15 de octubre de 2002

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SoHo, New york

El mensaje que recibió de Mauro era ridículo, ella nunca estaría en la ciudad, y de hacerlo le debió buscar, porque el era su único contacto en la gran manzana, y mas de una vez le dejo en claro que no estaba lista para este lugar.

Pudo volver a la cena con su Jannen, ese capitulo de su vida ya tenia la carpeta cerrada... pero la duda, la maldita duda...

El lugar estaba lleno y la música era estruendosa, camino hacia donde Mauro saludaba animado... apenas un par de pasos, no hizo falta que la buscara, ahí estaba, tirando de el como un imán, giro directamente en su dirección y la vio sonreír con un grupo de gente que jamás en su vida vio, las carcajadas de esa mesa eran estruendosas y parecía que ese hombre se pegaba al mármol de ese lugar.

-¿Tengo buena memoria cierto?-

-La tienes, no puedo créelo-

-Quería hacer que el mensaje fuera lo mas casual por si tenias pájaros en el alambre-

-Tengo que decirte que ese mensaje no fue casual- se acomodo a su lado

-¿Mariposas en el estomago?- se encogió de hombros

-Remolinos en la mente- contesto tomando de golpe un trago- ¿Qué hace aquí?-

-Pues pregúntale, estamos a cuatro metros de distancia, ve y susúrrale algo al oído, tu sabes , has tu magia-

Espero un largo rato, sin quitarle la mirada de encima, así fue hasta que la vio caminar sola a la barra, el verla caminar le quitaba el aliento, ese vestido la dibujaba a la perfección, jamás pensó verla tan cómoda con algo así, pero ahí estaba su piel bronceada y su cabello castaño con luces rubias alumbrando su noche.

-Annie Brown...- dijo con una mano en su espalda baja y el corazón a punto de salir de su pecho

-Así que el mundo si es un pañuelo...- dio un paso atrás alejándose de su toque con ese gesto de suficiencia que solía salir de manera nata de su cuerpo

-Lo es, al menos cuando se trata de...- se interrumpió de inmediato- ¿Qué te trae a este lugar? hasta donde yo recuerdo repudiabas Manhattan con todo tu corazón-

-Lo hago, pero ya sabes...- se acomodo el cabello detrás de la oreja girando su vaso

-Esto es incomodo- acepto recargándose en la barra para no mirarla

-Lo es, la ultima vez que nos vimos pasaron suficientes cosas como para que esta conversación suene realmente fuera de lugar- ambos sonrieron melancólicos

-En realidad solo quiero saber que haces aquí, soy curioso, lo sabes-

-Vine a una conferencia de la liga americana, ya sabes, montar y así- guardo silencio por un momento- de hecho he estado aquí hace meses, yendo y viniendo por lo mismo, los patrocinadores, entrevistas... cosas así...-

Todo lo que le decía no tenia mucho sentido, ¿Qué tenia que hacer aquí? ¿Entrevistas? ¿Patrocinadores?

-Así que lo lograste, llegar a ser alguien...- y la punzada del menosprecio le pego directamente en el pecho

-Perdón por seguir mis sueños...-

-No lo tomes a mal... yo se que tienes todo el talento del mundo-

-Claro que no, tu no tienes idea, nunca en tu vida me viste montar-

-Te vi entrenar desde que tenias 10 años, eso cuenta ¿no crees?-

-¡Anna!- una de las chicas de su mesa la llamo con la mano haciendo la seña de que era hora de marcharse-

-Creo que se termino mi noche- dejo un par de dólares en la barra y le guiño el ojo haciéndole saber que eso era todo

Una Vaquera llamada Annie BrownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora