𝐆𝐀𝐌𝐄 𝐎𝐕𝐄𝐑 | Kimetsu No Yaiba +18

🔥 ; 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄

› personaje ; shinazugawa sanemi
𖥻 advertencias ; sexo sin protección, menciones de prostitución (strippers), bebidas alcohólicas, sustancias ilegales, leves menciones de sangre, morder alguna parte del cuerpo contrario, sexo semi-público, oral (dado), tragar semen.

▸ plot ; era el día libre de sanemi, le propusiste ir a un club, en el cual ambos frecuentaban y ahí mismo fue donde se conocieron. sanemi llamaba mucho la atención, o eso pensaba, en realidad te miraban a ti, algo que no le gustó a sanemi, la solución más rápida que encontró fue sentarte en su regazo, aprovechaste para empezar a molestarlo.

Su mirada se mantenía fija en ti, observando tu rostro mientras acariciaba tu muslo, estabas sentada a horcajadas sobre él, dándole una hermosa vista de tu persona.

Tus dedos acariciaban su cabello, sintiendo lo suave que era, una sonrisa se posaba en tus labios al acercar tu rostro a su cuello, atacándolo inmediatamente, ocasionando que apretara un poco más tu muslo, subiendo ambas manos hasta tu trasero, el cual apretó un poco pegándote más a él.

Poco les importó que estuvieran casi rodeados de gente.

Soltaste un gemido cerca de su oreja, sintiendo como rozaba tu intimidad con su erección, tragaste saliva al escuchar como algunas personas reconocían a Sanemi, en especial aquellas bailarinas eróticas, pero a ninguna les hizo caso, estaba mejor contigo.

Con un sonrojo en tus mejillas decidiste bajarte de su regazo, casi sentándote en el suelo quedando enfrente de su erección, le ayudaste a quitarse los pantalones y su ropa interior, sin mucho desespero empezaste a hacer un vaivén sobre su falo, escuchando leves suspiros por parte de Sanemi.

Rápidamente las bailarinas y algunas personas de más abandonaron la sala VIP en donde se encontraban ustedes, llevándolos a otro lugar.

Ustedes siguieron en lo suyo.

Mientras que tú metías y sacabas su miembro de tu boca, él se dedicaba a tomar de aquel trago de whisky que anteriormente había pedido, sintiendo una rara sensación caliente, aunque no sabía si era la bebida o eras tú.

Bastaron algunos minutos para que él terminara en tu boca, casi te ordenaba que no lo escupieras.

Al momento de tragártelo Sanemi te tomó de la mano ayudándote a ponerte de pie, soltaste un suspiro al ver cómo él se acercó a ti, quitándote tus prendas inferiores, luego te sentó nuevamente sobre su regazo, sintiendo la punta de su miembro rozar con tu entrada, soltaste un pequeño grito al sentir como entró solo de una sola estocada, acercaste tu boca a su hombro, mordiéndolo levemente, también enterraste tus uñas en su otro hombro, posando débilmente tus brazos por su cuello.

Sin paciencia empezó a moverte, agarrándote de la cintura y haciendo que saltaras, solo podías gemir, quedando con la mente en blanco, reteniendo un poco tus gemidos sobre su hombro, sentía que casi podrías sacarle sangre si seguías mordiéndolo.

Decir que estaba desesperado era poco, lo sabías demasiado bien, habías escuchado rumores de algunas strippers que anteriormente habían tenido un revolcón con él, Sanemi era una bestia a la hora del sexo.

Incluso podrías decir que no se necesitaba de ningún tipo de sustancia para que él tomara una actitud más dominante, posesiva y salvaje.

Sentías como tu respiración se iba entrecortando al sentir como el miembro de Sanemi podía tocar tu punto débil, era demasiado, él lo sabía, pero hizo como que no.

En un parpadeo sentiste que Sanemi aumentaba más sus estocadas, incluso habían bajado tus brazos, tus manos se colocaron en el pecho de Sanemi, alejándote un poco de él. Soltabas suspiros, gemidos y ahogabas pequeños gritos al morder tu labio inferior. Rápidamente Sanemi acercó sus rostros, uniéndose en un beso algo salvaje. Te quejabas entre los besos, en especial al sentir como él mordía tu labio o introducía su lengua a tu boca.

Hasta que te separaste de él, quedando un hilo de saliva entre ambos. Agarraste fuertemente su hombro, querías cerrar las piernas, pero era imposible, él te lo impedía, hasta que vió como empezabas a temblar, soltó una pequeña risa. En menos de un minuto él había salido de tu interior, terminando por dejar su semilla en tu abdomen y pecho.

Sonreíste débilmente para luego acostarte en el pecho de Sanemi, estabas exhausta.

No podías más, no podías con ese hombre.

creo que a partir de este los demás serán cortos... pido perdón, me estaba quedando sin ideas (┬┬﹏┬┬)

──Akira.