Te amo

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Dos años habían pasado desde que Amelia y Buck habían enfrentado la tormenta que había cambiado sus vidas. Ahora, vivían juntos en un acogedor hogar, donde el amor y la felicidad llenaban cada rincón. La Navidad estaba a la vuelta de la esquina, y Buck había estado planeando algo especial para esa ocasión.

La casa estaba decorada con luces parpadeantes, adornos brillantes y el árbol de Navidad resplandecía en la sala de estar. Mientras Amelia estaba ocupada en la cocina, preparando galletas de jengibre, Buck estaba nervioso y emocionado en su habitación, revisando una y otra vez el anillo de compromiso que guardaba en su bolsillo.

Finalmente, llegó el momento. Amelia entró en la sala con una bandeja de galletas recién horneadas y encontró a Buck parado junto al árbol de Navidad. Su expresión parecía contener una mezcla de nerviosismo y emoción.

"Hey, ¿estás bien?" preguntó Amelia con una sonrisa mientras colocaba la bandeja sobre la mesa.

Buck la miró a los ojos, sus nervios desvaneciéndose lentamente mientras se perdía en su mirada. "Sí, estoy bien. De hecho, estoy mejor que bien."

Amelia se acercó a él con curiosidad. "¿Qué estás tramando, Buck?"

Buck tomó una profunda inspiración y se arrodilló en el suelo frente a ella. Amelia dejó escapar un suspiro de sorpresa mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de felicidad.

"Amelia, estos dos años han sido los más increíbles de mi vida", comenzó Buck, su voz temblorosa pero llena de emoción. "Has sido mi roca, mi apoyo y mi amor constante. Has enfrentado tormentas conmigo y hemos compartido momentos de risas y lágrimas. Y en este día especial, quiero preguntarte algo..."

Buck sacó el anillo de compromiso de su bolsillo y lo sostuvo ante Amelia, cuyos ojos se agrandaron en asombro. El anillo brillaba con el reflejo de las luces navideñas, como una pequeña estrella que había caído del cielo.

"Amelia, ¿te casarías conmigo?" preguntó Buck, su voz resonando con sinceridad y amor.

Las lágrimas rodaron por las mejillas de Amelia mientras ella sostenía sus manos en la boca, visiblemente emocionada. "Buck, oh Dios mío..."

Buck sonrió con cariño. "Eso tomo como un sí..."

Amelia asintió frenéticamente, sin poder contener su emoción. "Sí, sí, mil veces sí."

Buck se levantó y la abrazó con ternura antes de deslizar el anillo en su dedo. El anillo se ajustó perfectamente, como si estuviera destinado a estar allí.

"Te amo, Amelia", dijo Buck, su voz llena de amor y alegría. "Eres mi faro en las tormentas y mi luz en la oscuridad. Quiero pasar el resto de mi vida contigo, enfrentando cada desafío y celebrando cada alegría juntos."

Las lágrimas seguían fluyendo por las mejillas de Amelia mientras lo miraba con una intensidad que solo podía ser reflejo de su amor. "Y yo te amo, Buck. Eres mi amor, mi refugio y mi hogar. No puedo esperar para pasar el resto de mi vida contigo."

En ese momento, un coro de aplausos y vítores resonó por toda la sala, y Buck y Amelia se dieron cuenta de que no estaban solos. Sus amigos y seres queridos habían estado allí, escondidos en otra habitación, observando este momento mágico.

Bobby, Chimney, Hen, Eddie y otros se unieron a ellos, llenando la sala con risas y felicitaciones. Buck y Amelia estaban rodeados por el amor de quienes habían estado allí en cada etapa de su viaje, compartiendo su alegría en este momento tan especial.

La Navidad se convirtió en un recordatorio de que, incluso en medio de las tormentas, el amor y la felicidad siempre podían encontrar su camino hacia el corazón de las personas. La casa estaba llena de risas, abrazos y un futuro lleno de posibilidades. Y mientras la nieve caía suavemente fuera de la ventana, Buck y Amelia celebraron su amor y su compromiso, listos para enfrentar cualquier desafío que la vida les trajera, juntos y más fuertes que nunca.


El amor que desafió el cancérDonde viven las historias. Descúbrelo ahora