capítulo 8 - ¿chicago?

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"No puedo sacarte de mi mente". Esa pequeña frase no me había dejado conciliar el sueño anoche, daba vueltas intentando dormir pero me venían imágenes de su dulce rostro sonriendo, sus palabras a través del teléfono, intenté dejar la mente en blanco pero no sirvió. Me desperté con el zumbido de la alarma, la apague y me di la vuelta para seguir durmiendo.

- ¡Ariel vas a llegar tarde!.- me levanté de golpe aún con los ojos cerrados. ¿Que hacía mamá aún en casa?.

- ¿Que hora es?.- pregunte casi en un bostezo.

- Son las seis y media, arriba holgazana.- mamá bajó a desayunar.

Me levanté, duche, vesti y baje a desayunar con mamá y coco. Erika siempre veía los dibujos para desayunar, la miré y me di cuenta que hacía mucho tiempo que dejé de hacer lo mismo que ella, cuando Aidan vivía lo hacíamos todas las mañanas así que decidí que hoy retomaría aquello. Me senté a su lado y me miró con ojos brillantes y sonrió a lo grande.

- ¿Vas a ver los dibujos conmigo?.- asenti con una sonrisa y supe que hoy hice un poco más feliz a mi pequeña hermana.

Después de desayunar llevé a Erika a su escuela y después fui a la oficina, al entrar me alegre de ver caras conocidas, Dani estaba en la máquina de café que había en la planta, en cuanto me vio vino a saludarme.

- ¡Buenos días jefa!.- dijo exaltada.

- Wow cuanta energía por la mañana.- le dije riendo, dani me devolvió la risa y asintió.

- Ya lo creo, los chicos han conseguido que los admitan en un local de Chicago el sábado para tocar allí ¿No es increíble?.- ¿Chicago? ¿Billie se iría todo el fin de semana a Chicago? Mi ánimo disminuyó casi al instante.

- Vaya eso es increible.- sonreí forzosamente.

- Ya lo creo este fin de semana vas a tener la oportunidad de acercarte más a bil.- me guiño un ojo.

- ¿Como has dicho?.- pregunté atónita.

- ¿Acaso pensabas que te dejaría aquí sola? Chica nunca te haría esa crueldad y menos ahora que tenemos un trato.- me abrazó y se fue a su oficina. ¿Osea que yo también iré?.

****

Llamaron del Colegio de coco y como mamá tenía una reunión importante me tocó ir a mí, era raro porque Erika nunca se peleaba con nadie ella era una niña muy tranquila y nunca se metía en pleitos. Estacione el coche justo delante de la puerta y me adentre en aquel enorme Colegio hasta llegar a la Oficina del director.

Toqué dos veces la puerta hasta que escuche su ruda voz dar el pase.

- Buenos días señor Nixon.- saludé cortésmente.

- Buenos días señorita Ariel, pase.- entré y me senté en uno de los asientos que habían justo enfrente suya.

- ¿Ha pasado algo con mi hermana?.- pregunté preocupada.

- En cuanto llegue con la señorita Lana le explicaremos mejor.- me dedicó una breve sonrisa. A los pocos pero desesperantes minutos aparecieron Erika y su profesora.

- Bueno, ahora sí ya podemos hablar.- comenzó Richard.

- Antes que nada queria comentarte que Erika esta siendo una de mis mejores alumnas.- argumentó Lana.

- Llamamos a su madre porque queríamos comentarle que esta mañana sobre la hora del descanso Erika y su compañera Gimena han tenido una pequeña pelea.- miré a coco quien agachó la cabeza.

- ¿Cual fue el motivo de la pelea?.- insite.

- Gimena alega de que Erika le robase su estuche color rosa y Erika niega haber robado dicho objeto, comenzaron a lanzarse comida la una a la otra y Erika acabó golpeandola.- explicó Lana, tuve que aguantar la risa, como ya había dicho coco no era de meterse en peleas con nadie pero me sorprendió mucho.

Corazón erranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora