friends

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Pues bien, como todo había sido pura mierda acerca de que solo serían amigos y nada más, habían decidido llegar a un hermoso acuerdo de ser amigos con derechos, obviamente con un sinnúmero de reglas que se van a mencionar luego, de una forma u otra.

Pero lo importante era que ellos seguían siendo amigos, por supuesto que si.

Seguían bromeando y saliendo, golpeaban sus hombros y se abrazaban dando palmadas en sus espaldas, eran totalmente amigos. Que cogían, pero amigos al fin y al cabo.

Louis era de esos amigos que visitaban al trabajo.

Aún cuando nunca lo había hecho con Zayn, quien era su mejor amigo, o con Liam, Shawn o Niall. Aún cuando Harry fue al último que conoció de aquel círculo, aún así, él lo visitaba al trabajo constantemente como el buen amigo que era.

—¡Harry, llegó tu cliente fiel!

Louis rodó los ojos al gigante parado detrás de la barra, el cual le sonreía con burla como cada vez que iba a aquella cafetería.

—Dylan, déjame en paz —se quejó apoyándose en la barra—. ¿Donde está Harry?

—¿Desesperado por ver a tu novio?

—Que no es mi novio —gruño dándole un puñetazo a la barra.

—Pero no llores —dijo el mayor en burla—. Si no es tu novio solo cálmate —suspiro—. Aunque los vi besándose.

Louis jura por todo lo sagrado que iba a saltar sobre la barra e iba a golpear a Dylan con toda la fuerza que sus puños pudieran ejercer, pero Harry llegó detrás de él a tiempo y lo tomó de la cintura apartándolo del mayor.

Dylan reía como si fuera lo más gracioso del mundo.

—¡Déjame!

—Ya, Lou —rodó los ojos el rizado caminando hacia una de las mesas donde no había nadie. Eran las cuatro y la heladería siempre solía comenzar a llenarse desde las seis en adelante—. ¿Van a pelear siempre?

Louis se cruzó de brazos con un puchero inconsciente.

—Él siempre me fastidia.

Harry se acerco más a él con una sonrisa, colocando una de sus manos en su muslo y con la otra apoyó su rostro para mirarlo mejor.

—Ya, ¿En que andas?

Louis suspiró cerrando los ojos.

—Nada. Solo, estaba aburrido... —lo miro haciendo ojitos.

—¿Si? —acomodo el cabello del castaño—. Aún me faltan dos horas para salir.

Louis bajo sus hombros desanimando acercándose incluso más a Harry.

—Quería jugar...

—¿Si? —pregunto sonriendo—. ¿Qué cosa?

—Videojuegos, tonto —golpeó su hombro riendo.

—Ah —rodó los ojos riendo igual.

—En serio, mi hermano me regaló sus consolas antes de irse a Estados Unidos y quería usarlas.

—Llama a Zayn o a Niall, bebé —continuó acariciando su cabello—. Aún no me puedo ir.

Louis negó rápidamente.

—Quiero jugar contigo.

—¿Si? —Louis asintió—. ¿Por qué?

El castaño definitivamente se sonrojó con aquella pregunta antes de acercarse a su oído y susurrar.

—Porque la forma en la que que quiero jugar solo la puedo hacer contigo —se separo mirándolo fijamente—. Así que te esperaré.

Harry no sabe que Louis estaba planeando pero de verdad le encantó aquel tono sugerente así que de inmediato se puso de pie y se inclinó hacia el castaño.

—Veras que dos horas pasarán en solo cinco minutos, ¿si?

Y dejó un beso en sus labios cuando se aseguró que la única clienta que había estado ahí se había marchado.

(...)☁️

—Ya déjalo.

—Pero dijiste que tenía que romper tu récord —se quejó Harry tratando de mirar hacia la pantalla.

Pero fue inútil, Louis quito el control de sus manos y lo tiró al sofá individual más cercano, se colocó en su regazo a horcajadas mientras sonreía.

—Si, ya no quiero.

Susurró y sin más terminó dirigiéndose hacia su cuello dejando besos en todo a su paso, tanto su cuello como su mandíbula, su barbilla, hasta que finalmente llegó a sus labios y los atrapó entre los suyos. Llevo su mano a su mentón e inclinó la cabeza de Harry hacia atrás comenzando a moverse lentamente bajo su creciente ereccion. Las manos del rizado se colocaron en su cintura y crearon presión para que el trasero del mayor se sintiera incluso más contra su pene.

—Vamos a la habitación —susurró en sus labios el rizado.

Louis asintió y rió con fuerza cuando entrelazando sus piernas en la cintura del rizado cuando Harry se puso de pie colocando sus manos en su trasero y decidió caminar hacia su habitación. Él ya sabía el camino de memoria, habían sido casi siete meses de empezar con aquel juego y ambos podían decir que ya conocían el cuerpo del otro a la perfección.

—¿Vamos a seguir jugando cuando terminemos? —pregunto Harry separando sus piernas.

Louis sonrió mirando como las manos del rizado se metían por sus muslos hasta llegar a su hombría, soltó un gemido asintiendo.

—Claro, si —tomó una respiración—. ¿Te vas a quedar a dormir?

Harry lo atrajo hasta hacer que sus piernas rodearan sus caderas, ambos sonrieron.

—Por supuesto.

Y así, por séptima vez en lo que iba de mes ellos habían vuelto a romper una de sus
propias reglas.

Nunca quedarse a dormir en la casa del otro.

friends and a little bit more | ˡᵃʳʳʸ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora