tres.

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quinto mes.


Jungkook sonreía cada vez que ponía sus manos en la barriguita de Jimin, se alegraba al sentir como con cada mes su bebe se hacía más presente. Pero no todo era color rosa, al igual que el notable cambio a la pancita de Jimin, también habían otros notables cambios en los pies y tobillos de Jimin; se habían comenzado a hinchar haciéndole molesto al momento de probarse sus zapatos y caminar por lo que casi siempre Jungkook tenía que cargar a su omega – no se quejaba, claro que no, siempre estaría dispuesto en hacerle la vida más fácil a Jimin, pero el omega no se sentía a gusto pues sentía que ''molestaba'' -, de todas formas Jungkook trataba de hacer lo mejor.

Los masajes de pies y de espalda eran constantes, pan de cada noche, se sentaba al borde la cama y comenzaba con sus masajes, el alfa adoraba hacerlo pues quitaba la molestia a su pareja. Además, era una buena forma de pasar tiempo juntos, mientras Jungkook le hacía masajes Jimin parloteaba sobre cómo le había ido en el día y que es lo que planeaba hacer el día siguiente.

Por el momento, y por obvias razones, Jimin no estaba trabajando por lo que pasaba mucho tiempo en su casa, tiempo que invirtió en tejer; tejía y tejía para mantenerse distraído, veía distintos patrones en internet para la nueva ropita de su cachorro y se había convertido en algo cotidiano el enseñarle a su alfa las nuevas prendas que había tejido.

Todo iba bien, hoy sería otras de sus visitas al hospital para ver cómo iba su cachorro.

Bastante cubiertos se escurrieron por el hospital burlando a los paparazzi que siempre los esperaban, tomados de la mano se reunieron con la doctora de Jimin quien preparó al omega para su revisión. Con los dedos entrelazados la pareja veía con brillo en sus ojos la pantalla que les mostraría a su bebe y con una sonrisa le vieron.

"¡Mira!" Señaló con ilusión el omega, casi saltando en su asiento. Siempre hacía lo mismo, todas las veces eran como las primeras en donde veía a su cachorro.

"Nuestro bebe." Y Jungkook no se quedaba atrás, reaccionaba igual todas las veces, sonriendo y casi llorando por ver al fruto de su amor.

"Está todo redondito, sus piernitas y bracitos son tan pequeños." Dijo Jimin. "Aún no podemos verle la carita, nos está dando la espalda." Puchereo.

"Tal vez en la siguiente visita se deje ver." La doctora sonrió, las visitas de la pareja siempre le causaban ternura.

Con una nueva fotografía de su ultrasonido, la pareja volvió a abrigarse para pasar desapercibidos de la prensa, riéndose por lo graciosos que se veían salieron tomados de la mano hacia su vagoneta.

Una costumbre suya también era que Jimin vaya en los muslos de Jungkook, quería estar cerca de su alfa y llenarse de su olor, no había ningún problema para ambos porque la cercanía era lo único que querían en momentos tan cálidos como estos.

Je t'aime > km omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora