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1 de mayo. Cumpleaños de la princesa Dione.

-Minnie, levántate ya, son las 10, la fiesta empieza en dos horas y debemos llevar la comida con los vecinos.-me zarandeó levemente.-Venga, no queremos que mamá se enfade.

Sori, mi hermana mayor por dos años. Hiperactiva de nacimiento y razón numero 1 de mis mayores dolores de cabeza.

-Vale abuelita viejita, ya voy.-me froté los ojos e intenté adaptarme a la luz del sol que entraba por mi pequeña ventana.

Me dio un golpe en la cabeza mientras bufaba.

-Di lo que quieras, niñato, te da envidia que a día de hoy y a nuestra edad yo tenga novio y tu estés más soltero que tu amigo Jisung.-me sacó la lengua mientras me ayudaba a colocar las sábanas de la cama.

-Mejor soltero que con otro abuelo como Chan, la verdad espero que dureis mucho pero siendo lo viejos que sois, me da que no llegais al templo de Hera a casaros. No sé ni como os levantais de la cama, espero que cuando sea igual de abuelo que vosotros, tenga mejor salud.-tiré de un mechón de su pelo y salí en busca de mi ropa especial para este día especial, o eso dicen.

Justo antes de cerrar la puerta de mi habitación, me lanzó una almohada, la cual esquivé con éxito. No puedo decir lo mismo de Chan.

-¡Christopher! Lo siento mucho, cariño, mi hermano me tiene nerviosa desde primera hora de la mañana.-me miró mal mientras ayudaba a Chan a colocarse la ropa y el pelo.

-No te preocupes, Sori, es solo una almohada.-le sonrió dándole un beso y después me saludó a mi.-Buenos días, Seungmin, ya veo que te acabas de despertar.-rodeó a mi hermana por la cintura.

Tsk, cosas de abuelos.

-Hola, Chris, buenos días a ti también, y sí, me acabo de despertar, controla a tu novia por favor, al final termino sin almohadas a este paso.

Ambos rieron y nos dirigimos al salón donde estaban mis padres ocupados con la ropa.

-Hola chicos, toma Minnie, este es tu traje, lo he hecho específicaente para ti.-dijo mi padre tendiéndomelo.

Mis padres tienen una sastrería y confeccionan trajes de todo tipo. A veces incluso han hecho trajes a medida para los reyes. Ventajas de ser amigos. De ahí algunos ahorros extras que tenemos por si en algún momento la sastrería empieza a ir mal.

El traje en cuestión era de un color azul marino, de lino. La camisa era blanca de seda y los zapatos como nuevos. Era precioso a simple vista y me puedo imaginar el dinero que ha tenido que costar hacerlo y comprar las telas.

-Pero papá, este traje ha tenido que ser carísimo, es hermoso pero ¿cómo os habeis podido permitir esto?

-El rey Alesandro te lo ha obsequiado por tu cumpleaños.-contestó simplemente.

-Pero si mi cumpleaños es en septiembre.-dije confundido.

-Bueno, tu póntelo y agradece cuando les veamos.-me guiñó un ojo.

Miré a mi hermana en busca de una explicación pero simplemente se encogió de hombros.

-A mi no me mires, no tengo ni idea de dónde sacan algunas cosas.

-Anda venga, hijo, cógelo ya y cámbiate que tenemos prisa, si no vamos ya, no cogeremos buenos sitios para poder ver a la familia real.-me alentó mi madre.

-Voy, voy.

Me fui a mi habitación y empecé a ponerme el traje. Al lado de mi armario tenía un espejo de cuerpo entero, en el cual me vi para cerciorarme de que todo estaba en su lugar y que no se me hubiera escapado ningún botón de la camisa. Me miré y sonreí levemente, la verdad que no me veía tan mal, y eso ya es mucho para decirme. No destaco por ser el más guapo del lugar, precisamente. Me coloqué un poco el pelo para que no pareciese el recién levantado que era y me alisé la chaqueta. 

La princesa de Nemea. Kim SeungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora