𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 7| 𝑳𝒂 𝒄𝒂𝒄𝒆𝒓í𝒂

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Me encontraba en mi cama bajo las suaves mantas que cubrían mi cuerpo del frio de la silenciosa madrugada, me encontraba muy a gusto cuando de repente comencé a sentir otra presencia en el cuarto. Alguien estaba observándome, lo podía sentir. Abro los ojos de golpe y allí se encuentra, justo detrás de la puerta, en el rincón más apartado de la alcoba. Hay una presencia que observa fijamente.

La silueta era enorme, parecía la de un oso incluso, pero no, es una persona. Los vellos de mi nuca y brazos se erizan y comienzo a sudar en frio, nada de esto es normal. Veo el reloj de noche, 03:57 AM, no hay forma de que alguien entre a esta hora, menos con Charlie en la casa...

Me incorporo lentamente en la cama para ver mejor aquella figura humanoide nuevamente, le esta dando el reflejo de la luz de la luna, quedo petrificada. Rojo, solo puedo distinguir ese brillante color en su mirada. Me encuentro aterrada, no es posible...

"No es real" me repito constantemente intentando encender la luz de mi mesita de noche, hasta que el asqueroso olor a hierro me invade cuando logro distinguir ese color nuevamente, rojo, por todos lados, rojo en la puerta, rojo en las paredes y lo peor, – un grito aguado queda atorado en mi garganta – rojo, también en las manos y ropa del individuo – no desconocido – que se encuentra en mi alcoba. Hay rojo en todos lados, hay rojo en el salpicado techo, rojo en la alfombra y al ver tanto de este color sobre él sentí casi desfallecer, hay rojo en Emmett Cullen, el mayor de los hijos del doctor.

¿Qué sucedió...? ¿Que está haciendo aquí...? ¿Por qué hay sangre en todas partes...?

Las imágenes de los recuerdos de hace unas horas me invaden rápidamente. Él también era como esa cosa que me ataco.

Cuando inconscientemente dejo escapar un leve quejido, él voltea lentamente su mirada hacia el rincón bajo la ventana, hay un bulto en el suelo, me ve y vuelve a mirar el bulto, como invitándome a observar también. A gatas apenas me muevo de mi lugar en la cama – como si esta fuera a protegerme – y asomo la cabeza por el borde de esta.

Le dirijo una mirada sin entender y a este se le dibuja una gran sonrisa en el rostro. Cuando logro distinguir que es esa cosa que hay bajo mi ventana, no logro contener el grito de espanto y completo terror que poseo atorado.

Es Charlie, el bulto en el piso es mi padre. Me tiro de la cama hacia su lado, está helado y ya no tiene pulso.

Cuando le dirijo una mirada de desespero al que creía un amigo, soy consciente que comenzó a avanzar lentamente hacia mi y caigo en cuenta que sus ojos ya no son como dos brillantes rubies, no, ahora son dos trozos del carbón mas opaco que se pueda encontrar.

Me dedica una ultima sonrisa cargada de cinismo y ahí, pude notar su grandes y afilados colmillos.

- Noo... grandote. Emmett por favor... - le suplico con miseria en mi voz y lagrimas cayendo de mis ojos; no se detuvo, solo agrando su sonrisa y se abalanzó sobre mi– NOOOOOOOOOOO

Me despierto buscando una gran bocanada de aire, veo para todos lados y me encuentro en mi habitación. No recuerdo cuando fue que subí para dormir, tampoco recuerdo haber cenado, ni haber preparado las cosas de la escuela... pero allí estaban en el borde del escritorio, como siempre.

La puerta se abre de un solo golpe y puedo ver como papá entra en pijama con un revolver en mano mientras ve para todos lados con paranoia.

- ¿¡Bruji, todo en orden!? – pregunto algo exaltado mientras se acercaba lentamente a la cama

- Si, si perdón. Solo... un mal sueño – respondí en un susurro

- Ohh ¿Estas bien? ¿Puedo hacer algo por ti? ¿Quieres... hablar de ello? – pregunto ya parándose derecho y rascándose la nuca con cierto nerviosismo en la mirada, obvio como muestra de incomodidad, pues papá no es muy dotado en cuento a expresiones y de temas delicados se trate, pero lo intenta y eso es lo que cuenta.

In The Midle | Oc x CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora