CAPÍTULO CINCO
Lethe (Olvido): disolviéndose en espuma.
“El sol salió por encima de las olas, y sus cálidos rayos cayeron sobre la fría espuma de la sirenita, que no se sentía morir. Vió el sol brillante, y ah su alrededor flotaban cientos de hermosos seres transparentes; podía ver a través de ellos las velas blancas del barco y las nubes rojas en el cielo; su discurso era melodioso, pero demasiado etéreo para ser escuchado por oídos mortales, ya que tampoco eran vistos por ojos mortales”
La Sirenita, Hans Christian Andersen
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Cuando Nico abrió los ojos, se encontró en completa oscuridad. No había diferencia en si mantenía los ojos abiertos o no.
"¿Ya tengo ojos?" no pudo evitar pensar, y eso hizo que sus últimos momentos volvieran a él.
Oh. Él estaba muerto. Su contrato con Styx se había cumplido y ahora era parte de su río.
No fue tan malo, considerando todas las cosas. Ahora que todo había terminado, que no tenía a nadie a quien preocupar o decepcionar, podía admitir que beber el agua de Phlegethon no solo aliviaba el dolor, sino que también adormecía un poco sus sentidos. Le dolía admitir que, a pesar de haber abrazado a Hazel más en la última semana que en el medio año desde que la conoció, apenas había sentido el toque de su hermana.
De hecho, a lo largo de toda su terrible experiencia después de haber mitigado su dolor junto con cualquier sentido del tacto, lo único que logró fue superar el embotamiento hasta llegar a sus sentidos, lo único que había hecho que sus nervios se dispararan con el sentimiento había sido … cuando Percy lo tocó.
Percy… solo pensar en su nombre le hizo recordar cómo era el dolor, aunque ya no tenía una forma que pudiera sentir dolor. Su pecho inexistente se contrajo alrededor de su corazón, incluso más doloroso de lo que recordaba, y Nico se preguntó si Phlegethon también había mitigado ese sentimiento, o si nunca había sido tan fuerte debido a que tenía un cuerpo físico.
-Pobre pequeño Styxling, perdido en su dolor-, apareció una voz en su mente. Nico se dió la vuelta, tratando de seguirlo, pero parecía venir de todas partes y de ninguna a la vez.
-Por aquí, Styxling-, dijo la voz, casi somnolienta, caprichosa, cuando Nico vió una luz plateada pálida. Nico se acercó. La fuente de la luz era un río. Sus aguas blancas lechosas fluían lánguidamente a lo largo de la orilla del río, con cientos de miles de guijarros brillando debajo.
Nico parpadeó sorprendido al ver eso acercarse al río y verse reflejado en él. Su forma era fantasmal, del mismo tono que las aguas del río, pero con un tinte azul oscuro que le recordaba a la única diosa con la que había hecho un trato.
—Lethe —dijo, y casi saltó. Si bien su rostro y forma eran iguales, su “voz” no era la suya. De él, salió la voz de Styx. -¿Por qué me llamas así?-
Siguió una risita cuando del río salió una chica con los ojos vacíos y una expresión aturdida. Su largo cabello negro fluía como el agua, mientras que su rostro y túnica con mangas largas eran del mismo blanco lechoso que su río.
-Eso es lo que eres-, dijo, inclinando la cabeza confundida. -Me temo que no soy muy bueno con los nombres, ¡pero Styx es mi hermana y tú eres parte de ella! Así que Styxling será suficiente.
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By the Riverbed, I give my Everything | Percico
Fiksi PenggemarPercy moriría, a menos que Nico hiciera algo. Ese era un tema recurrente en la vida de Nico, y cada vez, perdía algo importante para quedarse con algo que no era suyo en primer lugar. La historia By the Riverbed, I give my Everything pertenece a Do...