𝑬𝑷𝑰𝑳𝑶𝑮𝑶

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[4 años después]

—Yaaang. —vociferó Park cuando estuvo dentro de la casa. Asomó su cabeza por cada rincón de la casa hasta finalmente llegar a la cocina a pasos lentos.

¿Jungwon aún no había llegado del trabajo? Checó su reloj y efectivamente eran las 4 p.m. Tal vez tuvo algún problema, no sabía, sin embargo le restó importancia.

—Mi hermano no está. —dijo Riki abriendo la puerta de la cocina justo cuando Jay iba a empujarla para entrar, asustando a Jay en el acto por su determinada aparición.

—Bestia, qué susto me has dado, Riki —se tomó del pecho mientras entraba a la cocina— ¿Dónde está Won?

—Ya salió del trabajo. —afirmó volviendo a su lugar, estaba haciendo... ¿Brownies?

—Ajá, ¿Y? Dime el resto.

—Fue al supermercado. —terminó por decir ingresando los brownies en el horno—. Solo eso.

—Ah, pensaba que había sido algo más importante.

—¿Cómo que? —sonrió.

—¿Su trabajo? —Riki rodó los ojos.

—No sabes que día es hoy, ¿Verdad?

—No, ¿Debería? —insistió.

—Bueno, tal vez es un poco exagerado que Jungwon piense en esto como un día especial, por eso preparé los brownies —señaló el horno.

—No entiendo. —su gesto fue confuso— ¿Tienen veneno?

Riki rodó los ojos y se acercó hacia él con ganas de asentarle un golpe, no lo hizo así que sencillamente soltó un gruñido y se cruzó de brazos.

—Tienes 22 años, ¿No? —Jay asintió—, hoy es 22 de Octubre —volvió a asentir—. Jungwon dice que el 22 de Octubre te conoció por primera vez, cuando eras un bebé —explicó—, por lo que se le hizo tierno y memorable ver qué tengas 22 en el mismo día del mes en el que te conoció, aunque hayas nacido en abril —se encogió de hombros—, eso es todo —rio sentándose en la silla frente suyo.

—¿Cómo voy a saber eso? Es una fecha que ni siquiera recuerdo en mi vida.

—Es cierto, pero para no complicarte el asunto, justamente hoy cumples tres años y medio con Jungwon.

—¿Tú cómo sabes eso?

—Jungwon se la pasó repitiéndomelo todo el mes pasado.

Jay levantó una ceja.

—No puedo creer que no recuerdes las fechas, eres una decepción para Jungwon. —Riki niega con los brazos cruzados, desaprobándolo.

—No es cierto.

Jay sonrió de oreja a oreja repentinamente.

—¿Por qué sonríes así? Pareces maniático. —caminó por la sala para sentarse en el sofá.

—En realidad sí sé lo de los tres años y medio, pero lo otro no —suspira—. ¿Hay algo que le guste a tu hermano? —preguntó esperanzado, pensaba comprarle algo a lo mínimo porque para ser sinceros, él no sabía de ese día, por Dios, estaba tan chico que obviamente no iba a recordar el día que conoció a Yang, pero al parecer el mayor sí lo hacía.

—¿Tanto tiempo juntos y no sabes qué regalarle? —bufa—. Le gustas tú —Jay soltó una risita a medias para luego mirarlo incrédulo—. Regálale un perfume, le gustan las esencias impregnantes. —mencionó en duda.

Bastaron esas simples palabras para que Jay tomara las llaves de su vehículo y fuera hacia el centro de la ciudad en la famosa perfumería más codiciada del país por sus colonias populares y aromáticas en fragancia. Bien ahí podría irse la mitad de lo que había ganado en esa semana pero no importaba cuando se trataba de Jungwon.

𝑹𝑬𝑽𝑬𝑹𝑺𝑼𝑺 // 𝑱𝑨𝒀𝑾𝑶𝑵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora