» Él era todo él, hasta los huesos. Todo Baratheon, nada Lannister. «
Desde las ventanas de la cámara de parto, los llantos de un primogénito se filtran, los rayos centelleantes de una tormenta furiosa brillan sobre él, como si la propia tempestad q...
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05. | Pez y lobo en el anzuelo. ━━━━━━━━━━━━━ [ season one. ] ㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤ
A la mañana siguiente, tal como Raiden habría predicho, la consciencia, y también las consecuencias, de lo que había hecho el día anterior lo atacaron apenas se levantó de su cómoda cama. Siseó de dolor cuando una punzada en su hombro izquierdo le hizo encogerse, teniendo que inhalar profundamente para disipar las ganas de gritar. Se vistió con algo de dificultad, soltando uno que otro gruñido cuando hacía un movimiento brusco o cuando el pantalón negro le rozaba su sensible cadera. Durante el desayuno, con ayuda de Jory, colocaron un cabestrillo con vendas para su brazo aún en recuperación. Arya lo miraba entre divertida y curiosa, mientras que Sansa se veía preocupada.
La conversación entre ellos la noche anterior le había dado un pequeño momento de claridad; por más triste que fuera, él no podía seguir anhelando el afecto de Sansa cuando no había más que amistad entre ambos para ella. Conformarse no era algo que caracterizaba a Raiden, en nada, pero cuando se trataba de ella y no perderla, él estaba conforme siendo sólo su amigo y alguien cercano. Si casarse con Joffrey la hacía feliz, él respetaría eso. Como un amigo lo haría.
—Iré a perseguir gatos hoy, ¿quieres venir? —Arya le preguntó.
La Septa hizo un sonido de reprobación.— Arya, una dama no debería perseguir animales. —la pequeña bufó, sin embargo, la anciana siguió con su sermón.— Además, Raiden sigue lastimado, sería imprudente que–
—No se preocupe, Septa. —Raiden la interrumpió, sin ser grosero, sonriendo apenas.— No planeo quedarme aquí sin hacer nada, me aburriría. Mi brazo no duele tanto. —en el fondo, no quería admitir, que detestaba sentirse ligeramente inútil por su lesión.— Y alguien debe vigilarte a ti, siempre te metes en problemas.
Habló mirando a la pequeña Stark, quien rodó los ojos pero sonrió ante la aceptación de su invitación.
—¿Seguro que tu brazo no duele tanto? —Sansa cuestionó, mientras terminaba de masticar un poco de pan, mirándolo con preocupación.
Raiden tragó saliva.
Le estaba poniendo difícil su plan de ser sólo su amigo si lo miraba así.
Asintió, dándole una sonrisa breve, tomando un sorbo de su té luego, al sentir la garganta ligeramente seca.
Cuando Arya y él comenzaron a buscar gatos alrededor de la fortaleza, Raiden se arrepintió en cuestión de minutos de haberla acompañado. La niña perseguía a los felinos, que huían llenos de pavor, como si ella fuera un animal salvaje y desesperado en busca de su presa, y por más que lo intentara, Raiden no podía seguir de cerca sus pasos.
