Desayuno especial

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Después de bailar bajo la lluvia y compartir momentos de amor y conexión profunda, Buck y Amelia regresaron a la casa. El sonido suave de la lluvia continuaba afuera mientras se retiraban a la habitación. Buck preparó la cama con cuidado y ayudó a Amelia a acomodarse bajo las mantas.

"Esto es perfecto", susurró Amelia con una sonrisa mientras se acomodaba junto a Buck.

Buck se recostó a su lado, acariciando suavemente su cabello. "Amelia, esta noche ha sido increíble. No puedo expresar cuánto significa para mí tenerte aquí."

Amelia se acurrucó más cerca de él. "Buck, estoy agradecida por cada momento que compartimos juntos. Tu amor y apoyo son mi ancla en medio de la tormenta."

Buck le dio un beso suave en la frente. "Descansa ahora, Amelia. Mañana será un nuevo día."

La lluvia continuó cayendo afuera mientras Buck y Amelia se quedaban dormidos, abrazados y unidos por el amor que compartían.

A la mañana siguiente, Buck se despertó temprano con una sonrisa en el rostro. Con cuidado, se levantó de la cama, procurando no despertar a Amelia. Se dirigió a la cocina con determinación, decidido a prepararle un desayuno especial.

Mientras el aroma del café llenaba el aire, Buck preparó una bandeja con frutas frescas, croissants recién horneados y una taza de café humeante. Agregó una rosa roja en la bandeja como un toque final.

Luego, Buck regresó a la habitación y colocó suavemente la bandeja sobre una pequeña mesa cerca de la cama. Miró a Amelia dormir, su rostro tranquilo y sereno bajo las mantas.

"Buenos días, hermosa", susurró Buck con cariño.

El murmullo de su voz la despertó suavemente, y Amelia parpadeó mientras se despertaba. Cuando vio la bandeja con el desayuno y la rosa, sus ojos se iluminaron con sorpresa y alegría.

"Buck, ¿esto es para mí?" preguntó Amelia, emocionada.

Buck asintió con una sonrisa. "Quería sorprenderte. Espero que disfrutes de este desayuno."

Amelia se sentó en la cama, mirando el desayuno con gratitud y amor en sus ojos. "Buck, esto es tan dulce de tu parte. Gracias por hacer que cada momento sea tan especial."

Buck se sentó a su lado y la tomó de la mano. "Amelia, cada momento contigo es precioso para mí. Quiero hacerte sentir amada y apoyada en todo momento."

Amelia le sonrió y tomó su mano con ternura. Juntos, compartieron el desayuno en la cama, disfrutando de la comida y la compañía el uno del otro. La lluvia seguía cayendo afuera, pero dentro de esa habitación, el amor y la calidez llenaban el aire.


El amor que desafió el cancérDonde viven las historias. Descúbrelo ahora