21 de abril

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Hoy iba a ser el punto de quiebre de todo, tanto la armada revolucionaria como los piratas Barbablanca irían con el y su tripulación a MarineFord en busca de Akainu.
Pero ellos no serían los únicos, también vendrían los piratas Gigantes Guerreros, Charco, Bourgeois y Social Club, sin contar al mismísimo Dracule Mihawk, era cierto que este último era Shichibukai, pero se sintió indignado al escuchar la razón por la cual el pelirrojo iba tras uno de los almirantes.

Shanks desde hace un tiempo había notado que cada tres meses, una flota de buques iban a MarineFord para hacer algún tipo de informe o lo que sea, eso no le importaba, lo crucial era el tiempo en el que las Puertas De La Justicia se mantenían abiertas.

Ya tenían todo preparado, en este instante estaban yendo por debajo de aquellos barcos, cada flota había sido recubierta, estaban ni más ni menos que abajo del mar siguiendo a los buques, Shanks tuvo un nudo en la garganta que se deshizo al momento en el que lograron cruzar exitosamente junto con todos sus aliados siguiéndolos.

–¿Todos están claros con el plan?–pregunto Shanks a su tripulación.

–Abrirte pasó hasta Akainu–dijeron al unísono.

La mayoría estaban tanto afilando espadas como recargando armas, todos ellos decididos a acabar con el hombre que les arrebató a Luffy, querían a aquel azabache como si fuera de su propia familia y ninguno de ellos pudo verdaderamente aceptar que había sido asesinado solo por ser hijo de un hombre problemático.

–Oye Shanks–lo llamó Benn.
–¿Mh?–respondió mientras afilaba su espada sin ganas de establecer una conversación.
–Luego de terminar todo esto, hagamos una fiesta, como las que hacíamos hace tanto tiempo.
El pelirrojo paró de afilar a Gryphon y volteó a mirar fijamente al de coleta.

–¿Por que haríamos algo así?
–Ya sabes, terminar todo esto, dejar ir a Luffy, hacer una gran celebración como en las que él nos acompañaba cuando era pequeño, pero jamás era capaz de quedarse hasta el final porque le daba sueño, a él le gustaría que hiciéramos eso, estoy seguro.

Shanks relajó su mirada y una pequeña sonrisa, casi invisible, se asomó en sus labios–Si...tienes razón, hagámoslo, como en los viejos tiempos–la conversación terminó allí, porque ya iban a emerger.

Al momento en el que aparecieron en la bahía hubo unos pocos segundos de total tranquilidad, en los que ningún bando hizo nada, pero luego comenzaron los ataques.

La Marina trataba de derribar los barcos con balas de cañón y al mismo tiempo reagrupando a los soldados que se encontraban allí en todo momento, los barcos seguían avanzando intactos para poder llegar a la orilla, algunos de los piratas y revolucionarios de todos los barcos se encargaban de desvía cada bala de cañón con bastante facilidad.

Sujeto el mango de su espada con firmeza tratando de divisar por alguna parte al Almirante y después de unos minutos, lo logró, allí estaba ese hijo de puta observándolos.
Akainu comenzó a lanzar puños de magma al cielo que poco a poco se fueron convirtiendo en una lluvia de lava, los más expertos en armas de largo alcance pudieron desviar la mayoría al mar, pero algunos barcos tuvieron ciertas quemaduras en la cubierta, pero nada que no se pueda arreglar más adelante.

Veía a los Marines desesperados al momento en el que Barbablanca se asomó a la cubierta del Moby Dick, este se subió a aquella ballena que les era el mascaron del proa, faltó poco para que el mar comenzara a temblar, un maremoto se acercaba, había planeado desde el principio hundir toda esta maldita isla.

No había nadie capaz de detener la enorme ola que se cernía por los alrededores, después de todo, Shanks se había encargado de llegar en el mejor momento, causó disturbios por diferentes zonas necesarias de un almirante y con causas específicas en las cuales se requiera las habilidades de Aokiji y Kizaru, dejando solo a Akainu para defender MarineFord.

La gigantesca ola arrasó con la instalación dejando grietas y barriendo a todo solado que alcanzara, los barcos estaba intactos, exceptuando los buques de la Marina, habían cientos de soldados nadando en el agua y uno que otro cuerpo, pero nada de eso verdaderamente le importó, porque el almirante había hallado la forma de mantenerse impoluto.
Llegaron a la orilla y como él Red Force iba de cabecera sobre los demás, fue Shanks el que bajó primero pisando tierra.

Algunos de los que no cayeron al mar o no los aplastaron los escombros de MarineFord, fueron hacia él tratando de atacarlo, pero el pelirrojo soltó una gran cantidad de Haki Del Rey, haciéndolos caer a todos.
Al bajar el ancla de los barcos, la gran mayoría piso tierra y comenzó a atacar MarineFord, hubo algunos inconvenientes como la presencia de Garp y Sengoku, junto con otros Vice Almirantes, que para su poca cantidad, estaban dando pelea.

Akainu por fin se digno a bajar directamente donde estaba aquel campo de batalla y ahora Shanks estaba a escasos metros del hombre que asesino a su Luffy. El pelirrojo desenvaino su espada y el Almirante sonrió con arrogancia.

No fue un combate nada fácil para Sakazuki, el pirata delante de él peleaba con una rabia que jamás pensó que vería y en medio de eso se dio cuenta que no estaba participando en un combate habitual, estaba siendo cazado, Akagami predecía cada uno de sus movimientos y no parecía estar haciendo esfuerzo, la rabia que irradiaba de sus ojos no era capaz de comprenderla. Por otro lado, el contrario disfrutaba cada momento, desde las pequeñas lesiones a las grandes heridas, la única razón por la que no le había dado el golpe de gracia, era por el simple gusto de alargar el momento, porque después de todo, Akagami No Shanks era superior a Akainu y ambos en ese combate lo sabían.

El pirata con su espada cubierta de Haki, logra cortarle la pierna izquierda al asesino de su hijo, este cae de rodillas con una rabia inmensa en su rostro.
Uno de los revolucionarios sacó un Den Den Mushi, comenzando a transmitir al rededor de todo el mundo la guerra que se encontraba en MarineFord y la deplorable situación del almirante.

–¡MALDITA SEA AKAGAMI! ¿¡QUE MIERDA TIENES CONTRA MI!?
–¿En serio te atreves a preguntar eso?¿¡Quieres saber que tengo contra ti!? ¡TU MATASTE A MI HIJO POR PURO CAPRICHO!
–¡Estas loco Akagami! ¡Jamás asesine a alguien que tuviera tu maldito apellido!
–¡Tu me quitaste a Luffy! ¿¡Acaso no recuerdas ese nombre!? ¡Monkey D. Luffy!

El almirante abrió los ojos tanto como sus párpados se lo permitieron, si, claro que recordaba ese nombre, el hijo de Dragón, se maldijo a sí mismo, jamás pensó que una misión tan fácil como lo fue esa, traería este tipo de consecuencias.

Shanks al ver al almirante recordar, guardó su espada y a un paso calmado se acercó a él, cuando estuvieron lo suficientemente cerca, le golpeó el rostro con un puño envuelto en Haki destrozándole el craneo.

Pero no lo mato, al menos no en ese momento, ese desgraciado no era digno de morir en batalla, ahora solo observaba como aquel hombre luchaba por respirar y arrastrase a otra parte, estuvo así por 7 minutos, hasta que paró de moverse.
Akainu había muerto y gracias al Den Den Mushi antes mencionado, el mundo presenció aquella escena. 21 de abril, la gran humillación de la Marina.

Esto no debía de pasar así Donde viven las historias. Descúbrelo ahora