Ya había llegado a la puerta principal del pabellón "C", exhausta por llevar una tonelada pero a la vez orgullosa de poder lidiar sola con mis propios asuntos. Mientras presentaba todos mis documentos en la secretaría temporal de bienvenida, mi mente aún soltaba recuerdos intrusivos de mi accidente y encuentro incómodo con los chicos en plena plaza, junto con la indiferencia de Cameron. No podía dejar que algo tan insignificante para ellos taladrara mi mente por el resto del día, este año era otra August, tenía que dejarlo de lado. De igual modo, nadie es capaz de cambiar el pasado.
Revisé mi teléfono en lo que me aprobaban mi acta de matrícula para las habitaciones, Sophie me había enviado infinidad de mensajes donde avisaba que estaba a cincuenta minutos de llegar de la universidad, a cuarenta y cinco, cuarenta y así sucesivamente. Ella era de esa manera, desde la vez que nos conocimos el primer año en el curso de introducción de dibujo demostró ser bastante genuina. En definitiva, acercarme a donde estaba para preguntarle sobre el trabajo que había dejado el profesor, pues no me atrevía preguntárselo debido a su mal carácter, había sido un acierto por completo. Cada vez que pensaba en ese tipo de recuerdos, donde aún no había roles de grupos populares por cumplir ni personas que impresionar; solamente las ganas y emoción de llegar, hacer amigos y esperar que te ocurran experiencias fascinantes; era inevitable que la nostalgia no se impregnara en mí de manera inmediata. Sophie fue tan linda al ofrecerme la ayuda que necesitaba, ese momento siempre estará resplandeciente en mi memoria por el resto de mi vida.
Dejé que la secretaria se tomará su tiempo, ya que la sensación que tenía la habitación vacía nunca me había agradado, la magia que tenía ese lugar únicamente era notoria cuando estábamos las dos, con nuestras increíbles pijamadas y karaokes, entre otras payasadas, ya sea solas o con las demás.
-Listo estudiante Bright la llave de la habitación 243 ahora es suya.
-Muchas gracias.- agarre la llave del mostrador y me dirigí a mi espacio seguro.
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Abrí la puerta y el ambiente que me había acogido desde mi llegada a Tamasys me dio la bienvenida, he de admitir que olía a guardado ya que estaba cerrado desde Dios sabe cuando. Sophie y yo conectamos tan bien los primeros meses que pedimos la reasignación de habitación para que ella pudiera vivir conmigo, mi anterior compañera cantaba mientras dormía, así que fue fácil poner una justificación a la consejera de pabellón. No era un espacio tan grande ni con muebles tan ostentosos, las dos camas, los escritorios y roperos individuales aledaños dejaban un espacio reducido para caminar. También, el único baño que teníamos estaba muy cerca a la puerta principal. Por lo que, se podía decir que la distribución no era óptima, pero para mí era fantástico. El lado derecho me pertenecía, ya que a Sophie no le gustaba que el sol cayera en su rostro durante sus usuales "siestas de belleza" por la tarde, yo cedí ya que estaba más cerca al baño y amaba poder ver el atardecer claramente desde mi cama.
Me senté en la cama aún sin preparar y mire por el gran ventanal que era nuestra única fuente de luz natural, estaba soleado, fue entonces que el clima ya me estaba empezando a parecer agradable. El ventanal de colores presentaba dentro de su forma redonda un árbol imponente con un sol inmaculado por atrás, aquello era mi parte favorita del lugar. La universidad era emblemática y tenía zonas con edificaciones antiguas, en las cuales estaba la plaza mayor, los pabellones y algunos pabellones de facultades. Cada vez que paseaba por esos lugares me gustaba imaginar que estaba dentro de algún libro "dark academia". Después de quedarme absorta por la vista que nos había tocado, se veía parte del edificio contiguo, el bosque y el cielo despejado; me volteé y me percaté de una canasta de regalo que se mostraba reluciente en el escritorio de Sophie. Sabía que era de su madre, siempre tenía esos detalles con ella, no quise husmear pero atisbé la presencia de ciertos dulces y mascarillas coreanas que se veían muy tentadoras.
Aparté la mirada y decidí distraerme preparando mi lado de la habitación, por lo visto Sophie iba a tardar. Coloqué algo de música, preparé mi cama y saqué algo de la decoración que sagradamente colocaba cerca a mi escritorio cada año. Empecé a acomodar, combiné algunos afiches de un estilo antiguo pero estético, con plantas falsas, fotografías de enciclopedias antiguas, entre otros parecidos. Al cabo de un rato, opté por un descanso, ya iba directo a mi cama cuando de repente la puerta se abrió de golpe.
-Adivinen que persona tan maravillosa y buena amiga ha acabado de cruzar la puerta.- hizo una pose de diva o la que haría Paris Hilton cada vez que le tomarían una foto.
-Sophie...-corrí para abrazarla.
Ambas nos dimos un abrazo. Poder verla era una de mis principales motivaciones para volver a Tamasys.
-August no tienes idea de cuánto te extrañé, pero si seguimos unidas por más tiempo van a creer que somos siameses.-dijo riendo y sutilmente apartándose.
-Te extrañé tanto que no noté que te estaba asfixiando.
Me dio un vistazo rápido, era fácil darse cuenta de ello, puesto que medíamos casi lo mismo y era bastante expresiva.-Te veo con otro aspecto, estás radiante ¿Cambio de verano?- levantó las cejas rápidamente.
-Dios, para con los halagos.- dije siguiéndole el juego.- Pero sí, me corté el flequillo.
Se río.- Nada de eso, siento una nueva vibra, eso me agrada.
Analicé lo que me acababa de decir, tal vez mi cambio de "vibra" se debía al punto de inflexión que tuve en vacaciones, la montaña rusa de emociones que al final supe manejar, eso creo. -Probablemente vengo con una nueva perspectiva.
-Dios mío, ¿Acaso vas a arrasar con todo Tamasys August?
Ambas reímos efusivamente que probablemente nos escucharon hasta el fondo del pasillo. Después de que nuestra respiración volviera a la normalidad, nos sentamos en su cama aún sin preparar.
-Sí claro... probandolo el día de hoy hablé con Cameron.
Sophie estaba tomando un poco de su botella de agua que cuando escucho el nombre de nuestro amigo casi se atraganta por las ganas de oír todo lo acontecido.
-¿Qué? Cómo sueltas esa bomba hasta ahora y sobre todo cuando estoy bebiendo agua, cuéntame.- dándome un codazo.
-Bueno no hay mucho que contar, hasta David estaba allí...
-Espera.- me quedé con la boca semiabierta, Sophie se acercó a la canasta que le dejó su madre y la abrió de una forma desesperada que era divertida verla y sacó algo de ahí.- Cuando ocurre este tipo de situaciones tiene que ser una experiencia envolvente.- Me paso unas papas fritas, mis favoritas, y una mascarilla de panda que prometía dejarme la piel tan lisa como la seda.
-Ahora sí, e incluye todos los detalles picantes.
Nos pusimos las mascarillas y nos perdimos en la conversación, yo mientras lo relataba y ella mientras se lo imaginaba. Así es como sucedían las cosas con Sophie, sentí que estaba volviendo a la rutina.
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Autora comenta: Al fin todo parece estar más tranquilo alrededor de August pero ¿Por cuánto tiempo será?
P.S: Escribí este capítulo y el siguiente continuamente; así que, pronto nuevo update. Bye :)
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Perfecta manifestación
RomantizmA August siempre le han comentado que la universidad es la etapa más inolvidable que una persona puede vivir, donde empieza la independencia y descubre quien quiere ser; pero a quién queremos engañar también es para experimentar el primer amor, o má...