DIEZ RAZONES PARA ODIAR A GERMÁN ☆ rode + rob .

Capítulo seis

Sexta razón.

"¡Tu risa!: Sí hay algo que realmente me molesta de ti, es tu risa. No es ruidosa y ni rara, es… como música. ¿Entiendes lo molesto que es para mí escuchar tu risa por cada broma que hago? siento que mi corazón se va a salir cada vez que la oigo, quizás voy a morir, ¿estás contento?"

Cuando terminó de escribir miró al chico que causaba sus malestares. Estaba a otro lado del salón riendo junto al otro costarricense y el mexicano. Inhalo y exhalo repetidas veces.

Aún no encontraba las tres primeras razones, y eso realmente le preocupaba. Nadie en el mundo debía saber lo que estaba escrito en esas hojas. NADIE.

Guardó la razón recién escrita junto a las dos anteriores, tenía un mal presentimiento.

Por su parte, Germán hablaba con sus amigos sobre las cartas que aparecieron repentinamente en su bolso.

—Estoy un poco confundido, la persona que las escribe dice odiarme, pero las razones que me da me hacen sentir halagado. —explicó el menor de los tres.

—Tal vez sea una confesión. —dijo Jaime con alegría.

—¡Puede ser! —concordó Ilan—. Y nosotros vamos a ser quienes se encarguen de investigar quién es. —agregó decidido.

Delgado negó.

—No es necesario, pero gracias. —el menor frunció el ceño, cosa que ignoro para dirigirse a Jaime—. Y… dudo que sea una confesión, no hablo con muchas chicas en la escuela.

—¿Y sí no es una chica? —preguntó.

—Pues… me da igual, ya me gusta alguien.

Germán miró al chico de cabello café que se encontraba al otro lado del salón escribiendo algo en su cuaderno.

—Ah, claro, aunque no hablan mucho, ¿no es así?

—Mh, siento que me evita la mayor parte del tiempo, he pensado que tal vez se dio cuenta de mis sentimientos por él y le molesto. —su voz sonó desconcertada. Apretó los labios en línea recta—. O tal vez le molesta que no pare de insistir. Debería rendirme…

Ilan y Jaime se miraron con tristeza.