Para la cena tener al rey contento era lo único que importaba, en aquella mesa enorme sentados en aquellas sillas eran la familia más unida de Poniente. Emanaban amor y felicidad, todos reían, hablaban.
Era allí, en aquellos momentos que Alerra se sentía en familia por completo, allí frente a la protección del rey la hablaban y la trataban como su familia.
— ¿Dónde están los regalos de Alerra? —preguntó Viserys y la mayoría calló mientras suspiraba.—
Alerra los miró sabiendo que cada uno de ellos había olvidado su día, pero aún así no le importaba.
— Yo le... —dijo Alicent y Alerra la interrumpió.—
— oh, me encantó tu regalo, madre. De verdad. —sonrió amplio mirando a Viserys de reojo que no le creía del todo y Alicent asintió.—
— me alegra que te haya gustado, cariño. —le sonrió de manera corta antes de beber de la copa de su vino.—
Alerra asintió mirando a Aemond y le sonrió ligeramente para luego suspirar moviendo los pies debajo de la mesa, Aemond en ocasiones era amable con ella, siempre estaba enojado pero lo estaba con todo el mundo no solo con ella así que no se lo tomaba personal.
...
Con los años el rey envejecía lo que significaba que en ocasiones no pasaba mucho tiempo con ellos, como ahora que luego de comer un par de bocados había decidido marcharse de la cena dejando a la reina y los jóvenes allí con la mano.
— padre pidió que hicieran un pastel, podemos comer un poco y llevarle a él a su habitación. —sonrió amplio mirando a sus hermanos y Aegon suspiró.—
— Padre se ha ido, Alerra, ya no tenemos que fingir y estar aquí, iré a beber a mi habitación. —se levantó y Helaena lo siguió.—
— el rey se ha marchado de la mesa así que no tengo más que hacer aquí. —mencionó Otto para dejar la servilleta sobre la mesa y se marchó con Alicent que ni siquiera se despidió simplemente cuando Cole llegó se fue con él.—
Alerra suspiró mirando el pastel que la mujer del servicio había puesto frente a ella y levantó la vista mirando a Aemond que seguía allí.
— ¿quieres pastel? —le sonrió y Aemond rodó los ojos levantándose dejándola ahí con su sonrisa y el pastel.—
Alerra suspiró y tomó el cuchillo con cuidado para quererlo cortar.
— déjeme hacerlo, mi princesa. —mencionó la mujer del servicio y Alerra negó.—
— estoy bien, yo puedo hacerlo. —sonrió para así levantarse de su silla arrastrando el plato hasta el frente de ella para volver a sentarse cortando un pedazo.— pero puedes repartir el pastel a los que siguen aquí, es demasiado para mí sola y bueno, ustedes no se han ido aún.
La mujer asintió y ayudó a la joven colocando la rebanada en su plato para así servir lo demás con cuidado dandole a cada hombre y mujer que estaba en el comedor aún, aunque la mayoría no lo comió allí, era irrespetuoso querer comer junto a la princesa y si la reina se enteraba posiblemente los colgarían a todos.
Alerra comió un poco del pastel mientras escuchaba a los músicos y cuando terminó se levantó despidiéndose de ellos.
— guarden para el rey y ser Harrold, les gusta el pastel que preparas. —le sonrió a la mujer y está asintió.—
Salió del salón en silencio para así suspirar sintiendo la presión en su pecho sobre lo que pasaba, quería convencerse de que aquello era normal pero sabía que no lo era, no podía ser normal que su familia fuese así con ella.
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𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐀 𝐃𝐄 𝐌𝐄𝐃𝐈𝐀 𝐕𝐈𝐃𝐀.
FanfictionAlerra Targaryen, última hija del rey Viserys I y la reina Alicent se enamora de su guardia real, un capa blanca que la acompaña a todos lados. Una joven desplazada por los targaryen de apariencias común encuentra refugio en los brazos de ser Erryk...