Capítulo ocho

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Octava razón.

"¡Tu aroma!: Sí pudiera decirte algo que está bien para mí de ti, diría que tu aroma es lo mejor del mundo, tu perfume es el más delicioso que he olido en esta vida, estoy seguro. Combina tan bien con tu rostro angelical, va contigo. Es como una combinación entre chocolate y fresas, te detesto por oler tan bien."

El pelicafé avienta su bolso sobre su cama en una pequeña rabieta infantil. Luego se lanza a la cama boca abajo y gritó sacando sus frustraciones.

Se había prometido no escribir nada más sobre Germán desde hace un par de semanas, pero se falló a sí mismo el día de hoy luego de que tuviera un incidente en el que el principal involucrado era el chico de sus sue- pesadillas.

Todo empezó con que Delgado no entendía algo de la clase de lengua y terminó pidiéndole ayuda al argentino, a lo cual –luego de resistirse– accedió. ¿Cómo decirle que no a la sonrisa del costarricense menor?

Obviamente estuvieron muy cerca y los nervios traicionaron al mayor, que con la intención de alejarse un poco, terminó perdiendo el equilibrio y cayó de la silla. Pero lo peor de todo fue escuchar la suave risa del costarricense.

Aún siente las mejillas teñidas de rojo por la vergüenza que pasó.

DIEZ RAZONES PARA ODIAR A GERMÁN  ☆  rode + rob .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora