⋆𝑺𝒊𝒆𝒕𝒆⋆

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[TW: Consumo de drogas]

 * ˚ ✦ 𝑴𝒊𝒓𝒊𝒂𝒎 ✦ * ˚

Bill aparca mi auto en la entrada de la gran casa blanca situada al final de una calle residencial. Puse la excusa de que no quería conducir, pero la verdad es que no tenía idea de donde viven, por supuesto. Bajamos del auto y enseguida me siento un tanto intimidada por la altura de la mansión frente a mi. Dos pisos, pilares que sostienen un hermoso balcón y lo que parece ser un enorme patio trasero con una gran piscina.

«Sisi, estás de coña que esta es su casa»

—No lo estoy, aquí viven los pendejitos —contesta—. Cierra la boca, intenta no parecer sorprendida, siempre vienes.

«¿Pueden pagar esto?» —pregunto incrédula—, «con eso de que no comen ni nada creí que...»

—No, eso es sólo porque no saben cocinar y son holgazanes para las tareas del hogar. Excepto Gustav, que hombre más perfecto —Continuamos caminando pero antes de que Bill abra la puerta escucho como continúa—. ¡Ah! y esa cosa terrenal de ustedes... ¿Cómo se llamaba? —Lo sentí pensar unos segundos— ¡Depresición!

«Depresión, Sisi»

—Eso, lo mismo. 

Nos adentramos a la casa y enseguida el destello del brillante piso de marmol perfectamente lustrado y blanco impacta contra mis ojos.

—Además esta casa no es de ellos —continua su explicación—, es de la empresa. Como parte de su contrato la empresa se aseguraría de que tuvieran donde vivir, y mantener una mansión es más barato que mantener cuatro casas separadas —Termina de explicar en cuanto Bill anuncia nuestra llegada.

—¡Llegamos! —Camino temerosa detrás de él llegando a una bella sala de estar en donde todos se encuentran platicando ya listos—. ¡Hola! Me encontré a una chica afuera y dejé a Miriam en su casa. Dice que es modelo—. Me toma de la mano haciéndome pasar frete a él  dándome una vuelta. Enseguida comienzo a escuchar silvidos y un montón de halagos que me hacen reír y sonrojar de inmediato.

—¡Wao! ¿Desde cuando estás tan buena Mir?

—No jodas, yo siempre la vi igual, a la fila.

—¡Qué guapa Mirmir! —Suelto una pequeña carcajada producto de la vergüenza que me están causando.

—Ya basta —ruego—, ustedes también se ven muy guapos —Les sonrío a la vez que los observo. 

«No es mentira, se ven bien buenos»

𝑊ℎ𝑒𝑛 𝑆𝑒𝑝𝑡𝑒𝑚𝑏𝑒𝑟 𝐸𝑛𝑑𝑠... | 𝐵𝑖𝑙𝑙 𝐾𝑎𝑢𝑙𝑖𝑡𝑧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora