❁ I - Orígenes: Parte 1 ❁

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🦋 TEMPORADA 1 🦋
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Marinette no era una persona con suerte y días como esos eran prueba de ello. Su alarma había decidido dejar de funcionar justo el primer día de clases, por lo que tuvo que hacer su rutina lo más rápido posible.

Con sus ojos aún cerrados terminó de alistar su mochila y tomó el bastón junto a ella. No le era necesario usarlo dentro de su casa, ya que las cosas estaban siempre en el mismo lugar y sabía su distribución de memoria. Aún así, sufría accidentes de vez en cuando ya que era algo torpe.

– ¿Marinette, ya estás list-

Sabine fue interrumpida por el ruido de su hija cayendo al suelo al final de la escalera.

– ¡¿Estás bien?!

– Estoy bien. Parece como si cada vez hubieran más escalones.

Su madre la ayudó a levantarse rápidamente y, luego de asegurarse de que no estaba herida, le sirvió el desayuno.

– Espero que Chloe no esté en mi clase otra vez.

– ¿Cuatro años seguidos? ¿Eso es posible?

– Tengo tanta suerte... – suspiró deprimida.

Sabine se acercó a darle un beso en la frente y retiró los platos sucios.

– Bueno, este año es una nueva oportunidad para que todo cambie. Estoy segura que vendrán cosas mejores, tengo un buen presentimiento.

Marinette sonrió.

– Confiaré en ti entonces.

Una vez lista se despidió de sus padres y partió a la escuela con una caja de macaroons para sus amigos en una mano, que eran cortesía de su padre, y su bastón en la otra.

No le era difícil llegar. Además de vivir cerca, las baldosas del suelo tenían diferentes relieves que le permitían a Marinette ubicarse en el espacio. Siguiendo las que tenían líneas verticales se aseguraba de ir por un camino sin obstaculos como postes de luz. Cuando se encontró las baldosas con patrón de círculos que generaban una vibración diferente en su bastón, supo que estaba frente a una calle.

Pulsó el botón del semáforo y esperó a que un sonido le indicara cuando podía cruzar.

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El Maestro Fu estaba frustrado. Buscó por días alguna persona a la que pudiera confiarle un miraculous, pero no había tenido éxito. Nadie parecía ser el o la indicadx para aquel trabajo. Le deprimió la poca bondad que tenían las personas en aquella ciudad.

Mientras caminaba a paso lento por las calles de París pensando en que hacer, su pequeño Kwami verde se asomó por su camisa para poder verlo.

– No quiero redirme, Wayzz – dijo en voz baja decepcionado –, pero estoy perdiendo las esperanzas. Es difícil encontrar personas en las que confiar.

El pequeño Kwami estaba a punto de responder cuando notó como una joven se acercaba a ellos y volvió a su escondite.

– Eh disculpe, señor – habló timidamente – ¿Se encuentra bien? No quiero parecer una entrometida pero escuché lo que decía hace un momento, sobre perder las esperanzas, y sonaba triste ¿necesita hablar con alguien?

El Maestro fu estaba sorprendido. La jovencita frente a él parecía genuinamente preocupada e irradiaba amabilidad en su voz. La observó y notó que era ciega. Pensó que tal vez esa era la razón por la que había logrado escucharlo.

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⏰ Última actualización: May 05 ⏰

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El Gato Y La Mariposa | Lady Fairy AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora