¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
░༄●○FOURTEEN: AS A DRAGON❞○●༄░
Su decimotercer verano, había venido a Daemon con los ojos hinchados por las lágrimas y una furia que podría haber condenado a Valyria dos veces.
Había estado leyendo en un balcón con vista a los extensos jardines de la Guardia Roja, un antiguo tomo escrito en el idioma valyrio, y su dedo casi acariciaba las palabras con amor mientras leía, siguiendo el flujo de la tinta que había sido sofocada, los dioses sabían cuánto tiempo atrás. Pero a la apresurada llegada de Viserra, sus profundos ojos violetas se habían movido hacia arriba, con el dedo deteniéndose en su golpe.
━━Amada sobrina ━━dijo mientras cerraba el libro. Lo habían arrastrado por una tumbona, pero se puso de pie y la tomó con preocupación, su comportamiento burlón habitual desapareció. ━━¿Que pasó?
Ella se derrumbó en sus brazos, con el pecho agitado con sollozos reprimidos de dolor, ira.
━━¡Llévame lejos de aquí!━━ ella lloró. ━━¡No puedo soportarlo más! No me importa a dónde nos vayamos, quiero irme lejos!
Él la agarró de los hombros, sacándola suavemente de su doblete. Ella se dio la vuelta, tratando de ocultar su rostro manchado, pero él le agarró la barbilla y la obligó a mirar sus ojos. Eran oscuros, pero había una luz dentro de ellos que pulsaba y parpadeaba, errática e impredecible.
━━Lo haría si pudiera ━━dijo suavemente, ━━Pero primero, debes decirme qué pasó.━━Viserra bajó la cabeza, hundiéndose en la cálida y callosa jaula de sus dedos. ━━Me van a castigar.
━━¿Quién?
━━Madre y padre ━━ dijo miserablemente.
━━¿Por qué?
Se cerró los ojos cuando las lágrimas amenazaron de nuevo. Podría haberse sentido mejor si fueran por algún tipo de remordimiento, pero todo lo que sintió fue su propia furia justa, su vergüenza y humillación.
Hace quince días, la reina Aemma había asignado a Viserra dos damas de honor. Había intentado felicitar a Viserra antes, pero Viserra siempre había encontrado una razón para deshacerse de ellas. La mayoría de ellos la asustaban y eran tímidos como los ratones, y su miedo y juicio silenciosos la irritaban. Pero esta fue la primera vez que Aemma le dio dos a la vez, tal vez en un intento de aliviar las dudas de las damas y aliviar la duda de Viserra. Viserra ni siquiera se había molestado en recordar los nombres de sus damas. Ambas eran un poco mayores que ella, cerca de la edad de Rhaenyra, y de casas que ella dignó sin importancia. Viserra los había etiquetado a regañadientes junto con ellos mientras se turnaban alrededor de los jardines, asistían a clases educativas y cotilleaban sobre sesiones de bordado. Las damas parecían más inclinadas a hablar entre ellas en lugar de ella,y eso le había quedado bien, especialmente porque su madre parecía contenta con el arreglo.
