Familia extraña

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Al día siguiente Shanks fue a buscar a Luffy a su casa, tocó la puerta con fuerza sabiendo que probablemente el Monkey estuviera durmiendo.
El pelirrojo confirmó sus sospechas cuando "Anchor" abrió la puerta con mala cara y en pijama, al igual que ayer, lo había despertado de nuevo.

–Buenas tardes, Mocoso–Luffy lo miro mal.
–¡No me llames así!–se quejo de forma infantil el más pequeño.
–Parece que amaneciste del pie izquierdo, como sea, Lucky Roux te manda esto–le mencionó mientras le entregaba una bolsa.

Luffy al ver lo que traía la bolsa, cualquier enojo que tenía en aquel instante se esfumó por completo, fue a sentarse al comedor de su casa, mientras que Shanks lo seguía cerrando la puerta principal detrás de si.
El pelirrojo se sentó al lado de él de pijama, viendo como Luffy comía animadamente la comida que el cocinero de su tripulación le mandó.
–Agradécele a Lucky Roux por mi, está delicioso–le pidió el de pelo negro aún con algo de comida en la boca.
–Se lo haré saber.

Shanks desvió su vista a la casa, la cocina y el comedor se separaban por un mesón donde también habían 2 sillas, había una escalera hacia el segundo piso y algunas fotos y cuadros colgados.
La casa era grande para un niño tan pequeño como Luffy, el pelirrojo se levantó y miró de cerca una de las fotos que estaban en la pared.

Sus ojos se abrieron de la sorpresa al ver quien conformaba la foto, era ni más ni menos que Garp, El Héroe De La Marina, se volteó a Luffy viéndolo comer de lo más tranquilo.

–Luffy, ¿por que tienes al Héroe De La Marina en tu pared?–le pregunto con claro desconcierto en su voz.
El infante se alzó un poco para poder ver po encima del hombro de Shanks y saber a qué se refería.

–¿Hablas del viejo ese?–pregunto con total tranquilidad mientas se volvía a acomodar en su silla para seguir con su desayuno.

–Si, habló del anciano ese–le confirmó con impresión, la mayoría de niños le tenían respeto a quien se enfrentó al "malvado" Gold D. Roger.

–Ah, es mi abuelo–respondió con total tranquilidad.

El de cicatriz en el ojo casi se cae para atrás al escuchar a Luffy, no podía creer lo que él mocoso le estaba diciendo.

–¿¡Que!?–la sorpresa de Shanks era evidente, ni siquiera sabía que Garp tenía un nieto y aún si lo supiera, no se imaginaría ni en mil años que pudiera ser Luffy–¿Por que no me dijiste que tu abuelo era un vicealmirante mundialmente reconocido?

–Exageras, mi abuelo solo es un cascarrabias que va por la vida repartiendo golpes–su tono era totalmente despreocupado.

El pelirrojo no pudo evitar sonreír ante aquella comparación del vicealmirante–Mocoso, creo que no entiendes la importancia del puesto de tu abuelo.

–Se que es alguien importante y todo eso, pero sigue siendo un viejo pesado–Shanks río y se volvió a sentar al lado de Luffy, aún sintiendo sorpresa por la familia del pequeño, aunque también floreció cierta interrogante, preguntándose quiénes eran los padres del niño que estaba a su lado, ahora siendo consciente que la posibilidad de que sean personas comunes era mínima.
La vista del pelirrojo ahora se fijaba en el calendario colgado en la pared y en el que habían 4 fechas marcadas en el mes.

–¿Que hay de importante en lo que tienes marcado en el calendario?–Luffy que ya estaba terminando de comer, miro el calendario para luego hablar.

–Son las fechas en las que viene mi abuelo, la más cercana es la próxima semana, te recomiendo que te alejes de la villa para no encontrarte con el.

Shanks sabía que no se encontraría con el Vicealmirante, él y su tripulación se irían de la isla antes que "El Héroe De La Marina" llegará.
–¿Y como es tu abuelo contigo?–atinó a preguntar con la duda de cómo sería tan temerario hombre con su familia.

–Es algo estricto y desde que tengo memoria me a entrenado para ser un gran Marine, pero yo no quiero.
–¿Y por que no?
–Porque hay que pararse recto, seguir protocolos y saber manejar armas, me aburro de solo pensarlo.
–Y entonces ¿qué planeas hacer?
–Nunca me e puesto a pensar en eso, solo se que en mi futuro no habrá que vestirse con uniforme.
Shanks sonrió, desde hace pocos días que conocía la voluntad del pequeño, pero intuía que Luffy haría cosas fantásticas en un futuro, solo habría que esperar para saber cómo, sean buenas o malas, el mocoso a su lado cambiaría al mundo, algo en el le decía que "Anchor", era todo menos alguien ordinario.

–Y tu, Shanks ¿como supiste que querías ser pirata?
–Me críe en un barco, desde pequeño supe que ser pirata era lo mío, adoro las aventuras y correr peligro, no lo dejaría por nada del mundo.
Luffy sonrió, mientras miraba a Shanks, en sus ojos se notaba cómo crecía cierta admiración por el pelirrojo, en cambio el de sombrero, miraba al mas pequeño con aprecio, ya lo consideraba un amigo más.

Luffy sonrió, mientras miraba a Shanks, en sus ojos se notaba cómo crecía cierta admiración por el pelirrojo, en cambio el de sombrero, miraba al mas pequeño con aprecio, ya lo consideraba un amigo más

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Era de noche y Shanks estaba en su barco con su tripulación, ahora hablaba en la cubierta con Benn.

–En 4 días nos iremos, los demás ya compraron suministros–le informó Benn al pelirrojo a lo que este solo asintió, parecía como si su capitán estuviera en otro mundo–Por cierto, Shanks ¿donde estuviste en la tarde?

–Estuve con Luffy–respondió sin mucho rodeo, el de coleta se vio algo sorprendido.
–¿No crees que te estás encariñando mucho con el?
–¿Encariñarme con Luffy? Estás loco, es solo un niño tonto que se me cruza cada que puede.
–Por favor, Shanks, es obvio que cuando nos vayamos lo extrañarás.

El de sombrero sonrió divertido ante tan declaración ¿extrañar a Luffy? Claro que no, para el de cicatriz, el mocoso que se sentaba casi todos los días en la barra junto a él, no era más que un niño simpático.
No lo extrañaría, pero le dejaba un sentimiento áspero, sabía que el de pelo negro era alegre y enérgico, pero también estaba consciente de lo solo que este estaba, Luffy no tenía amigos ni padres, su abuelo venía pocas veces al mes y ciertamente, Shanks se planteaba el echo de quedarse aunque sea algunos días más. Mientras todos esos pensamientos se acumulaban en su cabeza, haciéndose un gran revoltijo de pensamientos cruzados, su primer oficial lo miraba en silencio, preguntándose si negaría lo antes dicho.

Benn al ver que su capitán seguía en silencio, se despidió deseándole buenas noches y fue a acostarse, Shanks en cambio miraba el mar tratando de calcular cuánto podría quedarse en la isla.

"No puedo irme así como así y ser tan cruel con un niño, en especial uno tan llorón como Anchor", pasaron esas palabras por la cabeza del pelirrojo y una sonrisa floreció en sus labios al recordar los reclamos de Luffy cuando Shanks lo llamaba "llorón".
Jamás se lo admitiría a nadie, pero Benn tenía razón, al momento de zarpar si extrañaría a Luffy.

Esto no debía de pasar así Donde viven las historias. Descúbrelo ahora