Mandando todo a la Mierda

20 3 1
                                    

Después de contarle a la tía Alí de todo un poco de nuestro pasados días llegamos a la hacienda de mis padres.

De hecho ya allí se encontraban todos incluida la familia de Bella, la fiesta estaba en apogeo, no se en que momento empecé a tomar pero si se en que momento del fin de semana la puse y en grande.

Ya estando medio achispado y solo enfrente de nuestro grupo apartados de los mayores ósea padres y tíos.

Estábamos al rededor de una fogata mis brazos al rededor de Bella, le besaba el cuello frente a mis primos sin pena, ellos ya lo sabían todos sabían que la adoraba. Cada beso que le daba sentía la necesidad de más, veía como su piel se erizaba sentía como mis músculos se tensaban y mis brazos la acercaban más a mí pecho. 

Ella voltea a verme con una sonrisa y no resisto le doy un leve beso en sus labios, mis primos no dicen nada, siguen como si no hubieran visto lo que acabo de hacer. Pero soy consciente de que nos están observando analizando esta nueva realidad.

Esa noche fue espectacular nos quedamos durmiendo fuera de la casa en un improvisado campamento y amanecí abrazado a mi bella, ella tenía sus ojos abiertos cuando al fin me atreví a abrir los míos.  Me beso ligero en los labios y se pego más a mí. 

Esto en definitiva me volvió loco, soy un joven normal con necesidades normales enamorado idiotamente de la chica más bella del mundo.
La puse de espalda contra el sleeping cubrí su cuerpo con el mío y la bese, la bese con locura con frenesí y ella me devolvía mis caricias, estábamos con ropa de dormir, pero eso no impidió que sintiera sus dulces manos en la parte baja de mi espalda acercándome a ella. Tampoco impidió que mis manos viajarán por su abdomen hasta su pecho. Me estaba volviendo loco del deseo.

Mi pulso desenfrenado, temblando con cada caricia, embriagado en el sabor de sus labios. Mi nirvana era su piel, mi templo su cuerpo.

En ese momento cuando escucho de sus labios salir un sonido de estasis, somos arrancados del paraíso,  Nathaniel me patea los pies y susurra.

-Paren que los demás se están despertando-.

Veo la cara de bella como se sonroja, le doy otro leve beso en sus labios y ella oculta su rostro sonrojado en mi cuello.

-Bella, esto es increíble, sabes que quiero estar así contigo cada día. - sé lo solté por que necesitaba que ella lo supiera.

-Me gustas Jackson, pero que dirá la familia si iniciamos esto, no me dejaran ir a la ciudad y menos estar cerca de ti. Tu sabes como son mis padres- Me abrazo fuerte me beso la frente y se puso de pie y salió hacia la casa.

Si yo soy consciente de que sus padres son geniales, pero extremadamente formales y de la vieja escuela. Recuerdo en ese instante las frases celebres de tía Sally.

Primero te vistes de negro antes que de blanco. Los estudios primero y el amor después.
O la frase que más instala en sus hijas. No sean baratas, nada de sexo antes del matrimonio.

Y yo sabía lo sentía en cada tramo de mí cuerpo. Mi Bella no había estado con él idiota de Jhon y yo me encargaría de ser el único en su vida.

Claro esto lo pensé antes de que todas mis oportunidades se fueran a la mierda esa misma noche.

En mi auto despecho inducido y sin saber porqué mierda no tenía las bolas para decirle a Bella, lo que queríamos que fuésemos empecé a beber, pero a beber como un cantinero. la fiesta seguía, cuando en esta familia había fiesta duraba varios días.

Y en esta oportunidad uno de mis primos estaba cumpliendo año o era su Bar Mitzvah yo ya no se nada.

El caso es que todo empeoró cuando una Jannet llegó, mierda se me había olvidado que le había dicho de este cumpleaños hace algunas semanas atrás y ella de lo más oriunda se viene a aparecer.

La he ignorado toda la tarde, cada vez que viene a mí lado la miro con desprecio y me alejo.

Se que estoy un poco pasado de copas, pero no tanto como para no ver que Jannet esta incomodado a todos los de nuestro grupo. Solo veo a Bella apretando los puños de sus manos y alejándose a ayudar a nuestros tíos.

Tengo que hacer que se largue, tomo las llaves de la camioneta de Nathaniel,  me acerco a ella la tomó del brazo y le digo vámonos. La pienso llevar a la estación del tren son a penas las 6 el último tren sale a las 8. La quiero lejos de mi pero sobre todo lejos de Bella.

Pero estoy bebido y soy un completo idiota,  mientras ella discute a todo grito y golpea mi lado derecho, esquivó un ciervo y nos accidentamos al lado de la vía, trato con la tracción de salir pero es imposible.

Ella sigue hablando de la estupidez de reconciliación y de que soy el amor de su vida. Mientras que yo necesito un minuto, saco el teléfono y llamo a mi hermano le cuento que paso.

Me recuesto en el puesto del piloto hecho para atrás todo el asiento y le grito a Jannet que cierre su maldita boca.

Ella me mira asombrada, creo que jamás me ha visto así. Pero alfil se calla.

Cierro mis ojos y sueño con mi Bella, mientras espero a mi hermano, siento sus manos en mi cuerpo como agarra mi pene y lo mete en su boca.

Haaaa, se que ella no haría eso, abro los ojos y tengo a Jannet haciendo una mamada descomunal, mierda trato de zafarme pero creo que estoy muy borracho para ello o soy el más grande idiota del universo, acabo y ella se lo traga como una campeona. En ese instante mi mundo se vuelve mierda.

Mi hermano me toca la ventana volteo a verlo y a su lado esta Bella, Jannet levanta su cara se limpia la comisura de sus labios y sonríe.

Yo solo veo a Bella, como cierra sus ojos y los aprieta con fuerza, baja la mirada y se va al otro vehículo para extender la guaya de rescate.

Los Otoños a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora