Capítulo 5: Megumi está en graves problemas.

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Anochecía cuando Kugisaki llegó a casa y encontró a Fushiguro frente al monitor del ordenador, borrando archivos como si estuviera poseído. Tenía cara de pocos amigos y su amiga supo que estaba enojado, sobre todo cuando ni siquiera replicó al verla pasar.

-¿Cómo te ha ido con el señor Ryomen?

-¿A ti qué te parece? -Megumi apagó el ordenador.

-¿Qué te pasa?

-¿A mí? Di mejor, ¿qué te ha pasado a ti? Por si no lo recuerdas, me han secuestrado delante de tus narices, me han llevado a un parador de las afueras, también me han amenazado con desnudarme y... otras cosas. A estas horas, podría estar muerto en cualquier cuneta. ¡Muerto y violado!

-¿Quieres calmarte? Yuuji me aseguró que estabas a salvo con su hermano.

-¡Ya! ¿Y qué más?

-Es cierto. No te veo moribundo en una carretera, estás en casa y trabajando.

-Por supuesto, porque tuve que defenderme.

-Quieres decir que... -Lo miró con espanto.

-Ya te he dicho que me defendí.

-Pero, entonces, ¿qué te hizo?

-Él me... manoseó. -Se sonrojó al comprender lo absurdo de su acusación-. Me exigió que mañana regrese para restituir su honor.

-Eso no significa nada. -Nobara le quitó importancia-. Me has asustado, Megumi. ¿No ves que solo trataba de asustarte? Seguramente olió tu miedo.

-Eso mismo pensé yo. Ya sabes cómo actúan ellos.

-¿Ellos?

-Los hombres de honor, Nobara. ¡La mafia! Pero no te preocupes, acabo de borrar todo cuanto me relacione con aquel día. Ya no existe ninguna prueba que pueda delatarme.

-¿Quieres decir las fotografías que...?

-Todo. No queda nada de aquel día.

Mientras, en la habitación número 254 del parador, Ryomen Sukuna terminaba de ponerse unos vaqueros cuando la puerta se abrió de repente.

-¿Puedes llamar a la puerta la próxima vez? -increpó a su hermano.

-¿Por qué? ¿Tienes compañía? -bromeó, alzando las manos en un gesto apaciguador-. Tranquilo, Sukuna, no llevo ninguna cámara.

-Te crees muy gracioso, ¿verdad? -Se ajustó el cinturón y buscó una cazadora en el armario-. A lo mejor te borro esa sonrisa estúpida del rostro.

-¿A qué te refieres?

-A que puedo enviarte una temporada a una isla paradisíaca, en compañía de nuestra adorable Nanako. Así podría quitarme de encima dos problemas.

-No, gracias. -Palideció de repente.

Sukuna agarró el maletín y caminó hacia la puerta.

-Pues entonces trata de aligerarme el trabajo, Yuji. Has estado un tiempo lejos de casa, de la familia y de los problemas de la familia, pero si has hecho este viaje conmigo será por algo.

-Por supuesto, hermano, para que no cargues tú con todo el peso de los Ryomen. -Observó la mirada complacida de Sukuna y añadió con fingido temor-: ¿Nanako? ¿Has dicho Nanako? No estará aquí, ¿verdad? -Miró a ambos lados del corredor con gestos exagerados.

-No, no está aquí. -Sukuna sonrió más relajado-, pero no me extrañaría que apareciera en cualquier momento.

Entraron en el ascensor.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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Vehemence ♡ SukufushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora