→Día 30 OTP challenge (libro en mi perfil)
Cuando amas a alguien vives poniendo tu amor a prueba... Regalos, actos, palabras... Todo aquello por demostrar que sigue siendo firme como el primer día, pero las palabras "por siempre" o "hasta la muerte"...
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Aquel último mes de mudanza hacia sido agotador. Aunque solo tardo un par de viajes traer las cosas del español, también acomodaron el dormitorio principal para que cupieran, tuvieron que mover algunos armarios y cambiar muebles, pero en el fondo, había válido la pena. Eso sí, la procrastinación llevo a que, hasta la noche anterior, no terminaran de acomodar las cajas. Esa misma mañana empezaba oficialmente la convivencia entre ambos de forma más normal, algo que, sí, asustaba a ambos.
¿Y si las cosas no salían bien? Después de todo, nunca habían pasado más que un par de días juntos, una cosa era eso y otra el resto de su vida bajo el mismo techo. Se podría decir que era una prueba preliminar.
— ¿Le ocurre algo, Señor España? — Hablo de forma calmada Poppy, sirviendo una taza de café y viendo hacia el pelirrojo, quien seguía medio dormido.
— ¿Ah?, Oh, no, solo pensaba — Este acepto la taza con cuidado, dejándola frente a él y viendo el humo salir. — Y, Poppy, no me llames Señor, ya te dije que puedes tratarme de tú a tú. — Respondió con delicadeza, viendo hacia aquella mujer.
Lo de evadir ese trato venía ya del pasado, realmente cuando eres un niño en Palacio y tu único entretenimiento es tu hermano gemelo, te acabas aburriendo de las mismas conversaciones. Por lo que España solía colarse en los dormitorios de los guardias o del servicio y hablar con ellos con calma, aunque claro, ellos seguían con aquel respeto de estar hablando con el hijo menor de Imperio. Algo que al pelirrojo se le solía olvidar que era.
Nunca fue de usar el término "Señor", aparte. Le hacía sentir viejo, y el seguía siendo "joven", ¿No?
— Disculpe... La costumbre — La mujer se sentó en una silla a su lado, viendo hacia la nación — ¿Qué tal su primera mañana aquí?
— Bueno... Esta bien... Se sigue sintiendo raro — Hablo este, dándole un sorbo a la taza. — Es todo... Demasiado silencioso... Me recuerda a Palacio.
— Es lo que tiene vivir en una mansión... Al señor UK le gusta el silencio, aunque normalmente hay movimiento del servicio. — Poppy agarró un poco de su desayuno, era de las pocas que comían en la misma mesa que UK, los demás solían hacerlo en sus dormitorios. — Lo de Palacio no suena como un alago.
— Nunca me gustó el silencio — Confesó el español, aunque eso era algo obvio — Aparte, creo que pase más tiempo en las calles finguiendo ser un ciudadano más que en aquél sitio. No había mucho que hacer. — Agarró un pedazo de fruta sobre su plato, dándole un mordisco — Portugal daba clases la mayoría del día. Yo solo tenía esgrima y 23 horas que llenar.
— ¿Dio esgrima? — Hablo con sutileza la dama, sonriendo con cierta ternura. — ¿Ninguna clase más?
— ¡El mejor de mi promoción! — Hablo con orgullo. — Gané hasta a mí profesor cómo si fuera un principiante, y era el mejor de toda la península. — Esas palabras ya sonaban con ego. — En un principio daba las clases igual que Portugal, pero me costaba tanto que acabaron quitándome, solo me dejaron es esgrima porque era lo único que se me daba bien, a veces si recibía alguna clase de música pero poco más.