Prólogo

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Estoy a un mes de empezar mi tercer año y volver a la universidad ¿Las vacaciones? iguales, con algunos momentos resaltantes pero que no me llenan por completo ¿Cómo es posible que ya me encuentre en este punto y no pase nada? No me malinterpreten, si que he vivido bien, tengo una familia que me ama y apoya en lo que hago, amigas que siempre se preocupan por mi; buenas calificaciones, lo suficiente para cubrir mi personal e inventada validación académica, pero ¿Que más? Tengo 19 años y lamentablemente se esta repitiendo la situación de la escuela y preparatoria, ninguna relación amorosa ni otro tipo de interacciones emocionantes que se supone que debería estar viviendo. Estoy empezando a creer que vivir a través de mis amigas y redes sociales esta pasando factura ¿Qué es lo que estoy haciendo mal? Considero que me esfuerzo lo suficiente para que esas escenas no solo se limiten a estar solo en las películas de comedias románticas más famosas. Siempre he sido la chica del fondo, la amiga con la que puedes hablar primero para llegar a tu objetivo ¡Vaya que nadie importante!

He reflexionado al respecto y llegué a mi límite, es increíble considerar que pase por una etapa de duelo completa estas vacaciones. Primero fue la negación, me apegue a la idea de que iba a tener una vida planeada increíble en esta etapa de mi vida, la que podría permitirse una estudiante universitaria por lo menos. Después, inevitablemente vino la ira, busqué y edite con un marcador rojo, el más saturado y visible, las páginas de mis diarios que incluyeran títulos como: "Conocí al amor de mi vida de vuelta a mi casa", "A partir de hoy no me importará lo que piensen de mi", entre otros más que nunca se realizaron. Los rayé y escribí infinidad de comentarios sobre que crédula era en aquel entonces. La depresión fue peor, escuché canciones que describieran a la perfección mi estado de ánimo tan deplorable, aunque de vez en cuando trataba de animarme a mi misma (felizmente estaba Taylor Swift para acompañarme en esta etapa con sus letras supremas). Finalmente, llegó la aceptación; es ahí donde considero que todo cambió.


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