Luego de haber decidido cambiarse de ropa, salió del baño, encontrándose con que Sam no se había movido de su lugar y que el bulto entre sus pantalones casi había desaparecido por completo.
Caminó hacia ella, y sintió cómo sus ojos la miraban de arriba hacia abajo, apreciando su conjunto que consistía en una falda y una blusa de botones. "Te ves como para comerte" le dijo, estirando un brazo para tomarle la mano y poder jalarla a su regazo, esta vez haciendo que se sentara de espaldas a ella.
Sam comenzó a besar su cuello, así que le dio más espacio, moviendo la cabeza a un lado. Enredó los dedos en las ondas pelinegras, dejando salir un gemido, mientras que con la otra mano tomaba una de ella, haciendo que le apretara un seno. Inconscientemente, empezó a mover las caderas, era como si su cuerpo tuviera voluntad propia.
La sintió endurecerse, empujando las caderas con más fuerza y consiguiendo un gemido de ella. "¿Tenemos que ir?" le susurró al oído, deslizando la mano que no estaba sobre su pecho por su pierna, acercándose peligrosamente al espacio entre sus muslos. "Podríamos quedarnos a que arruine otro par de pantis" se rio bajito, sin dejar de besarle el cuello.
Una vez que sus palabras fueron procesadas, Mon se quitó de encima de ella. "¿Crees que es gracioso?" cuestionó, tratando de parecer ofendida, pero su sonrisa la traicionaba.
Ella la miró con una sonrisita arrogante. "Es un poco gracioso, y parece ser el chiste privado de moda" sus ojos profundos brillaban con diversión.
La castaña se inclinó, consiguiendo borrar esa sonrisa con un beso. "¿Sabes qué me parece gracioso?" no se alejó de sus labios, rozándolos con cada palabra.
"¿Qué?" le preguntó la mayor, con voz ronca.
Delineó sus labios con la lengua, enderezándose después. "Tú, caminando con una erección, porque esta vez nadie va a ayudarte" fue su turno de sonreír con arrogancia, viendo cómo la expresión de la pelinegra pasaba de soñadora a shockeada.
Permitió que la pusiera de pie, observando en silencio, mientras que con cuidado le acomodaba los pantalones y abrochaba el cinturón. Una vez hecho, le dio una suave palmadita al prominente bulto y caminó a la puerta.
"Vamos, nos están esperando" le tendió una mano, esperando a que la tomara.
Ella miró hacia su entrepierna y después de regreso a Mon. "¿¡Vas a dejar que vaya..." señaló el bulto. "... Con eso ahí?!" cuestionó con una expresión de incredulidad.
"Síp. Tal vez para la próxima no te burles de mis pantis arruinados, ¿No?" tomó su mano, tirando de ella para sacarla de la habitación y cerró la puerta una vez salieron. "Solo no pienses en lo fuerte que voy a querer que me folles más tarde" le dijo con una sonrisa traviesa, sabiendo que estaba jugando con fuego.
"Ugh, estás jugando sucio" se quejó su contraria.
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El cuarto de Kirk estaba junto al de Sam. Tocaron la puerta para anunciarse y luego entraron.
"¡Está enorme!" exclamó la castaña, observando lo espacioso que era.
"Eso dijo ella" escuchó decir a Yuki en algún lugar de la habitación.
Adentrándose más, se dio cuenta de que había un minibar con banquitos y todo. Ahí es donde encontró a su impertinente amiga, preparando bebidas. "¿Qué tan genial es este cuarto, MonMon? Ya pregunté mil veces a quién le besó el trasero para conseguirlo, pero Nita me amenaza cada vez, así que están escondiendo información" se rio y Nita gruñó al fondo, diciéndole que se callara.
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𝚅𝚎𝚛𝚍𝚊𝚍 𝚘 𝚁𝚎𝚝𝚘【+18】
Teen FictionEn una fiesta universitaria, a Mon y a Nita las desafían a darse un beso en un juego de verdad o reto. Kirk no sabe qué es mejor, si ver a su prima Sam muerta de celos porque su crush estaba besando a alguien que no fuera ella o si ver a su novia be...