸ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora