susurros

DOS

Cuando aquel de cabello negro y mirada vacía le dijo que lo había matado, algo explotó dentro de él, solo así de fácil, mató a su novio...aquel que minutos antes y con sonrisa confiada le había dicho que se fuera y la salvará, a ella, una niña metida en un mundo tan oscuro qué ni dejo nacer un pequeño ser.

Era molesto, Fushiguro Toji, era una maldita molestia, no solo por su nula energía maldita, si no porque era absurdamente veloz y fuerte.

El dolor en su pecho tras las cortadas y la fuerte patada lo hizo marear, sabía que debía levantarse, no porque él, no por Amanai quien yacía muerta en algún sitio, sino por aquel idiota, no quería saber como estaría su cuerpo, como se verían sus ojos muertos, no, no quería simplemente ver aquello. No quería que el ultimo recuerdo de él, sea una espada atravesando su cuerpo.

Y aun así, se obligo, usando la poca fuerza que sus piernas y brazos tenían a salir del recinto de Tengen, paso junto al rastro fresco de sangre de aquella doncella, para llegar a la destruida entrada, solo para ver escombros, un agujero enorme y en el medio de esta mismo un plataforma, llena de sangre, tan fresca que caía gota a gota al fondo del poso. Pero no había más.

No estaba.
Satoru Gojo no estaba

Algo le hizo sentir miedo, pánico, angustia, sabía que los omegas eran vendidos y usados para entretener, algunos más para alimentar fetos de maldiciones, así como el útero maldito y Gojo era...era sin duda la punta de la perfección y el deseo mundano, un recipiente tan perfecto que podría servir de útero maldito a la más grande maldición.

Rogaba al cielo, que su muerte se llevara con la destrucción de su cuerpo.

Después de un día en el que Shoko lo curó con una cara pálida, ojeras bajo los ojos y un cigarro en sus labios, corrió, corrió al único lugar que se le ocurría donde ese asqueroso tipo podría estar. Donde quizás podría encontrar respuestas "quizás lo destruyó, ojala lo destruyera" "quizás la secta no lo envió ¿alguna otra familia?" "¿y si Satoru..?"

¿y si..?

El edificio estaba destruido, un enorme agujero creaba un perfecto túnel, el cuerpo abierto, sin vida y de pie de Fushiguro Toji le dio escalofríos, aun podía ver la sangre gotear y como algún órgano había caído cerca de su brazo cercenado, pero la podía sentir, dentro de todo ese caos, podía sentir la energía residual de la técnica del vacío y el dulce olor del omega.

Quizás todo está bien

El sonido de aplausos generaron una fuerte cacofonía en el pequeño espacio, sus tímpanos vibraban ante la oleada de voces, trato de regular su respiración y sus ojos se enfocaron en aquella marea blanca manchada en sangre que le daba la espalda - Satoru...- mentiría si dijera que no sintió un fuerte alivio al verlo voltear, él estaba allí, vivo, ni miro el bulto en sus brazos, no le importaba de igual forma, pero si noto como el olor dulce que se había comenzado a mezclar con leche, había desaparecido y era remplazado por un olor agridulce.

Había una mirada tan vacía, como si esos ojos dejaran de sentir, como si aquel que hace un par de días mostraba entre saltos una ecografía diciendo como su cría tenía dos meses hubiese muerto. No, aquel, no parecía muerto, simplemente...no era su Satoru Gojo.

El sonido de sus pasos eclipso el sonido de aplausos y de sus propios latidos - Suguru...¿Quieres que los mate? Ahora mismo no creo que sienta nada - aquella dulce voz era remplazada por una voz tan fría y carente de cualquier emoción, era extraño escuchar una voz tan monótona en él - No...no creo que ellos sepan que algo malo a pasado, quizás los de arriba ya...- No podía, simplemente no podía, no cuando las lagrimas bajaban por sus mejillas y su pecho dolía, no cuando su amado omega, miraba al vacío con una chica muerta en brazos y una horrible cicatriz en el vientre medio cubierto por lo que quedaba de su uniforme, no podía fingir que no quería quemarlo todo y a todos, por hacerle esto a él, por hacerles aquello a los dos, no podía fingir que esto era algo para lo que estaba preparado.

Simplemente eran niños    jugando a ser héroes

Mantuvo en brazos a su novio, quien parecía ajeno al mundo, tan lejano a todo y a todos, Shoko le comento que Satoru había utilizado parte de su energía maldita en cubrir al feto pero cuando Toji le clavo la alabarda le impidió protegerse y por ende al feto dentro de él. También comentó que Satoru uso una técnica inversa pero por más que lo intentará el feto era casi imposible de salvar ya qué fue destruido en medio del combate.

Otra cosa que ni Shoko ni Satoru sabían era que el útero en su interior había sido destruido pero a diferencia del feto qué murió a mano de Fushiguro Toji, el útero fue destruido por la tecnica maldita de Satoru, la presión del vacío y la constante necesidad de curar su cerebro lo destruyó. Eso fue lo que él jefe de la familia Gojo y el director le dijeron, algo que podría haber entendido y aceptado, de no ser por la ilógica frase con la que el padre del peliblanco cerro la pequeña discusión "ahora Satoru es un omega inútil, solo sirve por su técnica maldita, cuídalo hasta que podamos encontrar como tener otro usuario de los 6 ojos"

Que asqueroso era el mundo